domingo, 17 de junio de 2012

Los fármacos psiquiátricos pueden afectar la estructura del cerebro



Desde hace ya bastante tiempo hemos venido hablando sobre los efectos de la administración de fármacos psiquiátricos a niños, generalmente la respuesta que recibíamos era que no existía una constatación real de si este tipo de fármacos afectaba al cerebro de forma negativa, o positiva. Es decir, no se conoce a ciencia cierta qué tipo de efectos producen este tipo de fármacos en el desarrollo del cerebro de un niño. A su vez, este tipo de fármacos suelen prescribirse de forma crónica, a pesar de no saberse si este tipo de fármacos pueden producir efectos adversos en el desarrollo cerebral del niño.
Recientemente se ha publicado el artículo “Contrasting Effects of Haloperidol and Lithium on Rodent Brain Structure: A Magnetic Resonance Imaging Study with Postmortem Confirmation” en la revistaBiological Psychiatry, que aborda precisamente este aspecto, y que arroja datos bastante preocupantes. Un equipo de investigadores del King’s College de Londres ha llevado a cabo un experimento, basado en ratones de laboratorio, con el propósito de descubrir si realmente este tipo de medicamentos producen cambios físicos en al estructura del cerebro. En concreto se han basado en solo dos medicamentos antipsicóticos usados ampliamente, el Haloperidol y el Litio.
El equipo de investigación realizó un escáner del cerebro de los ratones ates y después del estudio. Administraron durante ocho semanas seguidas dosis de estos medicamentos a los ratones, en una dosis que corresponde a la que se le daría a un ser humano. Estas ocho semanas corresponden a un tratamiento de 5 años en un humano adulto. El resultado fue que en el caso de los ratones que recibieron haloperidol sufrieron una reducción del 6% de la materia gris y en los ratones que recibieron litio la misma materia gris aumentó un 3%. Una constatación de que realmente este tipo de fármacos (al menos bajo los parámetros del estudio) produce cambios físicos y contrastables en el cerebro.
No se sabe aun si estos cambios representan una mejora o un empeoramiento, o de qué forma pueden afectar en el desarrollo del cerebro humano, y menos aún en el cerebro de un niño. Pero evidentemente los cambios sufridos en la morfología del cerebro de los ratones es lo suficientemente significativa como para potenciar e impulsar nuevos estudios encaminados a poder responder a las preguntas que siguen sin repuesta.

Twitter: @danielcomin

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