Aunque América Latina y el Caribe tengan el potencial para ser la despensa de los alimentos más importante del mundo, temas como el acceso a tecnologías, educación, pobreza rural y el hambre, siguen estando en la agenda de la FAO.
Para el sector agropecuario la apropiación presupuestal en Colombia asciende a $1,8 billones, equivalente al 0,9 % del total de Presupuesto General de la Nación para 2014, con una caída de 32 % con respecto a la apropiación vigente para 2013. De este monto, $1,4 billones se destinan a inversión (77 %); $417.545 millones a funcionamiento (23 %) y $256 millones al servicio de la deuda (0,01 %).
El director General de la FAO, el brasileño José Graziano, advirtió del impacto que el cambio climático ocasionará en América del Sur, una región que, según dijo, “se ha convertido en el granero del mundo”.
“Afortunadamente América Latina encabeza la erradicación del hambre en el mundo”, subrayó el responsable de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), quien explicó que dentro de la región hay 16 países que ya han cumplido con este objetivo.
Pero hay zonas, como el Caribe, que están más atrasadas, en tanto que América Central y México se encuentran en una situación intermedia, detalló.
La meta prioritaria de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, establecidos el año 2000 por Naciones Unidas, es garantizar la alimentación de la población mundial, enfatizó.
No faltan alimentos
José Graziano, quien durante la presidencia de Lula da Silva fue el ministro que impulsó el programa Hambre Cero, explicó que la razón por la cual en la región todavía hay 47 millones de personas con hambre no es porque falten alimentos, como en África, sino porque parte de la población no tiene acceso a ellos.
“En América Latina hay una disponibilidad de alimentos como no existe en ninguna otra parte del mundo”. Aquí el problema es la distribución de la riqueza y el empleo precario, “porque los salarios son muy bajos debido al excedente de mano de obra”, explicó.
Es por ello que la FAO está enfocando sus esfuerzos en transmitir la idea de que la alimentación es un derecho básico y que los estados deben garantizar el acceso a los alimentos de los más desfavorecidos.
Y también en identificar a las personas que aún padecen hambre, porque este es un problema que en ocasiones está solapado.
El perfil de quienes padecen desnutrición en América Latina corresponde mayoritariamente a mujeres indígenas, madres de muchos niños, que viven en zonas rurales sin acceso a servicios básicos, en áreas andinas y de Centroamérica y el Caribe, señaló el director General de la FAO.
Pero también en las áreas urbanas hay bolsas de desnutrición, que afectan sobre todo a los desempleados y sus familias, que suelen ser desplazados del campo que no han encontrado oportunidades en la ciudad.
Especialmente grave es la situación en Haití, donde el 70 % de la población está en situación de pobreza extrema y el 49,8 % padece desnutrición.
Factor climático
En general, la zona del Caribe representa un verdadero problema para la FAO a causa de fenómenos como la “devastadora difusión de enfermedades transfronterizas”, la pérdida de importancia de la agricultura como factor de desarrollo y los huracanes.
De hecho, los cálculos de este organismo son que en los últimos veinte años, los fenómenos asociados al cambio climático han supuesto una pérdida del 2 % del Producto Interno Bruto de esos países.
“El cambio climático no es un problema del futuro sino del presente. Los impactos están siendo mayores de lo que se pensaba y todavía no sabemos cómo va a afectar a la producción de alimentos”, advirtió el responsable mundial de la FAO.
El granero del mundo
José Perdomo, presidente Ejecutivo de CropLife Latin America, al igual que Graziano, señaló que la región tiene el mayor potencial agrícola del mundo por sus extensiones de tierra, mano de obra y clima.
“Latinoamérica es el mayor potencial agrícola que hay en el ámbito mundial”, opinó Perdomo al señalar que el 97 % de la agricultura está en los países en desarrollo “y somos un área en desarrollo, tenemos todo el potencial por delante”, dijo.
Al poner como ejemplo a Argentina y Brasil (salvando las diferencias en extensión de territorio con los restantes países) señaló que la agricultura es en la región un “gran motor” que crea riqueza a gran y pequeña escala.
