Partiendo de la base misma del tópico, el tema de los alimentos transgénicos no es más que una cuestión de mercados. Si bien los defensores de la producción de alimentos transgénicos insisten en mencionar la potencial intención de paliar el hambre e el mundo por parte de estos avances científicos, la realidad muestra que ni el hambre ha desaparecido ni la tecnología de los alimentos transgénicos está en manos públicas, sino en manos privadas que buscan hacer con ello un negocio.
Esto significa una sola cosa: la producción de alimentos transgénicos busca mejorar la propia competitividad del producto sin fijarse realmente en el verdadero objetivo de la producción, que es el de generar alimentos nutritivos y eficientes.
Así, la calidad del alimento ha dejado lugar al rendimiento, algo que obedece más a razones económicas que de nutrición. Es en ese marco que debe observarse el problema de los alimentos transgénicos, olvidando falsas consignas morales que buscan más defender un modelo de negocios que observar la salud de la población.
El riesgo de los alimentos transgénicos son los efectos impredecibles y desconocidos que pueden encerrar, la falta de estudios más exhaustivos que determinen a largo plazo su seguridad, fuerza a la desconfianza. Los investigadores que desarrollan este tipo de alimentos se han preocupado sobre todo en demostrar sus aspectos positivos dejando a un lado los estudios para averiguar si también presentan aspectos negativos.
Se supone que los alimentos transgénicos son una gran solución para la humanidad, gracias a este tipo de productos se aumentaría la productividad, algo que algunos estudios ya han mostrado que no es así. Podemos citar por ejemplo el estudio de la Universidad de Kansas en el que se analizó la productividad estadounidense de cereales, en este estudio se puso de manifiesto que los cereales modificados genéticamente incluso resultaban menos productivos que los cereales tradicionales.
También se ha prometido que este tipo de alimentos serían mucho más nutritivos y sin embargo, las modificaciones genéticas realizadas en las variedades que actualmente se comercializan sólo contemplan la resistencia de estos alimentos frente a plagas y enfermedades. Los alimentos con mayor aporte nutricional siguen estando en los laboratorios, recordemos el post Maíz transgénico vitamínico o el que nos habla sobre los nuevos alimentos transgénicos.
También se asegura que este tipo de alimentos permiten reducir el uso de pesticidas, fungicidas, herbicidas y demás productos químicos con los que la industria agroalimentaria trata los cultivos, sin embargo, han sido sustituidos por el glifosato, componente activo del conocido herbicida Roundup del que muchos investigadores advierten sobre su peligrosidad y capacidad de esterilización de los terrenos. Ejemplos que podemos citar son el estudio realizado por investigadores del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires en el que se constataba que el glifosato es muy tóxico para los seres humanos.
Los investigadores biotecnológicos aseguran que los alimentos transgénicos son superiores en todos los sentidos y que debemos aceptar los riesgos que conllevan, ya que todas las tecnologías tienen riesgos y hay quien no comprende el trabajo de la ciencia y se resiste a los cambios. Sin embargo, la resistencia viene dada por la falta de transparencia y por las pruebas que han mostrado algunos de los peligros que encierran. Cabe recordar el documental La guerra de los alimentos transgénicos en el que se ponen de manifiesto algunos problemas graves relacionados con este tipo de alimentos.
Actualmente se suman los motivos por los que podemos rechazar los alimentos transgénicos, si colocamos en una balanza los verdaderos aspectos positivos y negativos que ofrecen, el rechazo hoy por hoy es casi incuestionable. A pesar de que varios estudios han mostrado algunos peligros como que los alimentos transgénicos pueden provocar infertilidad o alergias y daños al medio ambiente, el peligro más grave que presentan son los efectos y consecuencias impredecibles que encierran, quizá en unos años nos tengamos que lamentar de haber permitido que se hayan seguido cultivando, o quizá no.
Por el momento, los estudios muestran que algunos alimentos transgénicos pueden suponer un riesgo para la salud humana, en pruebas de laboratorio realizadas con roedores se ha constatado que pueden provocar diversos problemas en órganos internos. A todo esto hay que añadir la contaminación transgénica, esto es, la polinización de cultivos naturales por parte de los transgénicos, un elemento usado por multinacionales como Monsanto para multar y quebrar a granjeros por todo USA.
En el documental mencionado se indica que el hambre en el mundo tiene causas sociales, no de falta de producción, por tanto sería cuestión de solucionar estos temas sociales. Monsanto y las demás empresas biotecnológicas están obteniendo beneficios incalculables y una fuente de poder monopolista, al fin y al cabo, patentan la vida y comercializan con ella.
A favor y en contra
Los argumentos a favor del uso de los transgénicos tiene más que ver con lo económico y competitivo que con una ventaja real para la salud humana.
Resistencia a los pesticidas y a las plagas
Los cultivos transgénicos son más resistentes a los pesticidas, por lo que no se contaminan al rociarlos con dichas sustancias. Hay unos tipos de cultivos que sintetizan sus propios insecticidas y otros que derechamente soportan el ataque de los insectos y que no necesitan de estos químicos, por lo que no causan enfermedades a los trabajadores que los manipulan ni dañan el suelo.
Plantas y frutos más fuertes
Otros productos de la modificación genética son frutos más resistentes a condiciones extremas de temperatura, que demoran más en descomponerse (características ideales para su transporte a otros países) y semillas que no requieren cuidados ni esfuerzos especiales para que crezcan fuertes y sanas.
Mejor rendimiento
Pueden crearse cultivos con tiempos de maduración más rápidos, incrementando la disponiblidadde alimentos.
Mayor aprovechamiento del suelo
Mediante la manipulación genética pueden crearse semillas que crezcan en tierras afectadas por la erosión, falta de agua o concentraciones de minerales que impiden la proliferación de cultivos naturales. lamentablemente este último punto termina en falacia, teniendo en cuenta que el rociamiento de Roundup en los suelos genera una alta contaminación que lo hace inviable para el uso del suelo en cualquier otro cultivo no transgénico.
Los argumentos en contra de los transgénicos, por su parte, tienen que ver más con la ética y la salud y la ecología:
Etica
No sería ético manipular la naturaleza misma de un organismo. Hay quienes consideran que este aspecto de la biotecnología viola el valor intrínseco de un ser vivo, además de que no consideran sano el introducir genes animales en organismos vegetales y viceversa (por ejemplo, existe una variedad de tomates con genes de salmón para hacerla resistente al frío).
Legalidad
La producción de alimentos transgénicos está íntimamente ligada con el registro de patentes. Muchas empresas que crean un organismo modificado lo patentan para proteger su propiedad intelectual y asegurarse con los beneficios económicos. Esto causaría una situación de virtual monopolio de las empresas dueñas de ciertas semillas y alimentos, dependencia por parte de pequeños productores o países no desarrollados, hasta problemas con tratados comerciales entre naciones. Además, en varios países está en discusión el tema de si los alimentos transgénicos deben o no tener un etiquetado especial que los identifique como tales.
Salud y medio ambiente
Los transgénicos supondrían un peligro para la biodiversidad a través del riesgo de que haya transferencia no intencional de genes entre especies (como en la polinización cruzada), o por los efectos desconocidos que puedan causar en otros organismos que están en su mismo entorno, como ciertos microbios de los suelos. Además se teme que su consumo cause efectos nocivos en los humanos, como alergias, rechazo del organismo a químicos contenidos en los transgénicos o alguna secuela desconocida (aunque aún no existe evidencia científica de este tipo de daño).
Para más información, puede verse en la web el documental francés, La Guerra de los Transgénicos, que da cuenta ed algunas de las variablesmenos observadas de la producción de alimentos transgénicos en el mundo. Esta es la primera de sus 5 partes: