La resistencia a los antibióticos se ha vuelto un problema enorme, y uno que continuará creciendo gracias a su uso excesivo. Más preocupante aún es que las “súperbacterias” que se han vuelto resistentes a tratamientos antibióticos ahora se encuentran en nuestros alimentos. Estas son el resultado del uso irresponsable de medicamentos en granjas de cría de animales, en las cuales los productores con frecuencia dan dosis muy altas de antibióticos a los animales bajo poca supervisión.
En un estudio reciente de la FDA (Food and Drug Administration) de Estados Unidos analizó todos los tipos de carne que se venden en los grandes supermercados y sus resultados fueron escandalosos. En el 2011 el 81% de la carne molida de pavo, el 69% de las chuletas de cerdo, el 55% de la carne de molida de res y el 39% de las alitas, pechuga y muslos de pollo contenían bacteria resistente a antibióticos; bacterias como la salmonela y el campylobacter (que se encontraron en el 29% del pollo crudo) causan diarrea y pueden tener consecuencias más serias cómo artritis y paralisis.
La FDA también determinó que el 89% de la carne que se vende en supermercados tiene bacterias, tanto normales como “súper resistentes”. El problema con el sobre uso de antibióticos se ve reflejado en humanos ya que no respondemos a los tratamientos, al grado que ahora una infección estomacal causada por bacteria puede tener consecuencias mucho más series que una simple diarrea —complicaciones serias y hasta muertes se han vuelto mucho más comunes. Estas bacterias afectan a los más vulnerables cómo niños, mujeres embarazadas y adultos mayores.
Para evitar estas “súper bacterias” la respuesta es comer solo carne orgánica o criada sin antibióticos y cocerla muy bien al cocinar. Claro que la respuesta más prudente sería que las grandes productoras de carne dejaran de abusar de antibióticos, pero para que lo hagan debemos mostrar nuestra inconformidad con sus métodos de crianza. Si dejamos de consumir carne contaminada con bacterias, se verán obligados a cambiar la manera en la que tratan a los animales y los alimentos que nos deberían nutrir y no enfermar.
[FastCo.Exist]
En un estudio reciente de la FDA (Food and Drug Administration) de Estados Unidos analizó todos los tipos de carne que se venden en los grandes supermercados y sus resultados fueron escandalosos. En el 2011 el 81% de la carne molida de pavo, el 69% de las chuletas de cerdo, el 55% de la carne de molida de res y el 39% de las alitas, pechuga y muslos de pollo contenían bacteria resistente a antibióticos; bacterias como la salmonela y el campylobacter (que se encontraron en el 29% del pollo crudo) causan diarrea y pueden tener consecuencias más serias cómo artritis y paralisis.
La FDA también determinó que el 89% de la carne que se vende en supermercados tiene bacterias, tanto normales como “súper resistentes”. El problema con el sobre uso de antibióticos se ve reflejado en humanos ya que no respondemos a los tratamientos, al grado que ahora una infección estomacal causada por bacteria puede tener consecuencias mucho más series que una simple diarrea —complicaciones serias y hasta muertes se han vuelto mucho más comunes. Estas bacterias afectan a los más vulnerables cómo niños, mujeres embarazadas y adultos mayores.
Para evitar estas “súper bacterias” la respuesta es comer solo carne orgánica o criada sin antibióticos y cocerla muy bien al cocinar. Claro que la respuesta más prudente sería que las grandes productoras de carne dejaran de abusar de antibióticos, pero para que lo hagan debemos mostrar nuestra inconformidad con sus métodos de crianza. Si dejamos de consumir carne contaminada con bacterias, se verán obligados a cambiar la manera en la que tratan a los animales y los alimentos que nos deberían nutrir y no enfermar.
[FastCo.Exist]
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