“Nunca se ha probado que la sucralosa sea segura para el consumo humano” - Dr. Joseph Mercola
Mientras saboreaba unos duraznos al jugo que había logrado identificar como lo más saludable dentro de una desalentadora oferta de “comida chatarra”, disfrazada de refrigerio, en la nueva tienda cercana a mi oficina, noté un sabor extraño: el azúcar había sido reemplazado por sucralosa.
Un sabor inusual y desagradable. Al llegar a la oficina y luego de hacer una breve búsqueda en internet, me encontré con que el amigable nombre de sucralosa era sólo un invento del nombre real de la molécula 1′,4,6′-Triclorogalactosucrosa.
¿Qué información nos da uno de los fabricantes sobre el 1′,4,6′-Triclorogalactosucrosa?
“En palabras simples, el endulzante con el mejor sabor. Responsable de atraer la atención general al ser apta para el consumo de todo tipo de públicos, desde niños, hasta embarazadas, incluso diabéticos, la sucralosa es la mejor opción para mantener una vida relajada, sana y libre de calorías". ¿Es necesario decir algo más, cuando Cero K habla por sí solo?
La triste realidad, muy distinta a la información optimista y superficial que nos entrega el fabricante, es que a la molécula original de azúcar se le han agregado tres moléculas de cloro y, al final de un largo proceso químico patentado, la molécula ha quedado tan alterada que la misma está más cerca del Agente Naranja o del DDT que del azúcar. De hecho, no es de extrañar que varias empresas químicas ofrezcan sucralosa en las góndolas de supermercados.
Este tipo de “azúcar” no se encuentra en ninguna parte en la naturaleza y, por lo mismo, el cuerpo no lo puede metabolizar. Es por eso que se publicita como cero calorías, porque el cuerpo humano no lo puede digerir. Sin embargo, de acuerdo con la literatura científica existente, entre el 11 y el 27% de la sucralosa sí es absorbida por el sistema digestivo e incorporada en las células grasas.
¿Qué impacto tiene esa molécula en la salud de nuestro organismo?
La sucralosa destruye las bacterias beneficiosas
Hace tres años, un estudio realizado en animales y publicado en el Journal of Toxicology and Environmental Health, descubrió los siguientes problemas relacionados con la ingesta de sucralosa:
■Reducción en un 50% de las bacterias intestinales beneficiosas
■Aumento del pH intestinal
■Aumento del peso corporal
■Absorción por células grasas
■Consecuencias en los niveles de P-glicoproteínas (P-gp) de manera significativa, de forma que los medicamentos podrían no ser absorbidos.
■Aumento del pH intestinal
■Aumento del peso corporal
■Absorción por células grasas
■Consecuencias en los niveles de P-glicoproteínas (P-gp) de manera significativa, de forma que los medicamentos podrían no ser absorbidos.
En términos de salud humana, esto significa que los medicamentos usados en quimioterapia, tratamiento de SIDA y afecciones al corazón podrían simplemente transitar por el intestino en lugar de ser absorbidos.
El hecho de que la sucralosa destruya hasta el 50% de la flora intestinal es realmente preocupante, pues ésta ayuda a mantener el equilibrio general de los microorganismos beneficiosos y no beneficiosos en el cuerpo, así como a mantener el sistema inmunológico y la salud en general.
Muchas personas ya poseen una flora intestinal deficiente debido a su predilección por los alimentos procesados, por lo que se recomienda prácticamente a todas las personas consumir una buena fuente de probióticos de buena calidad.
Nunca se ha probado que la sucralosa sea segura para el consumo humano
Únicamente se realizaron y publicaron dos pruebas en humanos sobre la sucralosa antes de que la FDA la aprobara para el consumo humano. Estas dos pruebas solamente incluyeron un total de 36 personas. Peor aún, la prueba más larga duró sólo cuatro días, y fue exclusivamente para analizar la sucralosa en relación con las caries dentales y no con la tolerancia humana. En cuanto a la determinación del consumo de sucralosa en el cuerpo humano, solo se estudió a ocho hombres. De acuerdo con ese estudio en particular, la FDA permitió que los resultados fueran generalizados como representativos y considerados como “seguros” en toda la población humana.
Este es un error potencialmente devastador, ya que algunos grupos son más susceptibles que otros a los efectos adversos, como lo son los niños, las personas de la tercera edad y los enfermos crónicos.
Existen argumentos de que la FDA ha revisado más de 100 estudios sobre la sucralosa, los cuales señalan que es un producto seguro. Sin embargo, los mismos estudios revelaron una serie de problemas, como por ejemplo:
■Una reducción de los glóbulos rojos, signos de anemia en niveles por sobre los 1500 mg/kl/d.
■Un aumento en la infertilidad masculina, al interferir en la producción de esperma y en la vitalidad, así como lesiones en el cerebro en dosis más elevadas.
■Un aumento de riñones calcificados.
■Abortos espontáneos en casi la mitad de la población de conejos alimentados con sucralosa, en comparación con cero aborto en el grupo de control que no fue alimentado con sucralosa.
■Un porcentaje del 23% de mortalidad en conejos, en comparación con el 6% en el grupo de control.
Otro estudio, publicado en el Journal of Mutation Research, descubrió que grandes dosis de sucralosa, del orden de 136 g/día, estaban relacionadas con daños en el ADN de ratones.
■Un aumento en la infertilidad masculina, al interferir en la producción de esperma y en la vitalidad, así como lesiones en el cerebro en dosis más elevadas.
■Un aumento de riñones calcificados.
■Abortos espontáneos en casi la mitad de la población de conejos alimentados con sucralosa, en comparación con cero aborto en el grupo de control que no fue alimentado con sucralosa.
■Un porcentaje del 23% de mortalidad en conejos, en comparación con el 6% en el grupo de control.
Otro estudio, publicado en el Journal of Mutation Research, descubrió que grandes dosis de sucralosa, del orden de 136 g/día, estaban relacionadas con daños en el ADN de ratones.
La sucralosa contamina el agua
Finalmente, este endulzante artificial contamina el agua. Científicos en Estados Unidos han descubierto que la sucralosa es un gran contaminante de aguas servidas, superficiales y subterráneas. En muestras de agua tomadas en 19 plantas de tratamiento de agua potable en Estados Unidos, se encontró presencia de sucralosa en 15 de las 19 plantas analizadas; en el agua tratada de 13 de 17 plantas y en 8 de 12 sistemas de distribución de agua potable.
La cantidad promedio de sucralosa en las fuentes de agua y agua tratada fue de 440 ng/L y de 350 ng/l respectivamente.
De acuerdo con el estudio, publicado en la revista Environmental Science & Toxicology:
“Además del subconjunto de las plantas de tratamiento de agua potable, junto con el sistema de distribución de agua analizada, se descubrió que los compuestos persisten independientemente de la presencia de cloro residual o clorominas… Los resultados de este estudio confirman que la sucralosa es un compuesto indicador… en la presencia de otros compuestos recalcitrantes en el agua potable final.”
Los compuestos recalcitrantes son compuestos orgánicos o sintéticos que se resisten a ser descompuestos por procesos químicos, como los empleados por las instalaciones de tratamiento de agua. Esto es un problema, debido a que la sucralosa particularmente puede ser perjudicial para la salud humana y la contaminación parece estar muy extendida en el suministro de agua, al menos en Estados Unidos.
Cómo eliminar el hábito por los endulzantes artificiales
Los antojos por lo dulce son muy comunes por una simple razón, el azúcar es tan adictiva como la cocaína. Lamentablemente, el uso de endulzantes artificiales no reducirá estos deseos ni aumentará la sensación de saciedad. Por el contrario, como se mencionó anteriormente, es probable que esté empeorando las cosas.
El cuerpo también desea dulces cuando se le niega el combustible que necesita. El azúcar (y los carbohidratos de granos) es un combustible muy rápido y puede proporcionar al organismo la energía necesaria cuando se le está agotando. Una vez más, el uso de endulzantes artificiales no engañará al organismo haciéndolo creer que ya se le ha suministrado azúcar; sino que necesitará más dulces, porque no obtuvo el impulso energético con ese sabor dulce.
Una muy buena solución para ayudar a frenar los antojos es mediante la determinación del tipo nutricional, el cual indica los tipos de alimentos que cada cuerpo necesita para que el organismo esté pleno y satisfecho.