Tecnología agrícola y educación
“Apuesto totalmente en que América Latina está avanzando”, en temas agrícolas, dijo Perdomo, aunque reconoció que en el camino hay obstáculos, como políticas agrícolas de algunos gobiernos y “miedos infundados” para el acceso a tecnologías.
Según el presidente Ejecutivo de CropLife Latin America, el “90 % de la biotecnología hoy en día está siendo implementada por pequeños agricultores en 27 países” y señaló que el año pasado 18 millones de agricultores sembraron 180 millones de hectáreas.
La tecnología administrada y desarrollada de “manera seria” es una de las llaves importantes para el desarrollo y la seguridad alimentaria del mundo, indicó.
Perdomo remarcó la importancia de invertir en educación para que los agricultores puedan acceder a nuevas tecnologías y procedimientos a la hora de realizar sus actividades.
Consideró indispensable educar a los agricultores pequeños y medianos pues producen el “70 % del alimento que se consume en el mundo”.
En América Latina y el Caribe, la agricultura genera el 28 % de empleo, según CropLife Latin America, una organización gremial internacional sin fines de lucro que representa a la industria de la ciencia de cultivos, integrada por nueve compañías y una red de asociaciones en 18 países de la región.
Aún se puede cultivar
Perdomo indicó que actualmente hay disponibles en el ámbito mundial 286 millones de hectáreas que se pueden llevar a la agricultura sin tocar la Amazonía o los bosques y resaltó que es indispensable mejorar en productividad para aprovechar todo el potencial de las áreas actualmente cultivadas.
Opinó que, en cuanto a América Latina, se necesita desarrollar y usar mejor la tecnología que existe: “Hoy en día se pierde 20 a 30 % aún de las cosechas por no usar los agroquímicos o los productos bien”.
“Si no usáramos los agroquímicos hoy en día, 50 % de la producción no existiría”, indicó el guatemalteco, quien se declaró “convencido” de que América Latina tiene en el campo, además, la fuente de su seguridad alimentaria.
Noticias relacionadas Comentar Recomendar este artículo Imprimir
Abastecimiento interno
Al citar informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el mexicano Roberto Giessemann, presidente de la Junta Directiva de CropLife Latin America, comentó que para que un país determinado se pueda declarar seguro en términos alimenticios tendría que producir el 75 % de sus necesidades de consumo.
“Muchos de nuestros países están en 50 %, 55 %, a veces inclusive más bajo. Eso quiere decir que no estamos haciendo la tarea en términos de tener suficientes alimentos disponibles para nuestros habitantes y que dependemos mucho de las importaciones, lo cual, al final del día, puede ser una estrategia económica de un determinado país, o no”, dijo.
Si ello se relaciona con el hecho de que en el año 2050 habrá alrededor de 9.000 millones de habitantes, “necesitaríamos estar produciendo ya 70 % más de alimentos, eso es un dato que preocupa”, dijo.
“Hoy con tecnologías estamos aumentando productividad en los campos en promedio al año, en todo el mundo, en un 4 %. Deberíamos estar aumentando esa misma productividad hasta en un 25 % para asegurar suficientes alimentos en 2050”, subrayó.
Transgénicos
Respecto al uso de transgénicos, José Graziano, director Ejecutivo de la FAO, puntualizó que no hay que desestimar los avances para la población que suponen en algunos casos las aplicaciones de los organismos genéticamente modificados”.
“Los transgénicos no son solo las semillas de Monsanto”, dijo José Graziano en alusión al monopolio de estos productos por parte de la citada compañía multinacional, y puso como ejemplo la lucha contra el dengue en Brasil empleando mosquitos genéticamente modificados.
Además, “los países no pueden correr el riesgo de no tener pan (...), en estos momentos estamos alimentando al mundo sin transgénicos”, pero se desconoce cuáles serán las necesidades futuras, con el impacto del cambio climático en la agricultura, agregó.
El director General de la FAO, que destacó la importancia de establecer acuerdos con el sector privado y las organizaciones no gubernamentales, elogió además la aportación española a la campaña para erradicar el hambre en América Latina.
“A pesar de la crisis económica, España sigue siendo el principal contribuyente a la iniciativa América Latina y el Caribe Sin Hambre, porque aunque no ha incrementado su aportación, mantiene los programas de ayuda”, subrayó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario