martes, 22 de septiembre de 2015

Dr. T. Colin Campbell: la importancia de una dieta vegetariana en la lucha contra el cáncer y otras enfermeades

por NOTICIASDEABAJO



“Ciencia normal” según Thomas Kuhn, haría referencia a un consenso generalmente aceptado, aunque desde el punto de vista científico no fuese correcto. Por ejemplo, la comunidad científica ( es decir, lo que llamamos “Ciencia normal”) en su tiempo creyó que la Tierra era el centro del Universo. Las nuevas evidencias y científicos valientes desafiaron de forma reiterada este supuesto, y con el tiempo en modelo heliocéntrico se convirtió en “Ciencia normal”.

Me atrevo a decir que hemos estado atrapados en un paradigma obsoleto sobre los alimentos y la salud desde que comencé a trabajar en el campo de la nutrición hace 60 años. Nuestra continua incertidumbre sobre el consumo de alimentos seguros y mantenimiento de nuestra salud, plantea una serie de interrogantes sobre la integridad científica que guía nuestras decisiones.

¿Por qué la mayoría de los investigadores de la llamada “Ciencia normal”, por ejemplo, ignoran los beneficios para la salud humana de una alimentación completa a base de vegetales? ¿Y por qué asumen esos mismos investigadores que los alimentos transgénicos son seguros? Dos ideas aparentemente independientes que comparten el mismo escenario. Aunque podríamos dar varias respuestas a estas preguntas, una destaca sobre el resto: un preocupante número de instituciones de investigación que dicen mantener una posición objetiva en el campo científico, se alían con las exigencias del mercado en lugar de favorecer la ciencia y la salud para el bienestar de todos, los hombres y los sistemas ecológicos. De todos modos, estas instituciones y sus partidarios asumen que los genes, la fuente primaria de los eventos biológicos, son los únicos que determinan los resultados. Esta presunción de la supremacía de los genes pone en peligro estas dos cuestiones: la alimentación a base de vegetales y los alimentos transgénicos.

Considero que hemos exagerado mucho la importancia de los genes, y al hacerlo, estamos negando dos características importantes de la naturaleza. En la salud humana, la nutrición controla la expresión genética – un hecho de la naturaleza. La alteración de los genes ( bien sea en plantas o en animales) para obtener un resultado específico, hace caso omiso de la complejidad biológica de la actividad de los genes – un hecho de la naturaleza. En ambos casos, violamos la naturaleza y su contexto, y corremos el riesgo de consecuencias no deseadas. En pocas palabras, hay personas que pretenden controlar (es decir, conquistar, violar) la naturaleza, mientras que otras se sienten felices de vivir dentro de la naturaleza.

Raramente se investiga una alimentación completa a base de vegetales

A excepción de una pequeña cantidad de estudios sobre la enfermedad cardiaca y la diabetes (Ornish, Esslestyn, Barnard), generalmente no revisados por pares, apenas se ha investigado un estilo de vida basado en una alimentación a base de vegetales. Pero aún siendo raros, los hallazgos han sido inusualmente impresionantes. Así que, ¿por qué la Ciencia normal no lanzó un Eureka? ¿Y por qué no profundizó en estos hallazgos? La razón práctica más importante es porque no hay suficientes personas que se alimenten exclusivamente de vegetales para incluir en estos estudios, ¿pero hay algo más?

La triste verdad es que la mayoría de los médicos orientados hacia la investigación científica, raramente consideran la idea de un estudio integral en nutrición, con o sin cohorte de personas alimentadas exclusivamente con vegetales. La mayoría de estos científicos no valoren en absoluto la ciencia nutricional. Además, algunos parecen estar muy preocupados por los efectos que podría tener sobre su reputación el aconsejar una dieta a base de vegetales, amenazando su status quo. Los responsables políticos apenas han financiado una mínima investigación de estudios sobre nutrición, que cada vez se reducen más, mientras que la Industria interviene para apoyar a los investigadores en la realización y estructuración de falsas investigaciones reduccionistas.

