miércoles, 14 de agosto de 2013

Reciclaje, cuidado del medio ambiente y fuente de ingresos


Por: Mariana Hernández. Papel, vidrio, plástico, pet, aluminio, cartón son desechos fácilmente ubicables en el entorno diario sea en el hogar, la oficina, en el sitio de recreo o de trabajo y su correcta separación constituye parte de una cultura de protección al ambiente aunque, para muchos, es fuente de ingresos que complementa o constituye la base de su economía.

Contribuir a la conservación del medio ambiente, recuperar materia prima, producir nuevos artículos, generar empleos, ingresos económicos e incluso energía eléctrica, son algunos de los beneficios que conlleva el adecuado manejo de basura y la cultura del reciclaje.

Aprovechar los recursos disponibles y maximizarlos “sin comprometer nuestras reservas futuras es lo que cuenta, no importa si es por cultura o negocio, lo que importa es que se empiece a ver el reciclaje como algo cotidiano”, válido y viable.

La industria del reciclaje es fuente importante de ingresos para una extensa cadena productiva, desde aquellas personas que realizan el acopio hasta las empresas que venden la materia prima derivada de los productos reciclables.

Sin embargo, la carencia de un esquema fiscal que dé certeza a las compras de residuos propicia que millones de dolares salgan del país, principalmente con dirección al continente Asiático, para regresar en una gran variedad de productos terminados.
“Hay gente que dice ‘qué bueno que se estén llevando basura’”, pero si los asiáticos están dispuestos a pagar es porque tienen valor para la industria, que pudieran aprovecharse en nuestro pais como materia prima, para la generación de empleos y de riqueza que el país necesita.

Además de los recursos económicos por la cadena productiva, resulta preocupante la conservación del medio ambiente, ya que reutilizar los materiales reciclables lleva a reducir en forma considerable la emisión de carbono y de gas metano.

La chatarra también es un buen negocio .Con esta se hacen tubos, y varillas. Las personas creen que todo lo que desechan es basura pero no, todo tiene un precio”, y es el caso del papel que se desecha en oficinas, que puede transformarse en servilletas, papel higiénico, para fotocopiadoras, entre otros.

Todo se puede volver a utilizar después de su debido proceso. Por ejemplo, con el vidrio molido se pueden elaborar botellas, vasos, jarros, vidriería en general y es una pena que en el país no haya una cultura del reciclaje, más cuando “un poco de dinero extra no le caerá nada mal a nadie”.

Por cada tonelada de papel que se recicla se salvan 17 árboles, se ahorran 28 mil litros de agua, sin contar la energía que se gasta para su producción. Por tanto, reciclar redunda en ahorros energético, de agua, de materias primas, tiempo, dinero y cuidado ambiental que se reflejará en el futuro.

Reciclar el papel no es difícil. El material recolectado y empacado se envía a fábricas, ahí es revisado, debe estar seco y sin moho. Pasa a un molino donde se combina con agua para extraer la fibra; la mezcla pasa por coladeras industriales y luego por rodillos que alisan la pasta hasta formar hojas listas para comercializarse.

En el caso del vidrio, reciclar un frasco significa ahorrar energía suficiente para alimentar un foco de 100 watts por cuatro horas, y la mayoría de los productos son reciclables, aunque lo recomendable es no mezclarlos (vasos, ventanas, espejos, cristal de mesa o automotriz)

Producir latas con aluminio reciclado reduciría en 95% la contaminación del aire ocasionada por su producción. El aluminio es el metal más ligero y tiene miles de usos industriales, médicos y en la construcción, y por su maleabilidad y características es apto para envasar bebidas y alimentos.

Estos productos solo son un ejemplo de muchos susceptibles de reciclaje. Cartón, PET, plástico, latas (de comida o refresco), libros, chatarra, papel, metales, pilas, celulares, aparatos electrónicos, madera, son otros más que pueden alargar su vida útil transformarlos en materias primas para nuevos productos.

El reciclaje es sustentable, es cultura, es negocio, es educación. La “basura” es opción de crecimiento, de ingresos económicos, de desarrollo, y su correcto manejo un beneficio para el entorno ambiental.

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