Por :Observatorio Justicia y Defensa Animal
Porque curar o atender a un animal herido o enfermo es un deber legal y moral,no un capricho ni un lujo.
Sin embargo a partir del 1 de septiembre tributará al 21% de IVA al mismo tipo impositivo que ir a una discoteca cuando antes lo hacía al 8%. Estamos ante una subida abusiva y profundamente injusta que convierte a los animales en victimas silenciosas de las que no sólo no se ocupan los poderes públicos sino que además acribillan a impuestos a los que cuidan de los animales.
La legislación de protección animal en España obliga a que las personas que tienen animales a su cargo les proporcionen los cuidados necesarios para mantener su salud y bienestar.
Será a partir del 1 de septiembre de 2012, cuando la subida de 13 puntos se notará en la factura del veterinario. Este atropello a la ciudadanía es consecuencia de la reforma llevada a cabo por el Gobierno en la tributación del IVA de los servicios veterinarios que pasarán del tipo reducido del 8% al tipo general del 21%.Esta medida es simplemente insostenible, máxime en la difícil situación económica actual.
Muchas personas no podrán costearse el acudir al veterinario cuando el animal enferme y dejará a otros miles de animales a los que hasta ahora se les daba asistencia altruista sin los cuidados necesarios.
Que nuestros animales visiten a los profesionales veterinarios no sólo redunda en un beneficio para la salud y el cuidado del animal, sino que también es una garantía para la salud pública.
Y es que este encarecimiento sin precedentes en los servicios veterinarios también traerá consecuencias para la salud de las personas, y así lo ha advertido el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Veterinarios, alertando sobre el peligro que puede suponer la subida del IVA para la salud de la población en general. Fuentes de este Consejo Andaluz sostienen que es “muy probable que se reduzcan las visitas al veterinario, lo que dificultará el control sanitario de los animales de compañía, algo que puede acarrear consecuencias graves”.
Una de las realidades más evidentes que se pueden derivar de una subida de la factura veterinaria es que se realicen menos visitas a la clínica, no ya por problemas de salud concretos que pueda sufrir el animal, sino que se prevé que haya usuarios que puedan obviar el calendario de vacunas obligatorio, lo que puede provocar que aparezcan y proliferen algunas enfermedades que afectan a los animales, pero también a los seres humanos. “No hay que olvidar que enfermedades animales como la leishmania, hidatidosis, fiebre exantemática, rickettsiosis, psitacosis, y por supuesto la rabia, son transmisibles al ser humano”.
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