lunes, 18 de enero de 2016
Dr. Sin Hang Lee: funcionarios de la OMS y del Gobierno estadounidense ocultaron información sobre las reacciones adversas de la vacuna contra el VPH
por NOTICIASDEABAJO • 17 ENERO, 2016
Por Catherine J. Frompovich, 15 de enero de 2016
activistpost.com
[…]
Lo que voy a exponer a continuación está tomado directamente de varios documentos que obran en mi poder. Son documentos obtenidos a través de la Ley FOIA de Nueva Zelanda (Ley de Libertad de Información), y que hacen referencia a las alegaciones del Dr. Sin Hang Lee en su denuncia presentada el 14 de enero de 2016 (pdf) ante la Directora de la Organización Mundial de la Salud, la Dra. Margaret Chan, y que hacen referencia a las siguientes personas:
– Helen Petousis-Harris (PhD, MRSNZ), Directora de Investigación Inmunológica y Vacunación, de la Universidad de Aukland (Nueva Zelanda).
– Robert Pless (MD, Msc), Presidente de la GACVS (Agencia de Salud Pública de Canadá).
– Dr. Koji Nabae, Director Adjunto del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar Social, Gobierno de Japón.
– Patrick Louis F. Zuber, OMS-Iniciativa Global de Seguridad de las Vacunas, Departamento de Medicamentos Esenciales y Productos Sanitarios, Ginebra, Suiza.
– Melinda Wharton (MD, MPH) CDC de Estados Unidos/OID/NCIRD.
– Philipp Lambach, Oficial Médico, Secretaría de la OMS de la Iniciativa Global de Seguridad de las Vacunas.
¿Qué es el GACVS?
Es el Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas de la Organización Mundial de la Salud.
¿Quiénes son sus miembros? No he podido encontrar quiénes forman parte de este organismo en la búsqueda que he realizado. Sin embargo, según su sitio web, el GACVS “ofrece asesoramiento independiente, con autoridad científica dentro de la OMS sobre cuestiones de interés mundial o regional relacionadas con la seguridad de las vacunas, y que tuvieran el potencial de afectar a largo o corto plazo a los programas nacionales de inmunización”.
El GACVS “determina las relacionales causales entre las vacunas y/o sus componentes y las reacciones adversas que se las atribuya”, algo que sus miembros no cumplen ni respetan en lo que se refiere a la vacuna Gardasil ® contra el VPH, según el avance previo de las conclusiones presentadas ante la Audiencia el pasado 26 de febrero de 2014, celebrada bajo los auspicios del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón.
Al parecer, los miembros del GACVS actuaron de forma negligente por no “realizar la investigación metodológica y empírica pertinente sobre cualquier presunta asociación entre componentes específicos de las vacunas y efectos adversos…” [5], que está documentado en la carta abierta de 16 páginas dirigida a la Directora General de la OMS, la Dra. Margaret Chan, escrita por el Director del Laboratorio Milford de Diagnóstico Molecular, el Dr. Sin Hang Lee. Por otra parte, el Dr. Lee fue uno de los investigadores médicos que declararon el 26 de febrero de 2014 en la audiencia del Ministerio de Salud [5]. En mi blog recogí información sobre esta reunión.
Según la denuncia del Dr. Lee presentada el pasado 14 de enero de 2016, “varias personas y organizaciones engañaron de forma deliberada a las autoridades japonesas sobre la seguridad de las vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH) Gardasil® y Cervarix®, que se estaban promocionando en ese momento”. El Dr. Lee sigue diciendo:
“En el caso de que las informaciones contenidas en esta carta ( de 16 páginas) demuestren ser exactas, sería necesaria una inmediata investigación independiente, resultando en acciones disciplinarias apropiadas para los involucrados, que sería lo único que puede restaurar la confianza del público. Por lo tanto, solicito se actúe con rapidez y decisión respecto a este importante asunto de salud pública”.
El Dr. Lee cita los nombres de las personas involucradas (Pless, Nabae, Wharton, Petousis-Harris, funcionarios de la OMS y del GACVS), que “pueden haber participado activamente en un plan para engañar deliberadamente como expertos en seguridad de las vacunas del papiloma humano (VPH), antes, durante y después de la audiencias públicas llevadas a cabo en Tokio, Japón, el 26 de febrero de 2014”.
¿De qué trata todo esto?
El Dr. Lee cree que “la información proporcionada por este grupo fue la base para que el GAVCS (sic) emitiese la Declaración sobre la seguridad de la vacunación contra el VPH, el 12 de marzo de 2014”, y recoge el siguiente párrafo:
“Varios periódicos han publicado también informaciones sobre el hallazgo de fragmentos de ADN del gen L1 del VPH en muestras clínicas recogidas después de la vacunación contra el VPH [13,14]. Estos documentos aprecian una asociación con eventos clínicos de naturaleza inflamatoria, incluyendo vasculitis cerebral. Mientras que el GACVS no ha revisado formalmente estos efectos, tanto la presencia de fragmentos de ADN en la vacuna contra el VPH ni su relación con la aparición de diversos síntomas clínicos, sí han sido revisados por paneles de expertos. En primer lugar, la presencia de fragmentos de ADN en la vacuna contra el VPH es un tema que ha sido abordado por las autoridades de regulación de las vacunas, que claramente han señalado que este hallazgo era de esperar, debido al proceso de fabricación, y que por lo tanto no es un problema de seguridad [15]. En segundo lugar, los hipotéticos informes de casos de efectos adversos [13] relacionados causalmente con los fragmentos de ADN del gen L1 del VPH y la muerte, mostraban errores tanto en la metodología clínica como de laboratorio [16]. En el documento se describen 2 casos de muerte súbita de mujeres jóvenes después de la administración de la vacuna contra el VPH, uno de ellos 10 días después, y el otro 6 meses después, sin que los resultados de la autopsia hayan confirmado una vasculitis cerebral o un síndrome inflamatorio. Las hipótesis planteadas en estos documentos no son compatibles con lo que se entiende acerca de fragmentos de ADN residuales tras la producción de las vacunas [17]: dadas las muy pequeñas cantidades de ADN residual del VPH presentes en las vacunas, y la no presencia de inflamación en las autopsias como para diagnosticar vasculitis cerebral, y que esa podría haber sido la causa de la muerte carece de fundamento” (Las referencias 13 a 17 fueron mencionadas en la Declaración del GACVS).
¿Se tejieron una serie de engaños para dar validez científica mediante una falacia lógica?
El Dr. Lee explica en términos científicos un tanto inciertos con lo que los presuntos colaboradores tuvieron problemas:
“Se han publicado varios trabajos relacionados con el hallazgo de fragmentos de ADN del gen L1 del VPH en muestras clínicas después de la vacunación contra el VPH [13,14], algo que fue diseñado para engañar, refiriéndose al artículo de Tomljenovic y Shaw, “Vacunación: ¿causa o coincidencia”, Pharmaceut Reg Affairs 2012, S12:001 sobre el HPV L1 VLPs.
Lee declara: “Los autores de referencia nunca mencionaron la presencia de fragmentos de ADN del gen L1 del VPH, en absoluto” . (Algo empieza a oler a gato encerrado).
Al parecer el Dr. Pless conocía la diferencia entre las partículas similares a virus (VPLs) del VPH y los fragmentos de ADN del gen L1 del VPH, porque dirigió sus preocupaciones al resto de involucrados, algo que iba creciendo como una bola de nieve, especialmente a la Dra. Petousis-Harris cuando dijo que “la declaración referente a la presunta presencia de aluminio y la contaminación con fragmentos de ADN y los efectos posteriores”, en su correo electrónico del 18 de febrero de 2014. Lee afirma que: “Uno no puede por menos que concluir que el Dr. Pless publicó de forma intencionada estos dos artículos no relacionados entre sí y afirmó que ambos artículos hacían referencia a fragmentos de ADN del gen L1 del VPH, con la finalidad de inducir a error a los lectores no científicos y los que diseñan las políticas de vacunación”.
Además, el Dr. Lee cuestiona lo siguiente:
“Estos trabajos establecían una asociación con eventos clínicos de naturaleza inflamatoria, incluyendo vasculitis cerebral, lo cual no es cierto porque el autor que aparece en la referencia 14 (Lee, SH., “Detección de fragmentos de ADN del gen L1 del virus del papiloma humano en la sangre después de la muerte y el bazo, tras la administración de la vacuna Gardasil® : informe de un caso”, Advances in Bioscience and Biotechnology, 2012, 3, 1214-1224), nunca llegó a afirmar la presencia de eventos clínicos de naturaleza inflamatoria, incluyendo vasculitis cerebral. El Dr. Pless, de hecho, tergiversa las palabras del autor en este documento, que aparentemente tiene como objetivo realizar un ataque”.
Si los hechos no encajan, ¿por qué no cambiarlos, simplemente?
Según el Dr. Lee:
“El propósito del Dr. Pless al publicar conjuntamente dos estudios no relacionados y dos productos químicos sin relación, aparece en la siguiente frase: El hallazgo de fragmentos de ADN en la vacuna contra el VPH y su relación postulada con síntomas clínicos, ha sido revisada por un panel de expertos. ¿Quiénes son esos expertos? El Dr. Pless no cita ninguno de sus nombres”.
Además, según Lee:
“En segundo lugar, los informes de casos de efectos adversos [13] lanzan la hipótesis de que existe una relación entre los fragmentos de ADN del gen L1 del HPV y la muerte, están viciados por defectos en la metodología clínica y de laboratorio [16]”; es una tergiversación descarada de los hechos. Los autores citados en la referencia 13 no presentaron ningún dato sobre fragmentos de ADN del gen L1 del VPH . En la referencia 16 no se realiza una revisión sobre el potencial daño de los fragmentos de ADN del gen L1 del VPH en las vacunas contra el VPH cuando se inyecta en los seres humanos”.
Aquí es donde el Dr. Lee aprecia que el Dr. Pless no pudo encontrar ninguna referencia científica sobre los fragmentos de ADN del gen L1 del VPH en las vacunas contra el VPH, como se ilustra en el correo enviado por el Dr. Pless a la Dra. Petousis-Harris el 18 de febrero de 2014, con una solicitud de ayuda:
“Espero su consejo sobre sobre quién podría ser capaz de responder a las preguntas relacionadas con la presencia de ADN del VPH, específicamente la hipótesis en relación al supuesto papel del aluminio y los fragmentos de ADN y los posteriores efectos adversos. Si bien la cuestión de si los fragmentos constituyen o no contaminación ya se ha tratado, su declaración ha sido la única que abordaba las supuestas consecuencias de la presencia de esos fragmentos. El GACVS aún no ha tenido la oportunidad de ahondar en la cuestión del ADN”.
Aquí es donde el asunto se vuelve todavía más enrevesado
Lee dice:
“La declaración de la FDA confirma la presencia de fragmentos de ADN del VPH en Gardasil®como algo que era de esperar (Ref. 15), pero no hay datos sobre la seguridad de estos fragmentos de ADN del VPH después de ser inyectados en los animales y en los seres humanos, y no se ha realizado, obviamente, una revisión por un panel de expertos, ya que no hay datos experimentales ni en animales ni humanos sobre “el aluminio y los fragmentos de ADN y los efectos adversos”, que son las principales preocupaciones del Dr. Pless”.
Construyendo castillos en el aire
La Dra. Petousis-Harris aparentemente tuvo el descaro de demostrar al Dr. Pless que tenía experiencia en casos similares cuando el día 18 de febrero le envía un correo electrónico:
“A mi entender, la refutación en nuestro sitio web es la única tentativa de abordar este problema en particular, que Shaw y Lee presentaron en una investigación forense. Presentar la réplica y hacerla de dominio público es el único medio de proporcionar información a los representantes que participan en ese proceso, a las 11 horas”.
La trama se complica
Bajo la presión de emitir algún tipo de comunicado antes de la audiencia pública en Japón, el Dr. Pless tenía que encontrar a un panel de expertos para que “declarase sobre la seguridad del aluminio y los fragmentos de ADN después de ser inyectados en los seres humanos”. ¿No es como tratar de demostrar que el mundo es cuadrado y no redondo? Entonces, ¿en qué se basa?
La única publicación remotamente relacionada con el tema que Pless podría utilizar, de acuerdo con Lee, es la que aparece en la Referencia #16, un Informe técnico de la Red de Evaluación de Seguridad Clínica de la Vacunación (CISA), titulado “Examen de un informe publicado sobre la vasculitis cerebral después de la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH)”, Vaccine, fechado el 9 de noviembre de 2012.
Pero ese Informe probablemente tenía algunos defectos: el Informe del CDC carecía del nombre de los autores, lo cual ya debía de haberle descalificado como un documento científico válido, en mi opinión, pero al parecer no de acuerdo con los conocimiento científico de la CDC. Este documento tenía un propósito, al parecer plantear dudas sobre las partículas L1 del VPH-16, nunca fragmentos de ADN del gen L1 del VPH, porque el trabajo de Lee informaba sobre el descubrimiento de fragmentos de ADN del gen L1 del VPH (Lee, SH. , “Detección de fragmentos de ADN del gen L1 del virus del papiloma humano en la sangre y el bazo después de la muerte tras la administración de la vacuna Gardasil: estudio de un caso”, Advances in Bioscience and Biotechnology, 2012, 3, 1214-1224), pero que no se publicó hasta el 27 de diciembre de 2012, un año y medio después de que la Red CISA emitiese el Informe técnico”.
Sin la revisión por pares, ¿hay credibilidad?
El Dr. Lee señala que el Informe de CISA (Referencia 16) sin que aparezca el nombre de los autores, se cita en el siguiente párrafo:
“Recientemente se ha discutido sobre un servidor de listas relacionado con la seguridad de las vacunas, patrocinado por el Gobierno federal, en un Informe sobre la vasculitis cerebral después de la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) (Tomljenovic L, Shaw CA., “Muerte después de la vacunación con la vacuna del virus del Papiloma humano (VPH): ¿causal o coincidencia?”, Pharmaceutical Regulatory Affairs: Open Access 2012,S12:001). Para hacer frente a las dudas sobre los descubrimientos y las conclusiones contenidas en este documento, la CDC convocó a un grupo de trabajo de la CDC, la Red de Evaluación de Seguridad Clínica de la Vacunación (CISA). Investigadores de Vanderbit Medical Center, de la Universidad Johns Hopkins, la Universidad de Columbia, el Instituto de Investigación Clínica Duke (Duke University); la CDC y la FDA también han participado en la convocatoria”.
Este Informe fue el único Informe técnico emitido en los últimos 12 años, de acuerdo con Lee, que nunca ha sido publicado en revistas de revisión por pares. ¿Por qué? ¿Sabían que no podían dar respuesta a los retos científicos que se dirimían? La exención de responsabilidad que aparece al final de este Informe, yo creo que lo dice todo:
“Las informaciones y las conclusiones de este Informe son las de los participantes de los grupos de trabajo que abordan esta cuestión, no necesariamente es la posición oficial del CDC”.
Hay que dar crédito a lo que se dice cuando hay visos de credibilidad: el CDC estaba en una situación de jaque mate. Aparentemente ese Informe era una farsa, y como el Dr. Lee dice, fue escrito por científicos fantasmas sin nombre, y quizás se hizo en base a conversaciones telefónicas. ¿Es la forma en que se resuelven cuestiones científicas? Parece más bien un modelo informático.
