CARLOS UNSHELM BÁEZ- Ingeniero Forestal, ULAwww.misredes.com.ve
A propósito de la reciente Cumbre Climática 2014, realizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su sede de la ciudad norteamericana de Nueva York, el día 23 de septiembre del año en curso, es importante destacar que quedó muy claramente que el cambio climático es una realidad que se debe enfrentar en todos los rincones del mundo, puesto que de lo contrario está en juego hasta la propia existencia de la vida misma, y del planeta tierra. Las causas y consecuencias, entre algunas propuestas responsables, fueron abordadas con un realismo crudo entre su diversidad de ponentes, destacando las variables naturales y antrópicas de las mismas; quedando demostrado lo que en una oportunidad señalara con mucha firmeza el Papa Juan Pablo II, -hoy Santo-, de que: “…la solución adecuada a la cuestión ecológica no puede consistir simplemente en una gestión mejor o en un uso menos irracional de los recursos de la tierra. Porque aun reconociendo la utilidad práctica de tales medios, parece necesario remontarse hasta los orígenes y afrontar en su conjunto la profunda crisis moral, de la que el deterioro ambiental es uno de los aspectos más preocupantes”; para luego apuntar, -más adelante-, de que: “el signo más profundo y grave de las implicaciones morales, inherentes a la cuestión ecológica, es la falta de respeto a la vida, como se ve en muchos comportamientos contaminantes…”. Hoy, la conducta antropocéntrica prevalece; y no se puede pretender limpiar la casa de un vecino cuando la tuya está inmunda. La tierra, -nuestro hogar-, está sucia. Las industrias han avanzado enormemente en su marketing tecnológico, pero muy escasamente en la prevención y saneamiento ambiental de sus bienes y productos ya convertidos en basura. El consumo energético sube a cifras exponenciales, siendo los derivados fósiles aún los preferidos, y los más dañinos. Las grandes concentraciones urbanas crecen a pasos desmesurados, y sin armonía con su entorno natural. La contaminación ambiental sucede en todas sus variables (agua, suelo, aire, flora, fauna y hombre) y el calentamiento global se hace presente en todos los ejes territoriales del planeta. De estos tópicos se habló mucho en este evento, pero una cumbre con menos acaloramiento de los comunes mítines desgastados de algunos mandatarios, que poco, -o nada-, tienen que mostrar de un real cambio en sus países sobre el tema, puede alcanzar la cúspide con mayor frescura por la presencia del verdadero conocimiento científico ecológico, presentando alternativas lógicas de solución a esta realidad global, ¡hace falta!
PUBLICADO EN EL DIARIO FRONTERA. MARTES 30 DE SEPTIEMBRE DE 2014. P.07. OPINIÓN
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