Después de la pubertad nuestro cuerpo comienza lentamente a reducir su producción de las hormonas de crecimiento, que son necesarias para la reproducción de prácticamente todos los tejidos celulares de nuestro organismo. Se ha demostrado que a la edad de 80 años, no producimos prácticamente ninguna hormona de crecimiento y, por lo tanto, desde ese momento envejecemos rápidamente y fallecemos. Los factores de crecimiento del calostro son de hecho las hormonas que estimulan la reproducción normal del tejido celular. La reproducción normal de las células significa exactamente eso… no envejecimiento, cáncer, arrugas ni debilidad.
El calostro es único en el sentido de que es la única sustancia que proporciona las hormonas anti-envejecimiento en la combinación perfecta en que la naturaleza quiso que estuvieran (no cada una sola y por separado) y funciona de manera natural para suplementar los propios factores de crecimiento del cuerpo así como para estimular al sistema endocrino a que siga produciendo estas vitales (y revitalizantes) hormonas.
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