Por: Reuters / arctic.noaa.gov / RT
Debido a los pronósticos de algunos expertos sobre una venidera crisis energética, el Ártico desde hace un tiempo es visto por varios países como un jugoso pastel que repartirse.
Canadá, Noruega, Dinamarca , Estados Unidos y Rusia son las naciones que luchan por los tesoros ocultos bajo el hielo del Ártico. Y es que la división existente hoy en día les parece incoherente: evidentemente, porque ahora saben que en la región podría haber una impresionante cantidad de recursos (un 30% de las reservas mundiales de gas y un 13% de las de petróleo). Y eso no es todo. El atractivo económico del Ártico va creciendo junto con la temperatura media global. El posible deshielo en esta región bajaría el coste de extracción de hidrocarburos, aumentaría la importancia de la Ruta Marítima del Norte, que une Europa y Asia y, como no, le daría un mayor peso estratégico y militar.
Los países del llamado 'quinteto ártico' tienen derecho a una zona económica exclusiva de 200 millas que se extiende desde sus respectivas costas en el océano Glacial Ártico. Ahora bien, de acuerdo con la Convención de la ONU, estas naciones pueden prácticamente duplicar sus dominios nórdicos si demuestran que la plataforma ártica es una continuación de sus plataformas continentales. Los Estados van presentando sus argumentos científicos y nadie quiere ceder.
"Quiero reiterar que seguiremos el rumbo de ampliación de nuestra presencia en el Ártico," afirmó el presidente ruso, Vladímir Putin.
A su vez el primer ministro canadiense, Stephen Harper, explica las intenciones de su país: "El norte es la llamada a la grandeza de Canadá. Los sueños más grandes de nuestro país están en las latitudes más altas."
EE.UU. tienen tambié la posición decidida. Según Chuck Hagel, secretario de Defensa de EE.UU.: "El Departamento de Defensa de EE.UU. se prepara para enfrentar los desafíos del siglo XXI relacionados con la región ártica."
Rusia fue el primer Estado en dirigir una solicitud a las Naciones Unidas para asegurar su soberanía sobre los territorios adicionales en el Ártico, pero esta fue denegada por el organismo, que exigió más pruebas. Entonces en 2007 Moscú organizó una expedición al Polo Norte e instaló su bandera nacional en el fondo del océano, algo que fue percibido como una amenaza por parte de varios países occidentales.
"En aquella situación uno de los científicos rusos más destacados llegó al Polo Norte y plantó la bandera. Pero este hombre también es diputado, entonces la pregunta que surgió en Canadá fue: ¿lo hizo como representante del Gobierno ruso o como científico?" comenta el experto Robert Huebert.
EE.UU. es el único país entre el 'quinteto ártico' que no ha firmado la Convención sobre el Derecho Marítimo, lo que, en opinión de varios expertos, le permite a la Casa Blanca sacar provecho de la situación al no estar sometido a las mismas reglas que el resto.
"En este aspecto es evidente que la no firma es un intento de expandir sus áreas de influencia y expandir también sus áreas territoriales. En ese marco debemos entender que la no firma de estos tratados internacionales que sí ligan a la mayoría de los países firmantes, pero que ellos se sienten liberados de actuar a su manera en momentos que lo consideran oportuno, librándose (entre comillas) de que sean sancionados o de que tengan algún tipo de impedimento," concluye el analista político Carlos Alberto Pereyra Mele.
La disputa por el Ártico a principios del siglo XXI ya ha sido calificada de 'guerra muy fría'. No obstante, teniendo en cuenta el permanente refuerzo de los arsenales y tropas en la región y sus alrededores por parte de varios países, parece poco probable que a corto y medio plazo algo pueda parar este 'fervor militar' entre los hielos eternos.
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