lunes, 24 de febrero de 2014
Reciclaje social, una nueva forma de generar empleo y proteger el planeta
Por: diarioecologia
Por: Camila Alicia Ortega Hermida. Alrededor de 300 millones de toneladas de plástico son fabricadas cada año, de las cuales 7 millones terminan en los océanos y en las playas. Miles de desechos de plástico contaminan el agua y ponen en riesgo la vida de especies acuáticas.
Para tornar este problema en una oportunidad para la sociedad y el medio ambiente, David Katz y Shaun Frankson, dieron origen a un proyecto, que busca convertirse en una solución eficaz de reciclaje masivo, que ayude a mejorar el estado de los océanos y, además, mejorar la calidad de vida de las personas necesitadas.
Plastic Bank es un movimiento que busca remover el plástico desperdiciado de las costas y el mar, mientras se ayuda a las personas de bajos recursos a salir de la pobreza y entrar al mundo de los negocios.
La idea de Plastic Bank es monetizar los desechos de plástico, es decir, invitar a las personas a reciclar los residuos de este material que se encuentra en el mar o en las costas, con el fin de que lo intercambien por algún beneficio, bien sea capacitaciones -entrenamiento en reciclaje y manejo de los desperdicios-, microcréditos para iniciar un negocio propio o la oportunidad de acceder a impresoras 3D para convertir los desechos en objetos reutilizables, como vajillas para el hogar o herramientas.
Gracias a una campaña de crowdfunding realizada a través de Indiegogo, Plastic Bank logró recaudar alrededor de 20 mil dólares para desarrollar el proyecto piloto que se realizará en la ciudad de Lima, Perú, donde llegan a la playa cientos de desperdicios de plástico provenientes del océano Pacífico.
El movimiento de Reciclaje Social de Plástico, manera como se define a sí mismo el proyecto, propone una forma innovadora de ayudar a la sociedad, limpiando las playas para que sean más atractivas para turistas y ciudadanos. Asimismo, el proyecto no se queda simplemente en aminorar una problemática, sino también en generar incentivos para que las comunidades afectadas por la misma encuentran nuevas oportunidades para desarrollarse y además darle sostenibilidad a los efectos positivos que produza la iniciativa. El últimas, una estrategia que se basa en enseñar a pescar y no simplemente en regalar la caña para hacerlo.
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