Solicitan a Monsanto y otras empresas de Biotecnología que les devuelvan las cantidades destinadas a tratamientos fitosanitarios adicionales
Por Deirdre Fulton, 29 de julio de 2014
Los agricultores brasileños dicen que su maíz transgénico ya no es resistente a las plagas,informó Reuters el pasado lunes.
La Asociación de Productores de Maíz y Soja de la región de Mato Grosso dijo que los agricultores ya empezaron a notar en el mes de marzo que sus cultivos de maíz transgénico no eran resistentes a las orugas que los destruyen, y se supone que el maíz Bt, que ha sido modificado genéticamente para producir una toxina que debiera repeler ciertas plagas, debiera protegerlos. Los agricultores se han visto obligados a aplicar tratamientos adicionales de insecticidas, lo que supone un mayor coste financiero y una mayor contaminación del medio.
La Asociación, Aprosoja-MT, solicita a las empresas Monsanto, Dupont, Syngenta y Dow a que les ofrezcan soluciones, así como que compensen a los agricultores por las pérdidas. En uncomunicado que se puede leer en la página web Aprosoja-MT, su portavoz Ricardo Tomcyzk dijo que los agricultores han gastado en torno a 54 dólares adicionales por hectárea en la fumigación de pesticidas y que las empresas de Biotecnología les prometieron algo que no les han ofrecido, es decir, su publicidad es falsa.
Pero es poco probable que Monsanto y adláteres cedan a las pretensiones de los agricultores. Según Reuters, “las empresas de semillas dicen que ya advirtieron a los agricultores brasileños que cultivasen semillas convencionales de maíz, para evitar lo que ahora ha ocurrido: el desarrollo de resistencia a las semillas transgénicas”.
Un problema parecido ya surgió en Estados Unidos a principios de este año, cuando los científicos confirmaron que las orugas que destruyen las raíces del maíz habían conseguido desarrollar resistencia al maíz transgénico, que está diseñado para matarlas.
La respuesta de la Industria a la pérdida de eficacia de estos cultivos no es el fomentar la biodiversidad, sino la de seguir modificando aún más los organismos, según dice la organización GMWatch.
El caso de Brasil es un ejemplo de una tendencia general que está mostrando que casi veinte años después del inicio de la comercialización de los cultivos Bt, hay problemas en varios países productores de este tipo de cultivos modificados genéticamente. La Industria intenta hacer frente a este problema comercializando nuevos productos que produzcan varias toxinas Bt diferentes. El ejemplo más conocido es el maíz SmartStax de Monsanto, que ahora produce seis toxinas Bt diferentes.
Otros resultados inesperados llevarían al uso de mayor cantidad de pesticidas, como ya está ocurriendo en el Mato Grosso.
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