El arte de la observación

Durante mi carrera de investigador, fui director de un equipo de investigación de la Universidad de Cornell, de la Universidad de Oxford y de la Academia China de Medicina Preventiva, que llevó a cabo el que sigue siendo el estudio sobre nutrición más completo realizado hasta el momento. En el estudio se incluyó a un grupo formado por 6500 personas de zonas rurales de China ( de residencia estable y disponiendo de alimentos de la localidad), donde la mayoría de las personas tenían una dieta que se acercaba a los perfiles nutricionales de alimentación vegetariana. Este proyecto, que también se completó con un estudio experimental en laboratorio, nos llevó a las siguientes conclusiones: 1) invierte el desarrollo del cáncer en condiciones experimentales; 2) controla la expresión génica ( mejora los genes que promueven la salud y favorece el control de la enfermedad); 3) minimiza un amplio espectro de enfermedades, a diferencia del empleo de medicamentos y otros procedimientos tradicionales y 4) revoca (es decir, cura) ciertas enfermedades de una forma inusualmente rápida. Sus efectos son asombrosos. Desde el punto de vista holístico, estos descubrimientos no pueden ser ignorados. Además, revelan la posibilidad de devolver el control de su salud a una persona, sin depender de los consejos de terceros.

La combinación de los resultados de nuestra investigación en el laboratorio con nuestro estudio ecológico integral en China ( El estudio de China), y considerando los resultados clínicos obtenidos en los estudios independientes de otros investigadores (Esselstyn, Ornish, McDougall), muestran las impresionantes evidencias de los beneficios de una dieta exclusivamente vegetariana, por encima del uso combinado de medicamentos, procedimientos y protocolos de la Ciencia normal. Algunos investigadores se lamentan de la falta de pruebas convincentes, pero también parecen estar poco interesados en obtener dichas evidencias. La Ciencia normal no anticipa respuestas positivas.

Mis programas de investigación han obtenido conclusiones detalladas, que si se consideran como parte en el conjunto de la nutrición y el cáncer, sugieren un cambio radical de nuestra comprensión de estas disciplinas. Si me he interesado por la ciencia ha sido para tratar de comprender el orden natural de las cosas, es decir, la naturaleza. Desarrollé dos proyectos bien financiados al inicio de mi carrera de investigación: un proyecto sobre la nutrición y el cáncer en Filipinas; el otro, un proyecto de investigación en el laboratorio sobre cancerígenos, enzimas y biología de la célula. Pero algunas de nuestras consideraciones no encajaban muy bien dentro de la Ciencia normalsobre la nutrición y el cáncer, bueno, en realidad ni siquiera las consideraba. No tarde mucho en darme cuenta de que la Ciencia normal sobre la nutrición y la salud no considera a la naturaleza como un todo unificado, sino como una colección inconexa de partes, que han sido seleccionadas al azar para su uso en los últimos años.



Diferencia entre ciencia y Tecnología

El tipo de ciencia que más me interesa es el que denomino el “arte de la observación”. Este enfoque requiere dar un sentido al todo antes de abordar sus partes, entendiendo el contexto antes de centrarse en detalles fuera de contexto. A muchos les puede sorprender que este enfoque rara vez se tenga en cuenta. En la investigación genética sería conveniente darse cuenta de que los aproximadamente 20.000 genes trabajan de forma conjunta en infinidad de combinaciones y que no actúan solos. Los genes se expresan, un proceso que depende de la nutrición, lo cual añade una infinita complejidad adicional. En la investigación nutricional sería conveniente saber que la nutrición implica un sinnúmero de componentes de los alimentos ( los llamados nutrientes) y un sinfín de combinaciones de componentes que trabajan juntos, controlando en gran medida la expresión génica. No hay manera de saber la contribución relativa de cada uno de los genes individuales, de nutrientes concretos o de otros componentes de los alimentos y las innumerables funciones de los nutrientes. Reconocer esta complejidad del orden natural de las cosas es un primer paso esencial antes de obtener conclusiones sobre los detalles. Deberíamos buscar los mejores patrones de los genes, nutrientes y eventos bioquímicos para la mejora de nuestra salud, una información que nos permitiría elegir qué comer.

