lunes, 3 de febrero de 2014

Pueblos fumigados piden respuestas ante el aumento de enfermedades

Por Luis Emilio Blanco / La Capital

Los vecinos no paran de denunciar las consecuencias de la aspersión irregular con agrotóxicos. El Cepronat criticó la inacción del Estado ante las denuncias de aplicación ilegal de plaguicidas.



La disposición final de los envases de plaguicidas también constituye una amenaza para el ambiente.

¿Quién gobierna? Se preguntaron los ambientalistas del Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat) en un reciente comunicado en el que atacaron con dureza la inacción de los poderes del Estado, acusándolos de no dar respuestas ante la sucesión de episodios que se denuncian en el territorio provincial relacionados con la aspersión irregular de agroquímicos, en áreas o en condiciones prohibidas.

El documento, difundido por la organización que nuclea a más de 70 pueblos y sus agrupaciones de vecinos víctimas de estos episodios, organizaciones sindicales y ambientalistas, intenta poner blanco sobre negro en cuanto a la problemática del uso de los transgénicos, la consecuente contaminación del ambiente y el impacto sobre la salud y la biodiversidad. Y revela, en contraste, la indiferencia de los que deben velar por la legislación vigente se cumpla.

Cepronat tiene una red de alerta para la denuncia de los casos y la divulgación de las experiencias que sufren los vecinos y sus batallas para ser escuchados. Según relataron, el 14 de enero último en Hersilia denunciaron la presencia de un vehículo fumigador asperjando agrotóxicos a unos 200 metros del ejido urbano, cuando en la localidad rige una ordenanza que lo prohíbe a menos de 800 metros. Terminada la tarea y mientras se retiraba con luz de luna por un camino alternativo, recién fue interceptado por las autoridades.

"La acción policial no pudo ocultar la completa falta de instrucción del personal acerca del modo de encarar situaciones como esa o de cómo tomar y preservar la prueba, mucho menos de la tipificación de la conducta de quien esparce productos contaminantes", explicaron los vecinos.

En ese sentido indicaron que denuncias similares se registraron en lo que va de enero en otras localidades como Alvear, Arroyo Seco, Desvío Arijón, San Fabián, Humberto Primo, Barrancas, Ibarlucea y también en San Nicolás (Buenos Aires), "sin más alternativas para las víctimas que pedir auxilio a otras víctimas, con sus hijos afectados a cuestas o ellos mismos portando graves enfermedades. Casi no hay autoridad que los atienda", se quejaron.

Bochornoso. La ola de calor "no es obstáculo para que los agropecuarios fumigaran a diestra y siniestra, no obstante que todos los trabajos científicos, aún de los operadores mejor pagos de las multinacionales, desaconsejan la actividad con temperaturas superiores a los 25º porque buena parte de las gotas se evaporan antes de tocar el suelo. No hay que esforzarse para imaginar el tamaño de las nubes tóxicas cuando las temperaturas se acercan a los 40º como ocurrió hace pocos días", advirtieron.

"Al mismo tiempo —continuaron— y bajo la misma pasiva mirada de la administración se exhiben sin pudor montañas de bidones usados con restos de veneno evaporándose, diseminados por campos, ríos, arroyos o cunetas, que sólo ven los vecinos o medios y periodistas comprometidos".

"Campea la indiferencia —cuando no la negación— en la mayoría de jueces, fiscales y funcionarios mientras crece la epidemia de enfermedades, mortales en muchos casos, provocada por los agrotóxicos, con la misma cerrazón mental con la cual, años atrás, los voceros de las tabacaleras negaban la peligrosidad del cigarrillo", se indignaron.

Los vecinos aseguraron que es muy distinta es la disposición a la hora de atender los reclamos de los agronegociantes "como pudo verse recientemente en Funes, cuyas autoridades, sin sonrojarse, aplazaron hasta marzo la aplicación de una ordenanza que aleja las fumigaciones 500 metros del radio urbano, por pedido de los productores". Estiman que el objetivo de la postergación es que los productores completen las fumigaciones de la presente campaña de soja transgénica.

"La salud puede esperar, como bien sabemos los pueblos fumigados. Alcanza con ver las escasas pero elocuentes estadísticas realizadas por médicos de pueblo, facultades de ciencias médicas y ministerios de salud, aunque rebatidas por ingenieros agrónomos y ministerios de la producción".

Sin compromiso. La falta de compromiso de la administración santafesina con la salud queda nuevamente evidenciada, mientras duerme en la Legislatura el proyecto de ley presentado por los Pueblos Fumigados con firma de cinco legisladores.

"Estas acciones y omisiones de las fuerzas de seguridad, de los distintos poderes ejecutivos y sus dependencias como de las cámaras legislativas en temas tan sensibles para la población y de indudable relevancia, plantea una pregunta inquietante: ¿Quién gobierna realmente?", concluyeron.

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