viernes, 8 de agosto de 2014

Clientes de la vida silvestre

DIEGO DÍAZ MARTÍN

La compra de animales silvestres persiste en diversos lugares de la geografía nacional. Sus clientes suelen ser personas desinformadas, autodenominadas “amantes de la naturaleza”, quienes adquieren de manera ilegal loros, pericos, guacamayas, perezas, tucanes y hasta primates, entre otros 20 tipos de especies, incluyendo orquídeas y bromeliasextraídas de sus ambientes naturales sin ningún control.

Los compradores de fauna silvestre no sólo son cómplices del tercer negocio ilícito más lucrativo del planeta, después de las drogas y las armas. También son causantes de la muerte de miles de animales y plantas que al llegar a sus casas, no encuentran las condiciones mínimas para alimentarse, reproducirse y cumplir su función vital de sobrevivir.


INCREÍBLE PERO CIERTO

Pocas personas saben que en vida silvestre, para poder apartar a un bebé pereza o araguato, los saqueadores (pues no hay otra forma de definirlos) han debido matar a la mamá, pues la naturaleza es sabia y no se entrega con facilidad a los desmanes de los seres humanos, quienes a veces demostramos una gran incapacidad para relacionarnos con el resto de los seres de este planeta, de quienes dependemos para subsistir.

Como si esto fuera poco, en la mayoría de los casos estos animales son incapaces de sobrevivir fuera de su hábitat, pues simplemente no están preparados para ello. Prueba de ello son las crecientes consultas veterinarias que llevan culebras, arañas, además de loros, perezas y hasta tigres, como si se tratara de un animal doméstico como un gato o un perro.


TU CASA NO ES SU CASA

Por más cariño y amor que se le dé a un animal silvestre, nuestro hogar nunca será su casa.

Pese a ello es común observar animales silvestres que son llevados a hogares humanos y caen en procesos irreversibles de deshidratación, estrés y politraumatismos por una inapropiada manipulación. Después de todo, a menos que uno tenga una selva nublada sembrada de yagrumos en su balcón, sería muy difícil garantizarle una apropiada alimentación a una pereza, por ejemplo.

Lo mismo sucede con la reproducción de los psitácidos (loros, pericos y guacamayas), pues al igual que otras especies silvestres son monógamas, y por lo tanto no adoptarán otra pareja por más que insistamos a unirlos luego de ser adquiridos ilegalmente en las carreteras del país, sin saber con certeza -además- que se trate realmente de un casal (macho y hembra).


ANIMALES SILVESTRES NO SON BUENAS MASCOTAS

La inmensa mayoría de los animales silvestres no son buenas mascotas, pues están habituados a su medio natural, donde encuentran todos sus requerimientos.

Por más empeño que se ponga, en una casa jamás podrán lograrse las condiciones para asegurarles una sana alimentación, asi como tampoco librarlos de enfermedades. Adicionalmente, en nuestros hogares diversos equipos como los ventiladores, inofensivos para los humanos, suelen ser importantes amenazas para los animales silvestres, sin mencionar la perjudicial coexistencia con animales domésticos como gatos y perros, que pueden constituirse en un peligro para ambos.


VENDEDORES EN LA MIRA

Es común observar en las carreteras a oriente a la altura de Barlovento, Clarines y hasta Puerto Píritu, así como en las troncales Falcón-Zulia y hasta en carreteras nacionales como el Parque Nacional Guatopo, a diversos comerciantes ilegales vendiendo decenas de animales al año, que van desde Cardenalitos en el occidente del país, perezas y araguatos en el centro y oriente y loros, pericos y guacamayas en regiones como el Delta del Orinoco.

Ante tal situación, tan responsables son los que venden, como los que compran, sin dejar de lado a las autoridades que deben realizar operativos periódicos para impedir esta actividad comercial que merma nuestra biodiversidad, bien se trate del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente o la Dirección de Ambiente de la Guardia Nacional Bolivariana.

NO COMPRAR ES LA CLAVE

Venezuela es el noveno país en el mundo en mayor biodiversidad, sin embargo el comercio ilegal amenaza a un grupo importante de especies que merecen mayor atención y cuidado.

Sólo individuos informados y responsables podrían acabar con la clientela silvestre, que poco a poco, queriendo o sin querer, han contribuido a saquear nuestros invalorables tesoros.

Todos los ciudadanos debemos asumir nuestro compromiso con la sustentabilidad y comprender que los animales silvestres no son buenas mascotas, por lo que es mejor dejarlos vivir en libertad.

Diego Díaz Martín
@DDiazMartin
Presidente de Vitalisy Jefe de Estudios Ambientales de la Unimet

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