miércoles, 30 de julio de 2014

Los alimentos ‘ecológicos’ tienen mayor calidad nutricional

Ahora, otro estudio demuestra la mayor calidad de los alimentos ecológicos. El título ya nos da las claves: Más antioxidantes y menores concentraciones de cadmio y una menor incidencia de residuos de plaguicidas en los cultivos ecológicos: una revisión sistemática de la literatura y meta-análisis.

ENVIADO POR: ECOTICIAS.COM



Los estudios independientes certifican que los alimentos ecológicos son más nutritivos y de más calidad. Sin embargo, la gran industria alimentaria intenta contrarrestar estas informaciones. A pesar de ellos, no cesan de aparecer nuevos estudios que aportan más información, independiente y fidedigna, sobre las innumerables virtudes de los alimentos “bio”.

Ahora, otro estudio demuestra la mayor calidad de los alimentos ecológicos. El título ya nos da las claves:Más antioxidantes y menores concentraciones de cadmio y una menor incidencia de residuos de plaguicidas en los cultivos ecológicos: una revisión sistemática de la literatura y meta-análisis. Se trata de un estudio científico llevado a cabo por investigadores de diferentes países europeos y Estados Unidos y liderado por la Universidad de Newcastle en Inglaterra. Sus conclusiones son muy significativas. 
Podríamos resumir el citado análisis más o menos así.… La demanda de alimentos orgánicos está impulsada en parte por la percepción de los consumidores de que son más nutritivos. Sin embargo, algunas opiniones científicas, en buena medida a sueldo de la gran industria alimentaria y sus lobbies asociados, quiere crear confusión al respecto y no cesa de lanzar informaciones a la opinión pública sobre si existen diferencias nutricionales significativas entre los alimentos orgánicos y no orgánicos.

CLARO QUE HAY DIFERENCIAS
Algunos pseudoestudios ”recientes han concluido que no hay diferencias. No vamos a detenernos en esos estudios pagados por las grandes firmas agroalimentarias para verificar las hipótesis que a ellos les interesa que se verifiquen. Pero en el presente estudio, el de la Universidad de Newscastle, se realizó un meta-análisis basado en 343 publicaciones revisadas que “indican diferencias estadísticamente significativas en la composición entre alimentos ecológicos y no ecológicos”. Lo más importante es que se encontraron concentraciones de una gama de antioxidantes tales como los polifenoles sustancialmente más altas en alimentos ecológicos: ácidos fenólicos (19%), flavanonas (69%), estilbenos (28%), flavonas (26%), flavonoles (50%) y antocianinas (51%) respectivamente. Muchos de estos compuestos han sido previamente relacionados con un menor riesgo de enfermedades crónicas, como las enfermedades neurodegenerativas, problemas cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer, en la intervención dietética y estudios epidemiológicos.

NO ES LO MISMO
¿Cómo vamos a considerar que es lo mismo un tomate saturado de pesticidas, cosechado en tiempo record, que un tomate completamente orgánico cultivado según los ritmos naturales? Es de locos pensar que pueden ser lo mismo, ni desde el punto de vista nutricional ni desde el punto de vista organoléptico. Pongamos el caso de un huevo. ¿Puede ser lo mismo un huevo de una gallina ponedora que vive hacinada con otras congéneres en una granja industrial, en condiciones “infraanimales”, recibiendo por alimentación productos tóxicos cargados de antibióticos (para que no enferme en esas condiciones)… que un huevo de gallinas felices que viven libres y que comen productos sanos y orgánicos en un espacio saludable y natural?
La industria agroalimentaria trabaja incansablemente para convencer a la población de que no pasa nada, de que todo es lo mismo, de que no hay diferencias… Pero hasta el más tonto se da cuenta de cómo sabe un tomate de huerto ecológico y cómo sabe uno procedente de un invernadero industrial? ¿Y no hace falta ser catedrático en Medicina para comprobar que la ingesta de alimentos ecológicos conlleva un equilibrio de la salud más estable y un sistema inmunitario más fuerte.

LOS PLAGUICIDAS
Además, “la frecuencia de aparición de residuos de plaguicidas se encontró que era cuatro veces mayor en los cultivos convencionales, que también contenían concentraciones significativamente más altas de cadmio que es un metal tóxico”. ¿Cómo va a ser, por lo tanto, igual de sano… una manzana que tiene cuatro veces más pesticidas que una manzana mucho más sana? ¿Y quién se come la manzana? Seamos serios: Si usted tiene esta información, ¿qué manzana preferiría, la que está saturada de plaguicidas o la que está limpia? También se detectaron diferencias significativas de otros compuestos (por ejemplo, minerales y vitaminas). Hay evidencia de que las concentraciones de antioxidantes más altos y menores concentraciones de cadmio están vinculados a las prácticas agronómicas específicas de la agricultura ecológica (por ejemplo, la no utilización de nitrógeno mineral y fertilizantes: una mayor concentración de antioxidantes, menores concentraciones de cadmio y una menor incidencia de residuos de plaguicidas que convencionales comparados para diferentes regiones y en temporadas distintas”.

Esteban Zarauz


OPINIÓN
Es de cajón…
Me parece muy bien que se hagan estos estudios independientes para demostrar la mayor consistencia nutricional de los alimentos ecológicos. Yo ya estaba al tanto de la labor de Dolores Raigón, que, desde la Universidad de Valencia, también ha venido a demostrar lo mismo. Ahora bien, yo tengo mi propio huerto ecológico y lo tengo desde hace años. Asi que, señores, sé de lo que hablo. Mis tomates saben a tomates. Las patatas, a patatas. Las cebollas, a cebollas. Y los pimientos, a pimientos. Las verduras de mi huerto tienen sabor y, aunque no las he analizado, sé a ciencia cierta que tienen un buen montón de nutrientes y que son alimentos bien equilibrados. No tienen, además, residuos de productos de síntesis de ningún tipo, ni tampoco modificación genética alguna, al menos que yo sepa. Si algún científico de guante blanco, de esos que nunca tocan la tierra, quiere convencerme de que un tomate de El Egido, criado al amparo de plásticos e insecticidas y fertilizantes químicos… es igual que los tomates de mi huerta… lo tiene bien crudo. Y no soy un fanático de nada. Pero es que es de sentido común que se trata de dos productos completamente diferentes. El tomate de El Egido es un “comestible”. Mi tomate es un alimento. ¿Por qué se empeñan en confundir a la población? No estamos locos, sabemos lo que queremos…

E. Z.




Fuente original: http://www.vidasana.org/

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