Un país sin reciclaje es un país que está condenado a vivir entre el estancamiento y la contaminación. Para promover la cultura de reutilizar las cosas, Conrad MacKerron propone que sean las empresas las que instruyan a los ciudadanos.
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Cuando las grandes empresas multinacionales lanzan un producto al mercado, en la mayoría de los casos éste resulta un éxito. ¿Pasaría lo mismo si estas compañías promovieran el reciclaje de la misma forma?
La población mundial aún no ha sido capaz de adquirir el reciclaje como forma de vida. En los Estados unidos, sólo se recicla el 48.3% de los envases, mientras en Dinamarca, Bélgica y los Países Bajos las cifras rebasan el 74%. El problema de la falta de reciclaje radica en dos temas: la falta de servicios de calidad en reciclaje y la falta de participación de las empresas.
Los números y resultados en reciclaje aún son mediocres. Alrededor de $11.4 mil millones de dólares son gastados en desperdicios que son abandonados en parajes y rellenos sanitarios.
Conrad Mackerron, un experto en temas ambientales, propone que para promover el reciclaje es necesario obligar a las empresas a reciclar los envases de los productos que ellos mismos crean y distribuyen en todos los países. La educación no ha resultado un buen camino hacia la conciencia social. “Es muchos más eficiente que las empresas reciclen sus productos; además, ahorrarían costos de envasado, entre otras cosas”.
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