jueves, 31 de octubre de 2013

¿Usted pregunta de dónde viene el pescado que consume?

Por: http://agendadelmar.com
¿Usted pregunta de dónde viene el pescado que consume?
Foto: Viviana Moura, Primer Concurso de Fotografía Agenda del Mar
Antes de llevarse el próximo bocado de pescado a la boca, usted debería saber que aproximadamente el 84% de la vida marina monitoreada ha sido explotada, sobreexplotada o hasta agotada. No es una cifra alarmante para dejar de consumir pescado, pero sí para cambiar los hábitos y empezar a hacer compras sostenibles de estos alimentos que nos ofrece el mar.
Pensando en esta realidad y en la necesidad de un cambio, el Recetario de la Agenda del Mar 2013 enfocó sus páginas en la llamada cocina sostenible, que es aquella que hace un aporte significativo al Planeta al tener en cuenta los ingredientes naturales y su origen social y medioambiental responsable, además de promover una forma de cocinar más eficiente que genere menos residuos y consuma menos agua y energía.
En cuanto al pescado, las recomendaciones que hace el Recetario son claras. La primera es informarse si la especie se encuentra amenazada o sobreexplotada. Tal es el caso del mero guasa (Epinephelus itajara), que en Colombia se encuentra en peligro crítico de extinción debido a la pesca descontrolada (ver noticia en El Tiempo).
La recomendación es sacar al mero de la lista del mercado y del menú de los restaurantes, así lo encuentre disponible en pesquerías y supermercados. “Infortunadamente en Colombia no hay una normatividad que prohíba comercializar especies amenazadas”, comenta el biólogo marino de la Fundación Eduardoño, Juan Carlos Gutiérrez, quien sugiere reemplazarlo con el dorado, que es de un sabor parecido y no está amenazado.

No a los peces que no alcanzan la talla

Otra recomendación del Recetario es informarse si la talla del pescado que va a consumir es la adecuada y le ha permitido reproducirse. El caso más común es el pargo rojo (Lutjanus peru), el cual se suele vender y comprar como “pargo platero” –porque cabe completo en el plato– aun cuando su tamaño está por debajo de la talla media de madurez que es 59,3 cm. Para el caso del pargo lunarejo es de 36,3 cm, según informa la Fundación Marviva.
Si en estas vacaciones usted se encuentra en la Costa u otro lugar donde le ofrezcan pargo, siga la recomendación del biólogo Juan Carlos: pida filete de pargo. Solo de esta manera se garantiza que el pescado que le sirven está en su estado de adultez, es decir, cuando ya ha tenido la oportunidad de reproducirse y garantizar la perpetuación de su especie. Atraparlo más pequeño es condenar su especie a la extinción. En lugar de pargo también se puede consumir tilapia, que es un pez cultivado.
Mira este video en el que el Profesor Super O enseña sobre los tamaños y tallas adecuadas del pescado:

Que no sea pez loro

Tampoco se deje engañar por quienes venden otras especies haciéndolas pasar por el ya escaso pargo. Tal es el caso del pez loro (Scaridae), que es vital para los arrecifes, porque es el único con boca en forma de pico y una dentadura que ayuda a limpiar los corales de las algas. Por su textura y tamaño pasa fácilmente como pargo, pero reconocerlo es muy fácil ya que tiene una sola placa de dientes en lugar de pequeños dientes afilados como el auténtico bagre.
Desde hace varios años, en el Parque Nacional Corales del Rosario y de San Bernardo, está en marcha una campaña para evitar pescarlo y comercializarlo. Dentro de este proyecto de conservación se le compuso incluso una champeta para educar y sensibilizar a la comunidad:

Apoye la pesca artesanal

Igualmente crucial para proteger los recursos marinos es la recomendación de preferir las empresas y pescadores que pescan con anzuelo. Esta es una manera más selectiva de obtener el pescado del mar, contrario a la pesca de arrastre que, como su nombre lo indica, arrastra con sus redes todo lo que encuentra a su paso.
Un ejemplo de prácticas sostenibles de pesca lo demuestra la Red de Frío de Bahía Solano, un grupo de 40 pescadores que recibe el apoyo de la Fundación Mar Viva, el Fondo Acción, Conservación Internacional y el restaurante Wok, en el marco del programa Eco Gourmet. Ellos capturan los peces de manera artesanal y tienen quién les compre la producción.
Otra forma de incentivar la pesca sostenible es la consolidación de las llamadas Zonas Exclusivas de Pesca Artesanal (ZEPA). La primera ya obtuvo su declaración definitiva el pasado mes de mayo por parte del Gobierno Nacional, luego de cinco años en los que funcionó de manera provisional.
Esta ZEPA es una franja de mar de 1.112,75 km2, ubicada entre punta Ardita (frontera con Panamá) y punta Solano (en el Chocó), con un ancho de 2,5 millas entre la costa y el mar en donde queda prohibida la entrada de pescadores industriales y la pesca de arrastre por parte de los artesanales. En otras palabras, en esa franja que pasa por todo el municipio de Bahía Solano solo está permitida la pesca con anzuelo. La ZAPA también restringe a los industriales la pesca del atún en las primeras 12 millas.
La iniciativa, de la cual hacen parte la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap), el Ministerio de Agricultura, el Invemar y ONGs como Conservación Internacional, Marviva, Fundación Malpelo y WWF, tiene entre sus beneficios el hecho de que los rendimientos económicos quedan mejor distribuidos con la pesca artesanal que con la industrial, entre otros aspectos.
El Urabá antioqueño también espera tener muy pronto su propia ZEPA y disfrutar de sus beneficios. Actualmente está en estudio y desarrollo por parte de la Universidad de Antioquia y la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap).
Ya lo sabe: comprar el pescado que se obtiene de manera sostenible en las Zonas Exclusivas de Pesca Artesanal es una buena forma de ayudar a la salud de nuestros mares y a que el delicioso y nutritivo pescado nunca nos falte en la mesa.


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