Pero desafortunadamente, la mayoría nos centramos en los nutrientes individuales, los genes individuales o alteraciones genéticas individuales, o los mecanismos individuales por lo cuales estas entidades funcionan, y luego lanzamos conclusiones como si todo ello fuera de suma importancia. Esto es Tecnología, no ciencia, y las implicaciones de este enfoque en que nuestro trabajo estará sujeto a los caprichos de nuestras preferencias personales o Corporativas, siempre confusas y sufriendo consecuencias no deseadas.

Yo sostengo que la investigación relacionada con la modificación genética es Tecnología, no ciencia. La introducción de un nuevo gen en las plantas para que destruya de forma selectiva ciertas plagas o hacerlas resistentes a los herbicidas, no considera cómo esos genes introducidos afectan a la actividad del resto de miles de genes. Eso no es ciencia. La identificación de los genes humanos individuales como causa principales de enfermedades, que sólo pueden ser tratadas mediante terapias farmacológicas específicas, tampoco es ciencia. Estos son ejemplos de una Tecnología que se ha vuelto intratable.

¿Por qué los científicos abandonan la Ciencia?

Tomemos el ejemplo del Dr. Jonatham Lathan y la Dra. Allison Wilson, dos brillantes genetistas moleculares que interpretan la ciencia subyacente de la revolución genética tan bien como cualquier otro. Estos dos científicos se dan cuenta, al menos en Biología, de que están tratando con un sistema infinitamente complejo, que yo prefiero establecer como un todo, es decir, holismo. Este es el contexto que tan a menudo se ignora. La gente que se da cuenta de ello, y yo me incluyo, creen que hay que mantener un cierto escepticismo sobre aquellas piezas que ignoran la totalidad de la que forman parte. Es un enfoque estrecho al considerarse de forma aislada: esto es reduccionismo.

En un reciente artículo sobre los transgénicos, el Dr. Jonathan Latham declaraba que, al principio de su carrera, abandonó la ciencia. En mi opinión, Latham no abandonó la ciencia, ya que mantenía los ideales científicos. En realidad, fueron sus compañeros quienes lo hicieron, investigando sobre la modificación genética, posiblemente para su explotación comercial. Esto, por definición, es Tecnología, no ciencia.

También me doy cuenta de que decidí abandonar la investigación científica a principios de 1990 por lo que que hasta ahora había averiguado, aunque mantuve mi cátedra en Cornell. Como Latham, no lo hice para pasarme al campo de la Tecnología, sino por mantener la integridad de la investigación científica que había realizado. Mi programa de investigación estuvo generosamente financiado por el Instituto Nacional de Cáncer (NIH) durante 27 años. Solicité su renovación 8 veces, y no estuve seguro de que me hubieran vuelto a renovar la financiación. Yo ya conocía este sistema de revisión, pues había ejercido como revisor profesional de las propuestas de colegas de otras instituciones académicas.

Cuando recibí las conclusiones de la revisión preliminar de la novena propuesta, me di cuenta de que podían surgir problemas en el futuro. Las opiniones de los científicos normales sobre nuestras conclusiones del valor de una dieta baja en proteínas, baja en grasas y una dieta vegetariana, estaban empezando a descollar. Estas opiniones, a mi juicio, eran más que nada prejuicios personales antes que una crítica a la calidad científica de la investigación. Consumir menos proteínas nunca ha sido una idea muy popular.

