viernes, 6 de diciembre de 2013

Economía verde: la nueva cara del capitalismo



Escrito por Jubileo Sur

Economía Verde: ¿de dónde vino?

En los años siguientes a la II Guerra Mundial, el capitalismo lanzó la revolución verde, nombre bonito para reprentar el tsunami de cambios tecnológicos introducidos en la producción agrícola, como fueron los pesticidas, insecticidas y abonos químicos, cambios genéticos en las plantas, fumigación aérea con agrotóxicos sobre las plantaciones, invenciones de maquinarias cada vez más costosas y sofisticadas para substituir el trabajo de los agricultores familiares, entre otros objetivos. Todo esto aumentó el PIB de los países y del mundo. En el mediano plazo, sin embargo, estos cambios tuvieron efectos dañinos sobre la salud humana –de los productores y de los consumidores-, la fertilidad del suelo y los ecosistemas. Sin la precaución necesaria, los insumos químicos agrícolas han contaminado al ser humano y su medio ambiente, proporcionando al mismo tiempo fortunas para las corporaciones químicas privadas. Y también la oportunidad de expansión acelerada de la industria farmacéutica, ambas usando enormes recursos recibidos de fondos públicos.


La humanidad vive hoy otro ciclo parecido al de la revolución verde con el simpático pero engañoso término de "economía verde". Estamos delante de una situación curiosa y, al mismo tiempo, peligrosa. Después de casi dos siglos de dominación capitalista sobre la vida social, el planeta Tierra no tolera más tanta depredación de recursos, destrucción de la biodiversidad y degradación del ambiente. Igualmente, la mayoría de sus habitantes ya no soportan más el grado de explotación e injusticia al que están sometidos. Tanto estos sectores populares como la madre Naturaleza están dando señales de alerta. Con la creciente velocidad de la producción y del consumo, con el agotamiento de lo que ofrece la Naturaleza, con la profundización de las desigualdades sociales y con el agravamiento de las amenazas climáticas, la humanidad puede llegar inclusive a su autoextinción.

Las señales de que estamos cerca de una catástrofe se multiplican, tanto en el mundo natural como en el social. Tsunamis, sequías e inundaciones avasalladoras, revueltas populares frente a obras de construcción de hidroeléctricas o hasta de estadios, nos dan una dimensión de ello y evidencian el agotamiento del modelo actual de sociedad y consumo. El diagnóstico es claro, pero las grandes empresas, bancos y las élites que se benefician han negado que el problema exista y sea una amenaza para la Humanidad. Continúan repitiendo que "el mercado lo resuelve todo". Desde hace muchas décadas, estas élites intentan maquillar el hecho de que sólo una minoría de la población del planeta gana con lo que ellas definen como "desarrollo económico". La realidad muestra lo contrario pues el modo capitalista de organizar la producción y la distribución de los bienes materiales, sociales y naturales están dirigidos hacia la obtención de lucro, no para satisfacer las necesidades y derechos del ser humano. El resultado es riqueza para pocos, a cambio de la miseria, opresión y explotación de la mayoría de los trabajadores y trabajadoras.

Datos publicados por la ONU muestran que en 20 años solamente el 20% de la población se enriqueció, mientras que la mayoría se empobreció. El empobrecimiento del 20% más pobre es especialmente escandaloso: ¡su renta cayó 20 veces en 20 años! Son los que viven con apenas el 0,07% de la riqueza mundial. La realidad social y las crisis muestran que la promesa de humanizar el capitalismo y generar vida digna por medio de las teorías liberales del siglo XIX y XX y del "estado de bienestar social" no pasa de ser una mentira. Pero ahora ya se sabe que ese tipo de falsa prosperidad social tiene como fuente la explotación del trabajo del resto de la población mundial. Ese modelo, en resumen, no es sustentable a escala global. Sin embargo, los amantes del libre comercio continúan negándolo. Incluso los investigadores y científicos fueron comprados, por ejemplo, para desmentir el Cambio Climático.

Fuente: Rio20.net

No hay comentarios:

Publicar un comentario