lunes, 25 de agosto de 2014
Legalización de la minería en Amazonas debe ser vía referéndum
Legalización de la minería en Amazonas debe ser vía referéndum
Por: Alba Marina Gutiérrez
Edición 917 - 08/22/2014
Un científico previno a los tomadores de decisiones sobre la amenaza que supone la posibilidad de legalizar la explotación minera en el estado Amazonas. Sugirió estudios previos e informar a la población para que sea el pueblo quien decida sobre este asunto. Está convencido de que el turismo es la vía para generar más rentas y fortalecer lo social, cultural y educativo
El impacto de la explotación minera en Venezuela ha dejado a su paso deterioro ambiental, ha transculturizado a las comunidades indígenas, también a los criollos. Este negocio fortalece la economía de pocos y es aliado de diversas formas de corruptelas. También, asegura el incremento de la pobreza y de un abanico de antivalores que la población ha legitimado en el día a día; y –hoy- lo reconoce como “normal”.
Ante la posibilidad de que el Estado venezolano, vía legislación, legitime la explotación minera en Venezuela, fue consultado un experto quien alertó sobre lo que esta medida supone para la sostenibilidad social, económica y ambiental del estado Amazonas y de Venezuela.
Héctor Escandell, geógrafo, docente, investigador; especialista en áreas amazónicas; quien por más de 30 años ha realizado estudios en científicos en ordenación del territorio y minería. Además, es servidor público, coordinador de Conservación Ambiental en la Dirección Estadal del Ministerio del PP para Ambiente (Minamb) dio esta entrevista exclusiva para Quinto Día pero subrayó que lo hacía “a título personal”. Así como fue su ponencia en el “I Congreso Internacional de los Pueblos y Organizaciones Indígenas de la Amazonía” (evento realizado en Puerto Ayacucho, estado Amazonas; los días 8 y 9 de agosto en curso; espacio donde se analizaron derechos humanos, constitucionales, territoriales y ordenación del territorio, minería lícita e ilegal en hábitats y tierras indígenas, y legislación indígena nacional e internacional. Iniciativa que fue convocada por la Secretaría Regional de Asuntos Indígenas (SRAI), ente adscrito a la gobernación de dicho estado).
Escandell transmitió su preocupación mediante un franco análisis sobre la posibilidad de que se legalice la minería en Amazonas sin que se realicen –previamente- algunos estudios de orden científico y técnico.
“Creo que el Estado tiene la absoluta competencia y la absoluta necesidad de tener la información básica necesaria para tomar esa decisión. Los recursos mineros son -de alguna manera- importantes para la economía, pero los impactos que puede generar una intervención no basada en información científica son -de hecho- muy perjudiciales y pudieran ser muy perjudiciales”.
El científico sugirió “primero, hay que hacer la prospección minera completa. Esto supone: localizar los recursos, cuantificarlos y cualificarlos. Con estos datos se tiene la base para la toma de decisiones”.
Además, Escandell considera que, luego, de los estudios técnicos, la población debe ser informada y sensibilizada sobre los resultados obtenidos, para que sea el pueblo quien haga el escrutinio de esta medida económica con impacto socioambiental.
“Posteriormente a la prospección minera, hay que sensibilizar a la población. La gente debe saber cuáles son los costos de una intervención de esta naturaleza. Que la población pueda medir la conveniencia o no de hacer alguna intervención. En Amazonas este punto es –particularmente- importante porque aquí hay muchos pueblos indígenas pero la medida trasciende el ámbito de la población de Amazonas. En este estado y sus recursos, están las nacientes del Orinoco y de los principales ríos de agua dulce que nos quedan en Venezuela. Una decisión de aprovechamiento minero tiene que considerar esto”.
Se le consultó cuál es la visión de sostenibilidad en un proceso de intervención minera en Amazonas y su relación con el turismo en la zona, que se aprecia deprimido, marcado por una deficiente cultura sobre calidad de servicio, con infraestructuras en mal estado y otras abandonadas.
“Tengo el convencimiento de que no hay actividad minera sostenible. La sostenibilidad tiene que pasar por varios criterios. En lo ambiental debe garantizar la perdurabilidad de los ecosistemas, las funciones y los servicios que éstos prestan. Desde la economía, la sustentabilidad es más fácil de argumentar pero no puede ser desde esta perspectiva que se tome esta decisión en Amazonas, porque debe considerar otro criterio de la sostenibilidad que es lo social y cultural. Estos tres criterios permiten hacer un balance de los pro y contras de las variables que intervienen. Luego, con estos datos se toma la decisión”.
Añadió “nuestro Amazonas y la Amazonia en general constituye un conjunto de atractivos turísticos invalorables para el mundo entero. Somos unos ecosistemas remanentes, aquí hay cosas que no se repiten en ninguna otra parte del mundo. Hay experiencias en Ecuador, Bolivia, Colombia, Brasil donde la economía derivada de un turismo de naturaleza, del ecoturismo, genera suficientes réditos (rentas, beneficios, dinero) capaces de superar los que pudiera generar la explotación del bosque o la explotación minera”:
Subrayó que “en Amazonas hay una enorme diversidad de atractivos turísticos potenciales que no hemos logrado visualizar y concretar en una estrategia de desarrollo de ese sector. El turismo pudiera generar muchísima riqueza. Estoy convencido de eso. Hay países que viven de este sector. El turismo es una actividad que no es contraria a la conservación ambiental y sociocultural. Por el contrario puede servir para fortalecer estos componentes”.
Cabe recordar que el estado Amazonas tiene antecedentes de un turismo que no logró consolidarse pero que sí tuvo un impacto positivo importante.
“Hace 20 años, aquí llegaban tres vuelos diarios en grandes aviones, la mayoría de los pasajeros eran turistas; y se mantiene el interés por visitar esta zona. Hay que crear de nuevo esas condiciones pero una visión más amplia, que logre generar bienestar a la población, que eduque y enseñe a valorar la naturaleza, sus pueblos indígenas, costumbres, cultura; que no se convierta en un negocio más, de esos que abundan, sino con impacto favorable”.
Al cierre, Héctor Escandell reiteró “creo que hay una ventana abierta; está medio cerrada pero hay que terminar de abrirla. Hay que construir una visión conjunta. Hay mucho que discutir, hay que sentarse y pensar en el futuro, en el compromiso transgeneracional. Preferiría que nuestros hijos tuvieran la posibilidad de disfrutar un ambiente y una naturaleza como ésta. Tenemos que convencernos de que por ahí es la cosa: turismo y educación. Para eso tiene que haber muchos espacios de discusión con todo el que tenga que decir algo en la toma de decisiones, porque que tiene que ver con el futuro de Amazonas, con el futuro de Venezuela”.
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