Curiosamente, el experto en nutrición y ejercicios Ori Hofmekler informó recientemente sobre un increíble beneficio de la cafeína que puede ser de gran utilidad. A quien le guste el café, tomar café orgánico (sin azúcar ni crema) puede ayudarle a eliminar los antojos por los dulces, ya que la cafeína es un antagonista de los receptores opioides.
Como ya es sabido, el azúcar se une a los mismos receptores opioides que la cocaína y otras substancias adictivas. Pero una vez que un antagonista de receptor opioides ocupa ese receptor, impide volverse adicto a cualquier otra cosa. Por lo tanto, la cafeína podría atenuar el impacto negativo del azúcar.
Sin embargo, existen algunas advertencias al usar esta estrategia:
■Solo beber café orgánico (ya que proviene de un cultivo sin pesticidas)
■Beberlo negro, sin azúcar, endulzantes artificiales ni crema
■Sólo beber café por las mañanas, antes de hacer ejercicio
■Limitar el consumo a no más de dos tazas.
■Además de comer bien según el tipo nutricional, se recomienda tratar los componentes emocionales de los antojos por los dulces.
■Beberlo negro, sin azúcar, endulzantes artificiales ni crema
■Sólo beber café por las mañanas, antes de hacer ejercicio
■Limitar el consumo a no más de dos tazas.
■Además de comer bien según el tipo nutricional, se recomienda tratar los componentes emocionales de los antojos por los dulces.
Mucho peor que la sucralosa: el aspartamo
El aspartamo es lejos la substancia más peligrosa en el mercado de entre los productos que se agregan a los alimentos.
Aspartamo es el nombre técnico para las marcas Naturalist, DailySweet y MacroSweet. Fue descubierto por accidente en 1965, cuando James Schlatter, químico de la empresa G.D. Searle Company, se encontraba probando una droga contra las úlceras.
Esta substancia fue aprobada para productos secos en 1981 y para bebidas gaseosas en 1983. Había sido aprobada originalmente para productos secos el 26 de julio de 1974, pero las objeciones presentadas por el investigador en neurociencias Dr. John W. Olney y el abogado defensor del consumidor James Turner, en agosto de 1974, junto con las investigaciones desarrolladas por la G.D. Searle, tuvo como resultado que la FDA (US Food and Drug Administration) dejara pendiente la aprobación del aspartamo en diciembre de 1974. En 1985, la empresa Monsanto compró la compañía G.D. Searle y convirtió a Searle Pharmaceuticals y The NutraSweet Company en compañías subsidiarias.
El aspartamo registra más del 75 por ciento de las reacciones adversas a los aditivos alimenticios informados a la FDA. Muchas de estas reacciones son muy graves e incluyen ataques y muerte. Algunos de los 90 síntomas documentados y mencionados en el informe disponible en mundonuevo.cl/aspartamo como causados por el aspartamo son: dolores de cabeza y jaquecas, mareos, ataques, náuseas, entumecimiento, espasmos musculares, aumento de peso, sarpullido, depresión, fatiga, irritabilidad, taquicardia, insomnio, problemas visuales, palpitaciones cardiacas, dificultades respiratorias, ataques de ansiedad, dificultades para hablar, pérdida del gusto, zumbidos en el oído, vértigo, pérdida de la memoria y dolores a las articulaciones.
Según los médicos e investigadores que han estudiado los efectos negativos del aspartamo, las siguientes enfermedades crónicas pueden gatillarse o empeorar con la ingesta de aspartamo: tumores cerebrales, esclerósis múltiple, epilepsia, síndrome de fatiga crónica, mal de parkinson, alzheimer, retardo mental, linfomas, defectos congénitos, fibromialgia y diabetes.
El aspartamo está compuesto por tres substancias químicas: ácido aspártico, fenilalanina y metanol. En su libro Recetas nutritivas que curan, James and Phyllis Balch clasifican al aspartamo en la categoría de “veneno químico”. Y como puede concluirse, eso es exactamente.
Joseph Mercola es medico osteópata, autor de numerosos libros, dos de los cuales son best sellers del New York Times: The no-grain diet y The great bird flu hoax. Mercola es conocido mundialmente por ser el fundador y editor del sitio web de medicina alternativa Mercola.com.
Fuente: www.mercola.com
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