Por: diarioecologia
Por: Mary Triny Zea. El corredor biológico de la serranía de Bagre, en Darién –calificado entre los lugares del planeta de mayor diversidad de especies por la Organización Internacional de Maderas Tropicales–, está en remate.
Su espesa selva protegida es pulmón del mundo, razón por lo que es considerada reserva de la biosfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), según la Gaceta Oficial No. 26273-A, de 2009.
Pero su existencia corre peligro: parte de su territorio se vende –en lo que parece una actividad ilegal– a menos de 300 dólares la hectárea.
Según cálculos conservadores de los moradores de la zona, ya van más de mil hectáreas acaparadas y delimitadas físicamente por sus nuevos “dueños”. Nombres y números han sido escritos sobre la corteza de árboles en la selva y la tierra está parcelada para uso agrícola, lo que está prohibido, por ser área protegida.
Este corredor biológico de 31 mil hectáreas conecta la Reserva Natural Privada de Punta Patiño y la Reserva Forestal de Chepigana con el Parque Nacional Darién.
Según expertos consultados, la afectación del corredor de Bagre –que permite la interacción de los hábitats en el lugar– pondría en riesgo el Parque Nacional Darién, que es patrimonio de la humanidad, pues es una zona de amortiguamiento y garantiza la integridad ecológica de dicho parque.
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