Cuando me decidí a colgar las botas, por así decirlo, cerré mi laboratorio en Cornell. Fue aquella una maravillosa carrera durante más de tres décadas. Formé a graduados y estudiantes de pregrado, actué como anfitrión de muchos colegas de alto nivel en mi grupo de investigación y los hallazgos fueron publicados en las mejores revistas. El nuestro fue, durante muchos años, el mayor programa de investigación, el mejor financiado, el que más publicaciones realizó y el más publicitado por el Departamento de Ciencias de la Nutrición, clasificado en primer lugar durante mucho tiempo en Estados Unidos.

Me di cuenta de que algunos colegas, tanto de dentro como de fuera de la Universidad, defensores de la Ciencia normal, creían que nuestros resultados eran demasiado provocativos. Después de todo, esta información tenía el potencial de poder cambiar sustancialmente nuestras ideas sobre la salud y la alimentación. Pero algo iba mal. Me encontraba a la deriva, lejos de los que ahora llamamos Ciencia normal.

Volviendo a los comentarios del Dr. Latham acerca de su salida de la investigación científica, ahora observo que hay un hilo conductor entre su decisión y la mía. Son historias similares, excepto que yo no tenía una perspectiva sobre el futuro de mi carrera. Él era un joven absorto en una nueva era de la genética molecular, todavía no consciente de que los nuevos descubrimientos sobre los genes podían ser explotados con fines comerciales, pudiendo generar consecuencias no deseadas.

La gente tiene derecho a saber

Consideramos que podemos resolver nuestros problemas de salud gracias a los descubrimientos sobre los excepcionales beneficios de una dieta vegetariana. Mi interés en la actualidad es el de informar, educar, dar a conocer esta poderosa información. Esta dicotomía entre dos métodos (reduccionismo vs. holismo) nos dice mucho sobre cómo pensamos acerca de la Ciencia, el planteamiento de hipótesis, la realización de investigaciones, la interpretación de los resultados y la aplicación comercial de esta información.

Después de casi seis décadas, ha aumentado mi entusiasmo por compartir esta información con la gente. Tenemos el sistema de salud más caro del mundo, sin embargo, los beneficios de una dieta vegetariana para la salud no son conocidos, ni son empleados para el cuidado de la salud (su uso en situaciones de enfermedad). Peor aún, esta información tiende a ser silenciada, con poco o ningún interés en una investigación más detallada. Mis investigaciones iniciales estuvieron centradas más en el cáncer que en la nutrición, estudios que estuvieron financiados con fondos públicos ( en lugar de tanta financiación actualmente por parte de la Industria). Por lo tanto, sentía que era mi responsabilidad difundir esta información tanto entre los estudiantes como entre el público en general, ya que ellos habían financiado mi trabajo. Sin embargo, al hacerlo, ciertas personas del Sistema ( de la Ciencia normal) tendían a ignorarla o incluso se oponían, lo que me llevó a que me preguntase a mí mismo cual era la mejor forma de hacer Ciencia, la suya o la mía. Tal era la oposición, incluso a veces de forma poco ética, pero esto me estimuló aún más a seguir mi camino.

Ciencia Real vs. ciencia

Tenemos que ser conscientes de la diferencia entre ciencia y Tecnología. La ciencia observa, y a diferencia de la Tecnología, no hay necesidad de que algunos individuos establezcan el orden del día para avanzar en las agendas de productos y servicios. Las reglas de la ciencia deben aplicarse con la mayor objetividad posible. Esto significa, entre cosas, de que uno puede estar equivocado, que debe debatir sobre las diferentes interpretaciones de los resultados, y ser lo suficientemente audaz para formular hipótesis que vayan en contra del paradigma dominante, y transmitir los resultados a los demás.

Es un hermoso mensaje, a la espera de que sea escuchado. Podemos mejorar nuestra salud mediante la comprensión de la importancia de una nutrición verdaderamente sana. Y la ciencia puede mostrar que así es.

Dr. T. Colin Campbell

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