El Dr. Pless hizo un montaje científico, en una condición muy precaria y no tuvo más remedio que publicar los dos artículos no relacionados de dos productos químicos de la vacuna Gardasil sin vínculo para utilizar el Informe técnico de la Red CISA sobre las partículas L1 del VPH-16 que apoyase su declaración de seguridad de los fragmentos de ADN del gen L1 del VPH después de su administración en seres humanos. Sin embargo, el Dr. Lee cree que el Dr. Pless es el responsable de que las autoridades sanitarias considerasen que “las partículas L1 del VPH-16” eran sinónimos de los “fragmentos de ADN del gen L1 del VPH” desde el punto de vista químico. Lee dice que una vez que hizo esto, Pless aparentemente pensó que podría utilizar la opinión sobre las partículas L1 del VPH-16 para garantizar la seguridad de los fragmentos de ADN del gen L1 del VPH y el adyuvante de aluminio.
Incapaz de encontrar un informe científico en las revistas científicas publicadas, el Dr. Pless tuvo que citar de manera astuta, aunque de forma incorrecta, el Informe de la Red CISA sobre las partículas L1 del VPH-16 como evidencia para apoyar lo dicho en el blog de la Dra. Petousis-Harris publicado en los medios sociales, como describió en su declaración del GACVS:
“De este modo, las hipótesis planteadas en estos documentos no son compatibles con lo que se entiendo por fragmentos residuales de ADN tras el proceso de producción de las vacunas [17]”.
¿Y por qué dijo esto el Dr. Pless?
La Dra. Petousis-Harris era la autora citada en la Referencia 17. Fue la única científica lo suficientemente valiente como para señalar públicamente que “partículas residuales extremadamente pequeñas de ADN del VPH se encontraban en las vacunas”, que no se puede decir que sean inofensivas sin datos que lo apoyen, según el Dr. Lee. El Dr. Pless cuestiona a la Dra. Petousis-Harris en el correo del 18 de febrero de 2014 cuando dice:
“En una próxima reunión organizada en Tokio para el día 26 de febrero, el Dr. Lee presentará sus conclusiones…
… Espero su consejo sobre sobre quién podría ser capaz de responder a las preguntas relacionadas con la presencia de ADN del VPH, específicamente la hipótesis en relación al supuesto papel del aluminio y los fragmentos de ADN y los posteriores efectos adversos. Si bien la cuestión de si los fragmentos constituyen o no contaminación ya se ha tratado, su declaración ha sido la única que abordaba las supuestas consecuencias de la presencia de esos fragmentos. El GACVS aún no ha tenido la oportunidad de ahondar en la cuestión del ADN
La Dra. Petousis-Harris aceptó la propuesta y la idea de participar en la audiencia de Tokio. El 18 de febrero de 2014, después de recibir el correo electrónico del Dr. Pless, ella escribió otros:
De: Helen Petousis-Harris [mailto:h.petousis-harris@auckland.ac.nz] Sent: Tuesday, February 18, 2014 5:19 AM A: ‘Robert Pless’ Cc: Robert Pless (Robert.Pless@phac-aspc.gc.ca); 難波江 功二(nabae-koji); ZUBER, Patrick Louis F.; Wharton, Melinda (CDC/OID/NCIRD) Asunto: RE: URGENTE: Sobre el comentario publicado en relación al testimonio de los peritos encargados de la investigación forense.
Estimado Rob. Me siento triste al escuchar el impacto que han tenido las declaraciones de Lee, Shaw y Tomljenovic. Haré todo lo posible por ayudar. […] A mi entender, la refutación en nuestro sitio web es la única tentativa de abordar este problema en particular, que Shaw y Lee presentaron en una investigación forense. Presentar la réplica y hacerla de dominio público es el único medio de proporcionar información a los representantes que participan en ese proceso, a las 11 horas. El profesor David Gorsky ha escrito de manera prolífica en su blog sobre algunas investigaciones realizadas en los últimos años, así que supongo que él también dispondrá de algún tipo de material que se pueda utilizar.
No soy experta en esto, pero sin duda tengo algo de experiencia sobre el análisis del aluminio presente en las vacunas y su papel en las respuestas inflamatorias y los eventos adversos locales (AEFI) tras la vacunación, tema de mi tesis doctoral de hace algunos años. Supongo que te refieres a los VPL (partículas similares a virus) y los adyuvantes y la hipótesis de Shaw y Tomljenovic que de alguna manera los macrófagos habrían encontrado un camino hacia el cerebro” [Énfasis añadido]
Cuando un experto no es tal
El anterior correo de la Dra. Petousis-Harris indica claramente que ella se encuentra fuera de su ámbito de competencia y que no tenía ninguna pista sobre lo que Pless quería abordar en la audiencia pública del 26 de febrero de 2014 en Japón. El Dr. Lee señala que al parecer, y de manera errónea, supuso que lo que se le pedía es que hablase sobre los “VPL estrechamente vinculados al adyuvante”: la Dra. Petousis-Harris no sabía que los VPL son proteínas que no están vinculadas con el adyuvante de aluminio como sí pueden hacerlo las moléculas de ADN, dice el Dr. Lee.
¡Y se trata de un testigo experto! ¿Así es cómo se apaña el consenso científico?
Por otra parte, lo que dice la Dra. Petousis-Harris es que ella había escrito en un blog de los medios sociales, del mismo modo que el profesor David Gorski. Es la conocida estrategia de realizar una declaración maliciosa, haciéndose pasar por defensor de la Ciencia, según carta de queja del Dr. Lee a la Dra. Chan. Pero Petousis-Harris alaba su trabajo.
El profesor David Gorsky ha escrito de manera prolífica en su blog sobre algunas investigaciones realizadas en los últimos años, así que supongo que él también dispondrá de algún tipo de material que se pueda utilizar.
El Dr. Pless se encontraba entre la espada científica y la pared legal. Sabía que el Informe de la Red CISA de noviembre de 2012 no hacía referencia a la presencia de fragmentos de ADN del gen L1 del VPH en la vacuna Gardasil, por lo que escribió a la Dra. Petousis-Harris lo siguiente:
Espero su consejo sobre sobre quién podría ser capaz de responder a las preguntas relacionadas con la presencia de ADN del VPH, específicamente la hipótesis en relación al supuesto papel del aluminio y los fragmentos de ADN y los posteriores efectos adversos. Si bien la cuestión de si los fragmentos constituyen o no contaminación ya se ha tratado, su declaración ha sido la única que abordaba las supuestas consecuencias de la presencia de esos fragmentos…” [Énfasis añadido]
Parece que la Dra. Petousis-Harris se encuentra ahora en la misma posición que el “el perro que cogió solo el autobús”. ¿Qué puedo hacer ahora, ya que mi experiencia con respecto a los fragmentos de ADN del gen L1 del VPH se reduce a lo escrito en los blogs de los medios sociales y no se trata de una revisión por pares publicada en una revista?
¿Cuál era el plan B?
Numerosos correos electrónicos se intercambiaron entre los involucrados en esta aparente colusión de intereses, hasta que finalmente el Dr. Koji Nabae, del Gobierno japonés, escribió a los enumerados al principio de este artículo lo siguiente:
“Hable con mi jefe y estamos de acuerdo que es mejor no contar con la presencia de la GACVS de la OMS durante la sesión de la audiencia pública y de que no hay necesidad de apresurarse para emitir un comunicado. Esperamos hacerlo dentro de una o dos semanas después para que nuestro Comité de expertos haga referencia a ella al finalizar el Informe en el mes de Marzo ( o algo más tarde) (si no surgen contratiempos)”. [Énfasis añadido]
Fue el Dr. Nabae, funcionario del Gobierno japonés, el que presidió la audiencia pública del 26 de febrero de 2014, ¿también en connivencia con los posibles testigos del GACVS de la OMS para evitar preguntas inconvenientes en la audiencia próxima?
El Dr. Lee, en su denuncia, realiza este comentario incriminatorio:
“Creo que esta maniobra fue orquestada por el Presidente del GACVS de la OMS y otros, como un medio muy astuto de evitar dar evidencias científicas a aquellos que tienen que tomar decisiones. Acciones como esta son las que corrompen a la Medicina basada en los conocimientos científicos”.
Por increíble que pueda parecer, la Dra. Petousis-Harris fue seleccionada como portavoz de la audiencia pública de Tokio. Sin embargo, alguien puso algunas restricciones a su presentación en PowerPoint, de modo que tuvo que ser revisada por el grupo antes de la audiencia para asegurarse de que el mensaje era el adecuado. Sin embargo, no todo el mundo estaba satisfecho.
El Dr. Nabae estaba preocupado por una de las diapositivas en la que se decía: “la activación inmune en la aceptación de la vacuna contra el VPH, no incluye un aumento de factores inflamatorios (incluyendo TNF), incluso en los vacunados con grandes reacciones en el lugar de la inyección en el momento de producirse la inflamación local”, porque dicha afirmación contradecía los datos presentados por otro experto en su reunión anterior, que de hecho confirmaban que las citoquinas, en el período posterior a la vacunación, aumentaban particularmente en el lugar de la inyección con Cervarix® en comparación con otras vacunas (incluyendo el factor de necrosis tumoral – TNF), por el Dr. Lee. El Dr. Nabae también eliminó algunos datos, utilizando el comodín japonés, que eran problemáticas de las diapositivas que se iban a presentar en la audiencia. ¿Qué datos eran esos? ¿También los conocía las CDC y la FDA estadounidenses? Supongo que también pueden escondían alguna carta bajo la manga.
Presentación en PowerPoint de la Dra. Petousis-Harris
Otra cita directa que aparece en la carta de denuncia del Dr. Lee:
“Las diapositivas en PowerPoint que la Dra. Helen Petousis-Harris presentó en la audiencia pública en las que afirmaba que el Dr. Lee no tenía ningún control para demostrar que los adolescentes no vacunados de Nueva Zelanda no tenían ADN del VPH en las conformaciones no-B de la sangre; por lo tanto, los resultados no son científicamente válidos”. Ella dijo: “No se han realizado controles (en los no vacunados). Esta es una parte vital del proceso científico”. (Énfasis en el original)
La Dra. Helen Petousis-Harris, evidentemente, no entiende la diferencia entre un Informe de un caso y un ensayo clínico; ni tampoco parece saber lo difícil que resulta para los patólogos encontrar rastro de ADN del VPH en las muestras de sangre de los pacientes, incluso en aquellos que se sabe tienen infecciones por el VPH, por no hablar del ADN del VPH en las conformaciones no-B. Esto demuestra lo poca experiencia que ella tiene en la Medicina de laboratorio.
Me parece que el blog de la Dra, Petousis-Harris [6], que fue citado en la Referencia 17 por el Dr. Pless en la declaración del GACVS en apoyo de su afirmación de la seguridad de la vacuna contra el VPH, se parece mostrar más preocupación por las difamaciones que en el estudio de los fragmentos de ADN del gen L1 del VPH en vacuna Gardasil® o en los materiales postmortem.
Esto en cuanto a los testigos expertos y la investigación médica basa en el conocimiento científico, especialmente cuando se trata del tema de las vacunas
El Dr. Lee afirma que la Dra. Petousis-Harris utilizó su tesis doctoral como una investigación con autoridad para apoyar su teoría de “No hay elevación de citoquinas asociadas con la reactogenicidad”. ¿Es así como el consenso y el conocimiento científico es propiciado en revistas científicas y se informa a los consumidores sobre la vacunología?
Los mensajes de correo electrónico, de los cuales hay cerca de 236 páginas , muchos de ellos con diferentes redacciones, confirman la colusión permanente entre personas de la OMS, el GACVS y los investigadores de las vacunas de los organismos de salud de otros países. Siempre me pregunto qué es lo que se dicen y por qué no quieren que se sepa. ¿No es una buena pregunta?
El Dr. Lee resume sus opiniones en la carta de denuncia y habla acerca de los correos electrónicos. Dice:
“Este grupo de funcionarios de la OMS y de empleados del Gobierno encargados de la responsabilidad de asesorar al comité de expertos del Gobierno japonés sobre la seguridad de la vacunación contra el VPH, sabía antes de la audiencia pública del 26 de febrero de 2014 en Tokio que uno de sus propios expertos tenía evidencias científicas de que la vacuna contra el VPH aumenta las citoquinas, incluyendo el factor de necrosis tumoral (TNF), sobre todo en el lugar de la inyección, en comparación con otras vacunas. Sin embargo optaron por ocultar esta información en la audiencia pública.
Pienso que estas personas no sólo han violado los términos de referencia de la Comisión Asesora sobre la Seguridad de las Vacunas (GACVS) de la OMS, sino que han violado la confianza de la gente. Se requiere de inmediatas investigaciones, independientes y exhaustivas sobre sus acciones, con las medidas disciplinarias apropiadas, única medida que veo podría restaurar la confianza de la gente en las autoridades sanitarias de todo el mundo”.
[…]
Referencias:
[1] http://thinktwice.com/simpsonwood.pdf
[2] http://www.naturalnews.com/032216_Thorsen_fraud.html
[3] http://www.globalresearch.ca/congressman-bill-posey-calls-for-investigation-of-cdc-whistleblower-william-thompson/5469103
[4] http://healthimpactnews.com/2015/vaccine-whistleblowers-file-to-compel-merk-to-respond-to-federal-lawsuit/
[5] http://www.who.int/vaccine_safety/committee/GACVS_TORs_rev.1.pdf
[6]http://www.nzdoctor.co.nz/media/2003295/response_to_theories_by_lee_and_shaw_final_180912.pdf
[7] https://vaers.hhs.gov/index
[8] https://vaers.hhs.gov/data/index
[9] http://sanevax.org/
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Catherine J. Frompovich es nutricionista, con varios títulos en Nutrición y Ciencias de la Salud. Posee el certificado de Teoría y práctica Ortomolecular. Sus trabajos son publicados en revistas nacionales y de las aerolíneas, desde principios de 1980. Ha escrito varios libros sobre temas de salud, y monografías junto a médicos, enfermeras y profesionales de la salud. El último libro de Catalina se publicó en octubre de 2013: Vaccination Voodoo, What YOU Don’t Know About Vaccines.
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Procedencia del artículo:
http://www.activistpost.com/2016/01/another-high-profile-global-vaccine-conspiracy-exposed-this-time-its-the-hpv-vaccine.html
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Más información:
Carta dirigida por el Dr. Sin Hang Lee a la Directora General de la OMS:
http://www.activistpost.com/wp-content/uploads/2016/01/Allegations-of-Scientific-Misconduct-by-GACVS.pdf
http://asociacion.aavp.es/index.php/2-portada/75-comunicado-sanevax
lunes, 11 de enero de 2016
Reducir el consumo de azúcar
por NOTICIASDEABAJO • 5 ENERO, 2016
Consumimos demasiada azúcar, especialmente los llamados azúcares libres, ¿debería el Gobierno tomar medidas frente a la Industria de la Alimentación para reducir su consumo?, dice el Prof. Peter Saunders
Por el Prof. Peter Saunders, 9 de diciembre de 2015
i-sis.org.uk
Si bien el azúcar siempre ha formado parte de la dieta humana, es sólo en los tiempos actuales cuando hemos empezado a consumir grandes cantidades de azúcares libres, es decir, azúcares que han sido hasta cierto punto refinados. Estarían incluidos el azúcar que añadimos cuando cocinamos o ponemos en el café o las infusiones, y las grandes cantidades que los fabricantes añaden a los refrescos, dulces y otros alimentos que nos sorprenden por ser excesivamente dulces, como muchos platos precocinados. Una cucharada de salsa de tomate contiene aproximadamente una cucharadita de azúcar y una sola lata de refresco puede contener hasta diez cucharaditas de azúcar. Los azúcares que se encuentran en los zumos de fruta y en la miel también son azúcares libres; en la miel el refinado ha sido realizado por las abejas.
Los azúcares libres tienen que ser considerados de forma distinta de aquellos otros que están presentes de forma natural sin refinar, ya que tienen un mayor efecto sobre la salud. LaOrganización Mundial de la Salud (OMS) ha llegado a la conclusión de que el consumo de grandes cantidades de azúcares libres aumenta el riesgo de obesidad, caries dental y enfermedades asociadas con el sobrepeso, como la diabetes tipo 2. Recomienda una reducción del consumo diario de azúcares libres, que debiera ser de menos del 10% de nuestra ingesta total de energía. Es menos prescriptivo sobre el límite inferior, porque hay muy pocas poblaciones con ingestas tan bajas y por lo tanto pocos o ningún estudio epidemiológico para respaldar mediante evidencias científicas [1].
El Comité Científico Asesor en Nutrición (CSN) ha recomendado el límite del 5%. Esto significaría que la ingesta total de azúcares libres debiera ser de unos 30 gramos, aproximadamente 6 cucharaditas, para cualquier persona de 11 años o más; menos en el caso de los niños menores [2]. Actualmente el azúcar representa alrededor del 15% de la ingesta media de energía en el caso de los niños y adolescentes en edad escolar [3], por lo que supondría una reducción considerable.
El Gobierno ha aceptado las recomendaciones de la CSN. Queda por ver si las va a poner en práctica.
¿Por qué tener en cuenta los niveles de azúcar?
La Industria Alimentaria se opone a las recomendaciones de la OMS y ha estado presionando en contra de ellas. Dicen basarse en argumentos supuestamente científicos. En primer lugar, afirman que el verdadero problema no es que comamos mucho, sino que hacemos poco ejercicio. En segundo lugar, si vamos a comer menos, no hay ninguna razón para fijarse en los azúcares y refrescos en particular. Por lo tanto, argumentan que si usted bebe una lata de Coca-Cola, que aporta 139 calorías, sería lo mismo que comer dos rebanadas de pan de trigo integral y en ambos casos debería dar un paseo de unos 20 minutos a paso ligero para quemar esa energía.
Este argumento no se sostiene. Piense en lo difícil que es perder algunos kilos, y si lo hace, lo difícil que resulta mantenerse en ese peso y no ganarlo de nuevo. Eso es así porque hay mecanismos que regular activamente el peso. Es como si el cuerpo decidiera cuál debe ser su peso, y hace todo lo posible para contrarrestar cualquier cambio en la cantidad que come o en su nivel de actividad. Así que no sólo es cuestión de restar energía mediante el ejercicio de las calorías que le aportan los alimentos que consume. La cuestión también es cómo lo que come y lo que hace afecta a los mecanismos que controlan el peso, y a pesar de los años de investigación todavía tenemos un conocimiento parcial sobre ellos.
Según del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, los estadounidenses consumieron un promedio de 300 calorías más por día en el año 2000 que en 1985 [5]. No hay ninguna razón para suponer que eran más activos físicamente, así que si tomar una libra de grasa (0,45 kg.) supone cerca de 3500 calorías, en el año 2000 debiera de haberse producido un aumento de peso de cerca de 30 libras al año (13,61 kg.). Del mismo modo que muchas otras personas, los estadounidenses están cada vez más gordos, pero no a ese ritmo. A la inversa, si usted camina 20 minutos extra todos los días no va a deshacerse de 15 libras de peso si persiste en ello durante un año, diga lo que diga la Industria Alimentaria.
A pesar de que todavía no sabemos cómo se regula el peso, sí entendemos algunos mecanismos de su funcionamiento. Por ejemplo, cuando el nivel de glucosa en sangre es bajo, se siente hambre. Después de haber comido, sube la glucosa en la sangre y ya no sentimos hambre, por lo que dejamos de comer. Esto contribuye claramente a igualar la ingesta de alimentos con la cantidad de energía que se utiliza.
El aumento de azúcar en la sangre, sin embargo, no depende sólo de la cantidad de calorías presentes en la comida. Para tener en cuenta esto, los nutricionistas han desarrollado el índice glucémico (IG), una clasificación de los hidratos de carbono de acuerdo con el grado en que elevan los niveles de azúcar en la sangre después de haber comido [6]. Alimentos con un alto IG, como los que contienen azúcares libres y también las patatas, el pan blanco y el arroz blanco, se descomponen rápidamente y producen rápidos aumentos y disminuciones del nivel de azúcar en la sangre. Los alimentos con un bajo IG, entre los que se encuentran la mayoría de las frutas y las verduras, las legumbres y los alimentos integrales, son digeridos y absorbidos lentamente, y las subidas y las bajadas de los niveles de azúcar en la sangre se realizan más lentamente. Esto hace que estos alimentos sean más adecuados para el control del peso, ya que ayudan a controlar el apetito y retrasar el hambre. Por cierto, también son mejores para los diabéticos, porque tampoco producen grandes incrementos en los niveles de insulina [6].
Esto explica por qué los azúcares libres son tan importantes en el aumento de la obesidad. El aumento mundial en el consumo de refrescos ha sido enorme, ya que parece que somos capaces de beber grandes cantidades sin que se sacie nuestro apetito. Esto ha sido especialmente relevante en México, que tiene una tasa particularmente alta en el consumo de refrescos, y donde la obesidad está aumentando más rápidamente que en cualquier otra parte del mundo [7].
El peso también se ve afectado por la flora intestinal, los 100 billones de microbios que viven el tracto gastrointestinal. Estos son los responsables de una parte importante del consumo de energía, debido a que algunos de ellos descomponen los alimentos que de otra manera serían indigestos. Las proporciones entre las diferentes especies están determinadas en gran medida en los tres primeros años de vida (otra de las razones por las que debemos tener cuidado en la administración de antibióticos a los bebés), pero también se ven afectadas por la dieta en la edad adulta, lo que indica que no solamente importa el número de calorías que se ingieren.
Hay evidencias de que el uso de antibióticos, tanto en la infancia como con posterioridad, contribuye a la obesidad. Esto no debiera de ser una sorpresa, ya que una de las principales razones para el uso excesivo de antibióticos en los animales de cría no es para combatir infecciones, sino exclusivamente para promover el aumento de peso [8].
Revisión de las directrices por el Servicio Público de Salud
A raíz de los informes de la OMS y del CSN, el Servicio Público de Salud del Reino Unido (PHE), una agencia ejecutiva patrocinada por el Departamento de Salud, llevó a cabo una revisión de las medidas para intentar reducir en el Reino Unido el consumo de azúcares libres [3]. Esto debiera de haber aparecido el pasado verano, pero no fue así. La revisión parece ser que ya estaba hecha, pero el Secretario de Estado de Salud (Jeremy Hunt, el mismo Ministro que provocó movilizaciones entre los médicos de centros hospitalarios) se negó a publicarla antes de que el Gobierno anunciase su estrategia para combatir la obesidad [9]. Ni el público y el Comité de Selección de Salud, que pidió de forma expresa tener acceso al documento, tuvieron acceso al documento hasta que el Gobierno anunciase sus planes, y en ese momento sería ya demasiado tarde para poder ejercer algún tipo de influencia. Finalmente, después de que el Presidente de la Comisión, la Diputada conservadora Sarah Wollaston, hiciese público el asunto, la revisión se publicó el 22 de octubre. Se proponen ocho medidas para ayudar a reducir el consumo de azúcares libres (ver recuadro) y se resumen las evidencias en que se basan estas medidas.
