lunes, 18 de noviembre de 2013

Monsanto miente: Las semillas orgánicas son 20 veces más nutritivas que las transgénicas, tienen más energía y proteínas

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Monsanto quiere imponer la noción absolutamente falsa de que las semillas transgénicas son "sustancialmente equivalentes" a las semillas orgánicas. Y para esparcir esta ficción utiliza todo tipo de recursos: Desde Universidades y Wikipedia, hasta medios de comunicación masivos, e incluso la oposición controlada.

La oposición de mentira u "oposición controlada" es aquella que pregona contra la "industria alimentaria" pero propone otro invento engañoso llamado "Agro-Ecología" mediante el cual proclama que las semillas transgénicas "sin químicos" son capaces de producir comida nutritiva y saludable.

No existe tal cosa como semillas transgénicas sin químicos. Ni tampoco ninguna "equivalencia sustancial", por el contrario, las semillas genéticamente modificadas están cargadas con químicos tóxicos y prácticamente no contienen nutrientes que son vitales para el sistema inmunológico.

Así lo comprueba un estudio científico llamado "Nutritional Analysis: Comparison of GMO Corn versus Non-GMO Corn", realizado por De Dell Seed Company de Canadá, publicado el año pasado, y popularizado por Moms Across America con respaldo de GM Watch. La empresa agronoma ProfitPro de Minnesota (EE.UU.) participó en la investigación.

Por ejemplo, las semillas de maíz orgánico produjeron un maíz 20 veces más rico en nutrición y energía que su versión transgénica de Monsanto. En cuanto al contenido de energía en ergios (CGS) se comprobó que el maíz orgánico (natural) emite 3.400 veces más energía (gramo/segundo) que el maíz genéticamente modificado. Es una variación sorprendente. Y sobre el resto de los componentes normales y necesarios para la alimentación humana se determinó que el maíz orgánico tiene casi el doble en comparación con el maíz transgénico (OGM).

Sustancialmente, el maíz orgánico contiene más Potasio, Magnesio, Calcio y Sulfuro de Magnesio: El potasio, que es necesario para la producción de energía y una función celular adecuada, casi no está presente en el maíz transgénico, ya que registra sólo 0,7 partes por millón (ppm). La disparidad es aún peor en el magnesio. El magnesio participa en la transmisión de los impulsos nerviosos, en la contracción y relajación de músculos, en el transporte de oxígeno a nivel tisular y participa activamente en el metabolismo energético. El 60% de las necesidades diarias de magnesio se depositan en los huesos, el 28% en órganos y músculos, y el 2% restante en los líquidos corporales. El maíz transgénico tiene un mero 0,2 ppm mientras que el maíz orgánico cuenta con niveles de magnesio 46 veces mayores. Asimismo, se observaron variaciones similares respecto al calcio, y demás elementos (14 veces mayor en el maíz orgánico).

Por lo tanto, Monsanto y sus acólitos son culpables de fraude masivo por afirmar que los transgénicos son "sustancialmente equivalentes" a los orgánicos. Además, las semillas transgénicas son bombardeadas con químicos y mezclas genéticas que demostraron producir cáncer, infertilidad, alergias, mutación intestinal, incontables condiciones medicas y muchos otros peligros potenciales por falta de experimentación a largo plazo.

Fuente: BWN

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