Publicado por Daniel Comin el 8 mayo, 2011.
Archivado bajo Internacional, Investigación, Noticias
Tags: Asperger, Investigación
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Un equipo de investigación liderado por el profesor Simon Baron-Cohen, director del “Autism Research Centre” de la Universidad de Cambridge, han publicado en la revista “Journal of Autism and Developmental Disorders” un estudio sobre la transexualidad y los trastornos del espectro del autismo titulado “Brief Report: Female-To-Male Transsexual People and Autistic Traits“. La teoría sobre el cerebro super-masculino defendida por Baron-Cohen y su equipo ha sido puesta a prueba en este estudio.
La teoría se basa en que; en ciertos aspectos de la conducta, la mente de algunas mujeres con Asperger, presentan una conducta con patrones masculinos. Presentando lo que podríamos denominar como un trastorno de identidad sexual. Para ello, el estudio evaluó a 5 grupos diferentes de personas. Dos de los grupos contenían a personas con transexualidad, de hombre a mujer (198 transwomen) y de mujer a hombre (61 transmen) respectivamente; un grupo con hombres (76) y otro con mujeres (98) sin problemas de género y un quinto grupo con personas con Síndrome de Asperger (125).
El resultado promedio del “Autism Sectrum Quotient” (AQ) -con el que los investigadores evaluaron a los participantes del estudio para medir los rasgos Autísticos- fue mucho mayor en el grupo de transmen que el resto de grupos, salvo el grupo con Asperger que fue -obviamente- el de mayor puntuación.
Este resultado significa que que las niñas con una puntuación elevada en el AQ tienen una mayor probabilidad de tener intereses masculinos, no siendo tan emocionales como el resto de las niñas. A su vez socializan mal con otras niñas, ya que presentan intereses diferentes. A su vez, las niñas desarrollan sus capacidades sociales antes que los niños, por eso una niña que presenta estas diferencias en su desarrollo y que tiene afectadas este tipo de funciones sociales, masculinizará más aun a la niña, ya que se sentirá mas a gusto entre niños, aumentando la sensación de soy un niño en el cuerpo de una niña. Esto puede generar cierto nivel de tensión emocional en la niña si su entorno social y/o familiar genera presiones hacia una posición más femenina. Según Rebecca Jones -coautora del estudio- estas niñas, pueden acabar con el firme convencimiento de ser un varón en el cuerpo de una hembra y optar por un cambio de sexo en la edad adulta.
Este primer estudio sobre el tema nos presenta unas conclusiones que pueden hacer cambiar la percepción sobre la intervención en niñas y el modo en que estas comprenden su entorno. Sin embargo, este es el primer estudio desarrollado sobre el tema, no debemos de obviar que con o sin presencia de rasgos autísticos, los problemas de género son siempre extremadamente complejos.
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