lunes, 25 de agosto de 2014

A las escuelas les valió la Ley contra la comida chatarra, y también a SEP y a Salud, acusa El Poder del Consumidor

Por: Fernanda García Cruz 

De revista, México, TIEMPO REAL,  Padres y maestros desconocen los lineamientos contra el consumo de comida chatarra. 

Foto: Cuartoscuro

Foto: Cuartoscuro Ciudad de México

Al iniciar el Ciclo Escolar 2014-2015, la mayoría de las escuelas incumplieron con la regulación obligatoria de alimentos y bebidas, que las obliga, entre otras medidas, a contar con bebedores y vender alimentos sanos, denunció la organización El Poder del Consumidor. La regulación tenía como objetivo proteger la salud de los niños y adolescentes mexicanos que presentan uno de los más altos índices de obesidad en el mundo, con el 33 por ciento. Sin embargo, “en los hechos, la Secretaría de Educación Pública [SEP] y la Secretaría de Salud [SS] continúan promoviendo el deterioro de sus hábitos alimenticios, manteniendo un ambiente obesogénico escolar”, señaló Alejandro Calvillo, presidente de la organización. De acuerdo con su información, en el país, el 21 por ciento de los estudiantes de primero y tercer año de secundaria tienen alteraciones arteriales, lo que les puede provocar diabetes, hipertensión e hígado graso, entre otros. Los lineamientos publicados el 16 de mayo en el Diario Oficial de la Federación (DOF) establecen en su capítulo tercero que la responsabilidad de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de la Secretaría de Salud (SS) es “acordar la modalidad de las capacitaciones dirigidas a los actores involucrados en la preparación, expendio y distribución de alimentos y bebidas, de acuerdo a las necesidades”, así como “brindar asesoría y capacitación en materia de orientación alimentaria a los miembros del Comité de Establecimientos de Consumo Escolar, proveedores, aspirantes a proveedores y padres de familia o tutores”. Sin embargo, la organización consideró que para las autoridades los lineamientos son “letra muerta”, pues tanto padres de familia como maestros y directivos desconocen que de lunes a jueves las cooperativas escolares sólo podrán ofrecer frutas, verduras y cereales integrales, y que las escuelas están obligadas a dar acceso a agua potable. También desconocen los criterios nutricionales establecidos para los productos procesados que se podrán vender de manera exclusiva los días viernes. El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) realizó una evaluación de los lineamientos para alientos y bebidas en las escuelas que se han aplicado desde 2010 y el primer semestre de 2014, y llegó a la conclusión de que los mismos han fracasado porque hay un desconocimiento generalizado: entre 40 y 80 por ciento de los directores de escuelas, profesores, expendedores de alimentos, padres y miembros de los Comités desconocían los detalles de los lineamientos. También encontró que entre 40 y 60 por ciento de los directores desconocían que en sus escuelas no debería estar permitida la venta de botanas, pastelillos y bebidas azucaradas. El estudio reportó que en 80 por ciento de las escuelas se podían encontrar bebidas azucaradas y sólo una tercera parte contaba con bebedores de agua. “Ni la SEP ni la SS han entendido las recomendaciones… sólo tratan de aparentar, sin cambiar las condiciones que han contribuido a esta epidemia”, dijo por su parte, Xaviera Cebada, coordinadora de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor. El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados (CESOP) advirtió que dentro de cinco años, es decir, hacia el 2017, el costo de la atención médica a enfermedades relacionadas con el sobrepeso será de 150 mil millones de pesos al año. En el estudio denominado “El reto de la obesidad infantil en México”, el organismo agregó que entre los factores de proliferación de enfermedades relacionadas con la obesidad como la diabetes, hipertensión y otras afectaciones a edades cada vez más tempranas, está el hecho de que la población menor a 18 años, tiene más fácil acceso a alimentos procesados, altos en sales, grasas y azúcares. La Comisión Federal de Mejora Regulatoria (COFEMER) estimó que entre el 2002 y el 2008, los ciudadanos gastaron 300 veces más en la compra de refrescos, que en frutas y verduras, agregó el organismo. Al advertir que conforme pasen los años, al país le costará cada vez más atender los males asociados a la obesidad y el sobrepeso, el CESOP dijo que ello implicará mayores presupuestos. La problemática se agudiza debido a la tendencia de la población a consumir alimentos con bajo contenido nutrimental, añadió el estudio, al señalar como ejemplo que una sopa instantánea cuesta en promedio 6.50 pesos, mientras que una sola pieza de fruta puede costar aproximadamente cinco pesos. Además de lo que cuesta al sector salud atender las consecuencias del sobrepeso y la obesidad, agregó la instancia de investigación, esa situación implica otros costos económicos como la pérdida de horas laborales, pagos de incapacidades y el gasto en pensiones por muerte prematura. De igual modo, los niños y adolescentes con sobrepeso, deberán enfrentar en la edad adulta una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas, por lo que la obesidad debe considerarse como un problema serio de salud pública cuyo costo aumentará en los próximos años.

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