Acciones recomendadas en el Informe del Servicio de Salud del Reino Unido (PHE)
1.- Reducir y reequilibrar la cantidad y el tipo de promociones en los precios todos los puntos de venta, tales como supermercados y tiendas de conveniencia y el sector doméstico ( incluyendo restaurantes, cafeterías y comida para llevar).
2.- Reducir significativamente las ofertas en el mercado y la publicidad de los alimentos y bebidas con alto contenido en azúcar en los medios de comunicación, incluidas las plataformas digitales y los espacios patrocinados.
3.- Establecer de una forma clara los alimentos con un alto contenido en azúcar para ayudar a conseguir los puntos 1 y 2. Actualmente el único marco normativo para poder hacer esto es a través de los modelos de perfiles de nutrientes Ofcom, que se beneficiaría y fortalecería de realizarse una revisión.
4.- Ejecución de un programa amplio, estructurado y supervisado de forma transparente para lareducción gradual de azúcar en lo productos alimenticios y bebidas, junto con la reducción de las raciones.
5.- Incremento en los precios, en un mínimo de un 10% a un 20%, en los productos con alto contenido en azúcar mediante un impuesto o gravamen, como en los refrescos con azúcares, basándose en los efectos que esta medida ha tenido en otros países.
6.- Adoptar, implementar y supervisar la aprobación de normas por parte del Gobierno en los servicios de alimentación y hostelería en todo el sector público, incluidos los gobiernos nacionales y locales, y el Servicio Nacional de Salud para garantizar el suministro y venta de alimentos saludables y bebidas en los hospitales, centros de ocio, etc.
7.- Garantizar una formación acreditada sobre la dieta y hábitos saludables en todas aquellas personas que tienen la oportunidad de influir en la elecciones de alimentos en los sectores de fitness, hostelería, de ocio, y otros administrados por las autoridades locales.
8.- Continuar creando conciencia sobre la preocupación por los niveles de azúcar presentes en los alimentos entre los profesionales de la salud, empleadores, la Industria Alimentaria, etc., fomentando medidas para reducir la ingesta y dar pasos prácticos para ayudar a las personas a reducir el consumo de azúcar y el de sus familias.
De hecho, una de las recomendaciones de la revisión ya se había intentado llevar a cabo con anterioridad: un impuesto sobre dulces y refrescos. El Gobierno ha dejado claro que se opone a ello, argumentando que no tendría ningún efecto, y que en cualquier caso supondría un perjuicio para los más pobres.
Pero medidas similares llevadas a cabo en Noruega, Finlandia, Hungría, Francia y México, indica que un impuesto sobre los refrescos reduce el consumo. En México, un 10% de impuestos en las bebidas azucaradas llevó consigo una disminución en las ventas de un 6%. En cuanto al efecto sobre los menos favorecidos, esto no parece que sea tenido en cuenta por un Gobierno que no ha dudado en gravar la capacidad de recibir subsidios a las rentas más bajas, aquellos que recibanuna media de 1300 libras o menos al año, lo que sólo hizo cuando la Cámara de los Lores estuvo dispuesta a provocar una crisis constitucional.
Por supuesto, si el impuesto tuviera el efecto deseado en la reducción del consumo, tanto los ricos como pobres gastarían menos en refrescos. Se beneficiarían tanto en su salud como en sus bolsillos. Los perjudicados serían los fabricantes, ya que verían reducidas sus ventas.
Para concluir
El Comité de Selección de Salud de la Cámara de los Lores acaba de publicar un informe sobre la obesidad infantil [10]. Sus recomendaciones son, en general, similares a las del Servicio Público de Salud, incluyendo un impuesto a las bebidas azucaradas. El Gobierno no dará a conocer su estrategia sobre la obesidad hasta principios de año nuevo, por lo que hasta ese momento no sabremos qué recomendaciones se aceptarán ni cuáles se convertirán en ley, ni cuáles serán recomendaciones para que los fabricantes las tomen en consideración o no, según su criterio. En concreto, el Primer Ministro, así como la Industria Alimentaria, se oponen a un impuesto sobre el azúcar, así que es muy probable que no llegue a aplicarse.
Hasta ahora, el debate en los medios de comunicación se ha centrado casi en su totalidad en el impuesto al azúcar, pero no debemos permitir que esta controversia desvíe la atención sobre el resto de recomendaciones de la revisión realizada por el Servicio de Salud y el Informe de la Comisión Especial.
Reducir el consumo de azúcares libres es una forma barata y fácil de mejorar nuestra salud. Y también podría suponer un ahorro sustancial para el Gobierno: la obesidad y sus consecuencias se estiman en un coste aproximado para el Servicio Nacional de Salud de 5.100 millones de libras al año (unos 7000 millones de euros) [3], por lo que estamos hablando de mucho dinero.
Referencias
“WHO calls on countries to reduce sugars intake among adults and children.” WHO press release, 4 March 2015, www.who.int/mediacentre/news/releases/2015/sugar–guideline/en/ 25/11/15
“Expert nutritionists recommend halving sugar in diet.” SACN press release, 17 July 2015, https://www.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_data/file/446188/SACN_Carbohydrates_Press_Release_July_2015.PDF
Tedstone A, Targett V, Allen R et al. Sugar Reduction: The Evidence for Action. Public Health England, London, 2015, https://www.gov.uk/…/Sugar_reduction_The_evidence_for_action.pdf
http://www.coca-colaanswers.co.uk/en/qtile.html/health/how-many-calories-are-there-in-a-330ml_can–of-coca-cola/ 25/11/15
Putnam J, Allshouse J. and Kantor LS. US per capita food supply trends: more calories, refined carbohydrates and fats. Food Review 2002, 25 (3) Economic Research Service USDA. www.ers.usda.gov/publications/FoodReview/DEC2002/frvol25i3a.pdf 25/11/15
“What is the glycaemic index (GI)?” NHS Choices. 23 August 2015.http://www.nhs.uk/chq/pages/1862.aspx?categoryid=51
“How one of the most obese countries on earth took on the soda giants.” Tina Rosenberg,The Guardian, 3 November 2015, http://www.theguardian.com/news/2015/nov/03/obese-soda-sugar-tax-mexico
Cho I, Yamanishi S, Cox L, Methé BA, Zavadil J, Kelvin L, Gao Z, Mahana D, Raju K, Teitler I, Ji H, Alekseyenko AV and Blaser MJ. Antibiotics in early life alter the murine colonic microbiome and adiposity. Nature 2012, 488, 622-629. Doi:10.1038/nature11400.
