Por: http://noticiasdelaciencia.com/
La acidificación oceánica promovida por el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera ya está dañando recursos pesqueros de importancia económica en algunos sitios del mundo. Hace un par de años, presentamos el caso de los daños comerciales causados por la acidificación marina en criaderos de ostras del litoral de Oregón en Estados Unidos (http://noticiasdelaciencia.com/not/4228/), uno de los primeros casos en levantar un notable revuelo local. Ahora parece que le llega el turno a la industria pesquera de Alaska, en Estados Unidos.
La acidificación oceánica está provocando cambios en aguas que son vitales para los valiosos recursos pesqueros comerciales de Alaska y como ayuda alimentaria directa a la subsistencia de bastantes familias, según los resultados de una investigación dirigida desde la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos.
Muchos de los recursos pesqueros marinos de Alaska, valiosos desde el punto de vista nutricional y económico, se hallan situados en aguas que ya están experimentando acidificación oceánica, y todo apunta a que la situación se agravará en un futuro próximo, según las conclusiones del estudio, llevado a cabo por el equipo de Jeremy Mathis, oceanógrafo del Laboratorio Medioambiental Marino del Pacífico (PMEL) en Seattle, dependiente de la NOAA, y que también es director del Centro de Investigación de la Acidificación Oceánica adscrito a la Universidad de Alaska en Fairbanks. Las comunidades en el sudeste y sudoeste de Alaska se enfrentan al mayor riesgo por acidificación oceánica porque dependen mucho de recursos pesqueros que son los que se teme que serán los más afectados por dicha acidificación, además de porque hay en tales comunidades factores subyacentes en ellas que las hacen más vulnerables, tales como bajos ingresos económicos y menos oportunidades de empleo.
El término “acidificación oceánica” describe el proceso por el cual el agua de mar se hace más ácida como resultado de la absorción de cerca de un tercio del dióxido de carbono liberado a la atmósfera por fuentes humanas. Este cambio en la química oceánica está afectando a la vida marina, en particular a la capacidad de formar conchas o esqueletos del marisco, el coral y otras criaturas con importancia comercial directa o indirecta para el sector pesquero. En algunos casos, las especies afectadas no forman parte de la alimentación humana, pero sí de la de especies que los humanos comemos.
Pescadores de Alaska subiendo a bordo cangrejos capturados, de una de las especies de importancia comercial amenazadas por la acidificación marina. (Foto: Mathis / NOAA)
Los estudios muestran que dos especies de cangrejo importantes comercialmente para el sector pesquero de Alaska, crecen más lentamente y no sobreviven tan bien en aguas más ácidas. Las aguas costeras de Alaska son particularmente vulnerables a la acidificación oceánica debido al agua fría, que puede absorber más dióxido de carbono, y los peculiares patrones de circulación oceánica que traen aguas oceánicas profundas, con mayor acidez de forma natural, hasta la superficie.
En el nuevo estudio, se han examinado los efectos potenciales de la acidificación marina sobre un estado donde la industria pesquera mantiene más de 100.000 empleos y genera más de 5.000 millones de dólares en facturación anual. Además, aproximadamente 120.000 personas, o cerca del 17 por ciento de los habitantes de Alaska, dependen de los recursos pesqueros de subsistencia para la mayor parte de sus proteínas dietéticas, sino todas. El turismo relacionado con la pesca también aporta 300 millones de dólares anuales.
“La acidificación oceánica no es solo un problema ecológico, es un problema económico”, enfatiza Steve Colt, coautor del estudio y economista en la Universidad de Alaska en Anchorage.
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