“Hunt should practice what he preaches.” Sarah Wollaston, The Telegraph, 27 October, 2015, http://www.telegraph.co.uk/news/health/news/11925833/Jeremy-Hunt-should-practise-what-he-preaches.html
House of Commons Select Committee on Health. Report HC465: Childhood obesity – brave and bold action. The Stationary Office, London 2015, http://www.publications.parliament.uk/pa/cm201516/cmselect/cmhealth/465/465.pdf
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Procedencia del artículo:
http://www.i-sis.org.uk/Cut_Down_on_Sugar.php
Consumimos demasiada azúcar, especialmente los llamados azúcares libres, ¿debería el Gobierno tomar medidas frente a la Industria de la Alimentación para reducir su consumo?, dice el Prof. Peter Saunders
Por el Prof. Peter Saunders, 9 de diciembre de 2015
i-sis.org.uk
Si bien el azúcar siempre ha formado parte de la dieta humana, es sólo en los tiempos actuales cuando hemos empezado a consumir grandes cantidades de azúcares libres, es decir, azúcares que han sido hasta cierto punto refinados. Estarían incluidos el azúcar que añadimos cuando cocinamos o ponemos en el café o las infusiones, y las grandes cantidades que los fabricantes añaden a los refrescos, dulces y otros alimentos que nos sorprenden por ser excesivamente dulces, como muchos platos precocinados. Una cucharada de salsa de tomate contiene aproximadamente una cucharadita de azúcar y una sola lata de refresco puede contener hasta diez cucharaditas de azúcar. Los azúcares que se encuentran en los zumos de fruta y en la miel también son azúcares libres; en la miel el refinado ha sido realizado por las abejas.
Los azúcares libres tienen que ser considerados de forma distinta de aquellos otros que están presentes de forma natural sin refinar, ya que tienen un mayor efecto sobre la salud. LaOrganización Mundial de la Salud (OMS) ha llegado a la conclusión de que el consumo de grandes cantidades de azúcares libres aumenta el riesgo de obesidad, caries dental y enfermedades asociadas con el sobrepeso, como la diabetes tipo 2. Recomienda una reducción del consumo diario de azúcares libres, que debiera ser de menos del 10% de nuestra ingesta total de energía. Es menos prescriptivo sobre el límite inferior, porque hay muy pocas poblaciones con ingestas tan bajas y por lo tanto pocos o ningún estudio epidemiológico para respaldar mediante evidencias científicas [1].
El Comité Científico Asesor en Nutrición (CSN) ha recomendado el límite del 5%. Esto significaría que la ingesta total de azúcares libres debiera ser de unos 30 gramos, aproximadamente 6 cucharaditas, para cualquier persona de 11 años o más; menos en el caso de los niños menores [2]. Actualmente el azúcar representa alrededor del 15% de la ingesta media de energía en el caso de los niños y adolescentes en edad escolar [3], por lo que supondría una reducción considerable.
El Gobierno ha aceptado las recomendaciones de la CSN. Queda por ver si las va a poner en práctica.
¿Por qué tener en cuenta los niveles de azúcar?
La Industria Alimentaria se opone a las recomendaciones de la OMS y ha estado presionando en contra de ellas. Dicen basarse en argumentos supuestamente científicos. En primer lugar, afirman que el verdadero problema no es que comamos mucho, sino que hacemos poco ejercicio. En segundo lugar, si vamos a comer menos, no hay ninguna razón para fijarse en los azúcares y refrescos en particular. Por lo tanto, argumentan que si usted bebe una lata de Coca-Cola, que aporta 139 calorías, sería lo mismo que comer dos rebanadas de pan de trigo integral y en ambos casos debería dar un paseo de unos 20 minutos a paso ligero para quemar esa energía.
Este argumento no se sostiene. Piense en lo difícil que es perder algunos kilos, y si lo hace, lo difícil que resulta mantenerse en ese peso y no ganarlo de nuevo. Eso es así porque hay mecanismos que regular activamente el peso. Es como si el cuerpo decidiera cuál debe ser su peso, y hace todo lo posible para contrarrestar cualquier cambio en la cantidad que come o en su nivel de actividad. Así que no sólo es cuestión de restar energía mediante el ejercicio de las calorías que le aportan los alimentos que consume. La cuestión también es cómo lo que come y lo que hace afecta a los mecanismos que controlan el peso, y a pesar de los años de investigación todavía tenemos un conocimiento parcial sobre ellos.
Según del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, los estadounidenses consumieron un promedio de 300 calorías más por día en el año 2000 que en 1985 [5]. No hay ninguna razón para suponer que eran más activos físicamente, así que si tomar una libra de grasa (0,45 kg.) supone cerca de 3500 calorías, en el año 2000 debiera de haberse producido un aumento de peso de cerca de 30 libras al año (13,61 kg.). Del mismo modo que muchas otras personas, los estadounidenses están cada vez más gordos, pero no a ese ritmo. A la inversa, si usted camina 20 minutos extra todos los días no va a deshacerse de 15 libras de peso si persiste en ello durante un año, diga lo que diga la Industria Alimentaria.
A pesar de que todavía no sabemos cómo se regula el peso, sí entendemos algunos mecanismos de su funcionamiento. Por ejemplo, cuando el nivel de glucosa en sangre es bajo, se siente hambre. Después de haber comido, sube la glucosa en la sangre y ya no sentimos hambre, por lo que dejamos de comer. Esto contribuye claramente a igualar la ingesta de alimentos con la cantidad de energía que se utiliza.
El aumento de azúcar en la sangre, sin embargo, no depende sólo de la cantidad de calorías presentes en la comida. Para tener en cuenta esto, los nutricionistas han desarrollado el índice glucémico (IG), una clasificación de los hidratos de carbono de acuerdo con el grado en que elevan los niveles de azúcar en la sangre después de haber comido [6]. Alimentos con un alto IG, como los que contienen azúcares libres y también las patatas, el pan blanco y el arroz blanco, se descomponen rápidamente y producen rápidos aumentos y disminuciones del nivel de azúcar en la sangre. Los alimentos con un bajo IG, entre los que se encuentran la mayoría de las frutas y las verduras, las legumbres y los alimentos integrales, son digeridos y absorbidos lentamente, y las subidas y las bajadas de los niveles de azúcar en la sangre se realizan más lentamente. Esto hace que estos alimentos sean más adecuados para el control del peso, ya que ayudan a controlar el apetito y retrasar el hambre. Por cierto, también son mejores para los diabéticos, porque tampoco producen grandes incrementos en los niveles de insulina [6].
Esto explica por qué los azúcares libres son tan importantes en el aumento de la obesidad. El aumento mundial en el consumo de refrescos ha sido enorme, ya que parece que somos capaces de beber grandes cantidades sin que se sacie nuestro apetito. Esto ha sido especialmente relevante en México, que tiene una tasa particularmente alta en el consumo de refrescos, y donde la obesidad está aumentando más rápidamente que en cualquier otra parte del mundo [7].
El peso también se ve afectado por la flora intestinal, los 100 billones de microbios que viven el tracto gastrointestinal. Estos son los responsables de una parte importante del consumo de energía, debido a que algunos de ellos descomponen los alimentos que de otra manera serían indigestos. Las proporciones entre las diferentes especies están determinadas en gran medida en los tres primeros años de vida (otra de las razones por las que debemos tener cuidado en la administración de antibióticos a los bebés), pero también se ven afectadas por la dieta en la edad adulta, lo que indica que no solamente importa el número de calorías que se ingieren.
Hay evidencias de que el uso de antibióticos, tanto en la infancia como con posterioridad, contribuye a la obesidad. Esto no debiera de ser una sorpresa, ya que una de las principales razones para el uso excesivo de antibióticos en los animales de cría no es para combatir infecciones, sino exclusivamente para promover el aumento de peso [8].
Revisión de las directrices por el Servicio Público de Salud
A raíz de los informes de la OMS y del CSN, el Servicio Público de Salud del Reino Unido (PHE), una agencia ejecutiva patrocinada por el Departamento de Salud, llevó a cabo una revisión de las medidas para intentar reducir en el Reino Unido el consumo de azúcares libres [3]. Esto debiera de haber aparecido el pasado verano, pero no fue así. La revisión parece ser que ya estaba hecha, pero el Secretario de Estado de Salud (Jeremy Hunt, el mismo Ministro que provocó movilizaciones entre los médicos de centros hospitalarios) se negó a publicarla antes de que el Gobierno anunciase su estrategia para combatir la obesidad [9]. Ni el público y el Comité de Selección de Salud, que pidió de forma expresa tener acceso al documento, tuvieron acceso al documento hasta que el Gobierno anunciase sus planes, y en ese momento sería ya demasiado tarde para poder ejercer algún tipo de influencia. Finalmente, después de que el Presidente de la Comisión, la Diputada conservadora Sarah Wollaston, hiciese público el asunto, la revisión se publicó el 22 de octubre. Se proponen ocho medidas para ayudar a reducir el consumo de azúcares libres (ver recuadro) y se resumen las evidencias en que se basan estas medidas.
Acciones recomendadas en el Informe del Servicio de Salud del Reino Unido (PHE)
1.- Reducir y reequilibrar la cantidad y el tipo de promociones en los precios todos los puntos de venta, tales como supermercados y tiendas de conveniencia y el sector doméstico ( incluyendo restaurantes, cafeterías y comida para llevar).
2.- Reducir significativamente las ofertas en el mercado y la publicidad de los alimentos y bebidas con alto contenido en azúcar en los medios de comunicación, incluidas las plataformas digitales y los espacios patrocinados.
3.- Establecer de una forma clara los alimentos con un alto contenido en azúcar para ayudar a conseguir los puntos 1 y 2. Actualmente el único marco normativo para poder hacer esto es a través de los modelos de perfiles de nutrientes Ofcom, que se beneficiaría y fortalecería de realizarse una revisión.
4.- Ejecución de un programa amplio, estructurado y supervisado de forma transparente para lareducción gradual de azúcar en lo productos alimenticios y bebidas, junto con la reducción de las raciones.
5.- Incremento en los precios, en un mínimo de un 10% a un 20%, en los productos con alto contenido en azúcar mediante un impuesto o gravamen, como en los refrescos con azúcares, basándose en los efectos que esta medida ha tenido en otros países.
6.- Adoptar, implementar y supervisar la aprobación de normas por parte del Gobierno en los servicios de alimentación y hostelería en todo el sector público, incluidos los gobiernos nacionales y locales, y el Servicio Nacional de Salud para garantizar el suministro y venta de alimentos saludables y bebidas en los hospitales, centros de ocio, etc.
7.- Garantizar una formación acreditada sobre la dieta y hábitos saludables en todas aquellas personas que tienen la oportunidad de influir en la elecciones de alimentos en los sectores de fitness, hostelería, de ocio, y otros administrados por las autoridades locales.
8.- Continuar creando conciencia sobre la preocupación por los niveles de azúcar presentes en los alimentos entre los profesionales de la salud, empleadores, la Industria Alimentaria, etc., fomentando medidas para reducir la ingesta y dar pasos prácticos para ayudar a las personas a reducir el consumo de azúcar y el de sus familias.
De hecho, una de las recomendaciones de la revisión ya se había intentado llevar a cabo con anterioridad: un impuesto sobre dulces y refrescos. El Gobierno ha dejado claro que se opone a ello, argumentando que no tendría ningún efecto, y que en cualquier caso supondría un perjuicio para los más pobres.
Pero medidas similares llevadas a cabo en Noruega, Finlandia, Hungría, Francia y México, indica que un impuesto sobre los refrescos reduce el consumo. En México, un 10% de impuestos en las bebidas azucaradas llevó consigo una disminución en las ventas de un 6%. En cuanto al efecto sobre los menos favorecidos, esto no parece que sea tenido en cuenta por un Gobierno que no ha dudado en gravar la capacidad de recibir subsidios a las rentas más bajas, aquellos que recibanuna media de 1300 libras o menos al año, lo que sólo hizo cuando la Cámara de los Lores estuvo dispuesta a provocar una crisis constitucional.
Por supuesto, si el impuesto tuviera el efecto deseado en la reducción del consumo, tanto los ricos como pobres gastarían menos en refrescos. Se beneficiarían tanto en su salud como en sus bolsillos. Los perjudicados serían los fabricantes, ya que verían reducidas sus ventas.
Para concluir
El Comité de Selección de Salud de la Cámara de los Lores acaba de publicar un informe sobre la obesidad infantil [10]. Sus recomendaciones son, en general, similares a las del Servicio Público de Salud, incluyendo un impuesto a las bebidas azucaradas. El Gobierno no dará a conocer su estrategia sobre la obesidad hasta principios de año nuevo, por lo que hasta ese momento no sabremos qué recomendaciones se aceptarán ni cuáles se convertirán en ley, ni cuáles serán recomendaciones para que los fabricantes las tomen en consideración o no, según su criterio. En concreto, el Primer Ministro, así como la Industria Alimentaria, se oponen a un impuesto sobre el azúcar, así que es muy probable que no llegue a aplicarse.
Hasta ahora, el debate en los medios de comunicación se ha centrado casi en su totalidad en el impuesto al azúcar, pero no debemos permitir que esta controversia desvíe la atención sobre el resto de recomendaciones de la revisión realizada por el Servicio de Salud y el Informe de la Comisión Especial.
Reducir el consumo de azúcares libres es una forma barata y fácil de mejorar nuestra salud. Y también podría suponer un ahorro sustancial para el Gobierno: la obesidad y sus consecuencias se estiman en un coste aproximado para el Servicio Nacional de Salud de 5.100 millones de libras al año (unos 7000 millones de euros) [3], por lo que estamos hablando de mucho dinero.
Referencias
“WHO calls on countries to reduce sugars intake among adults and children.” WHO press release, 4 March 2015, www.who.int/mediacentre/news/releases/2015/sugar–guideline/en/ 25/11/15
“Expert nutritionists recommend halving sugar in diet.” SACN press release, 17 July 2015, https://www.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_data/file/446188/SACN_Carbohydrates_Press_Release_July_2015.PDF
Tedstone A, Targett V, Allen R et al. Sugar Reduction: The Evidence for Action. Public Health England, London, 2015, https://www.gov.uk/…/Sugar_reduction_The_evidence_for_action.pdf
http://www.coca-colaanswers.co.uk/en/qtile.html/health/how-many-calories-are-there-in-a-330ml_can–of-coca-cola/ 25/11/15
Putnam J, Allshouse J. and Kantor LS. US per capita food supply trends: more calories, refined carbohydrates and fats. Food Review 2002, 25 (3) Economic Research Service USDA. www.ers.usda.gov/publications/FoodReview/DEC2002/frvol25i3a.pdf 25/11/15
“What is the glycaemic index (GI)?” NHS Choices. 23 August 2015.http://www.nhs.uk/chq/pages/1862.aspx?categoryid=51
“How one of the most obese countries on earth took on the soda giants.” Tina Rosenberg,The Guardian, 3 November 2015, http://www.theguardian.com/news/2015/nov/03/obese-soda-sugar-tax-mexico
Cho I, Yamanishi S, Cox L, Methé BA, Zavadil J, Kelvin L, Gao Z, Mahana D, Raju K, Teitler I, Ji H, Alekseyenko AV and Blaser MJ. Antibiotics in early life alter the murine colonic microbiome and adiposity. Nature 2012, 488, 622-629. Doi:10.1038/nature11400.
“Hunt should practice what he preaches.” Sarah Wollaston, The Telegraph, 27 October, 2015, http://www.telegraph.co.uk/news/health/news/11925833/Jeremy-Hunt-should-practise-what-he-preaches.html
House of Commons Select Committee on Health. Report HC465: Childhood obesity – brave and bold action. The Stationary Office, London 2015, http://www.publications.parliament.uk/pa/cm201516/cmselect/cmhealth/465/465.pdf
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Procedencia del artículo:
http://www.i-sis.org.uk/Cut_Down_on_Sugar.php
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