Autor: Avant Sex
No existen alimentos que por sí mismos contribuyan (o alienten, como los afrodisiacos) la respuesta sexual: se trata de ingredientes o procesos industriales que vuelven ciertos alimentos un peligro para una respuesta sexual sana. Algunos de los siguientes productos comprometen la irrigación sanguínea, desatan luchas hormonales en nuestro interior, o simplemente son dañinos en el largo plazo. Recordemos que ninguna parte del cuerpo está alejada de la función sexual.
Refrescos y soda
Se ha relacionado la soda o las bebidas carbonatadas en general con la depresión. Además, los saborizantes y endulzantes añadidos vuelven a las personas más propensas a padecer obesidad y diabetes. Eso, claro, sin mencionar las muy poco atractivas cavidades dentales; la deshidratación (el cuerpo utiliza más agua para procesar el refresco, así que la sed no es una buena excusa para beberlas) es otra consecuencia de beber sodas, lo que las vuelve un ingrediente que favorece poco las necesidades de un cuerpo saludable.
Endulzantes artificiales
Encabezadas por el aspartame, la lista de endulzantes artificiales que consumes en sodas o dulces dietéticos pueden ser dañinos para tu vida sexual. El aspartame inhibe la serotonina (una hormona relacionada con la sensación de placer y felicidad), además de provocar en algunas personas jaquecas, depresión, irritabilidad, ataques de ansiedad e insomnio. Por si fuera poco, el aspartamen también inhibe la respuesta sexual al bloquear la dopamina, un neurotransmisor necesario para dicha función.
Sopa enlatada
A menos que estés en un búnker en la Alemania nazi bajo un fuerte bombardeo, la comida enlatada, especialmente las sopas, son un alimento que harías bien en evitar. Están llenas de subproductos de carne y aditivos artificiales, sin mencionar la estratosférica cantidad de sodio, que puede provocar hipertensión; tanto para hombres como para mujeres, un flujo de sangre adecuado es necesario para disparar la respuesta sexual, flujo que se ve comprometido si consumes demasiado sodio.
Café
A pesar de que el café puede formar parte de un encuentro que pueda derivar en lo sexual, el café puede dañar las glándulas adrenales, comprometiendo a largo plazo (o debido a su exceso) la liberación de otras hormonas, como las provenientes de la glándula tiroides y las que activan la función sexual. Considera limitar el consumo de cafeína y no excederte.
Glutamato monosódico
Como si el nombre no fuera suficientemente horrible, esta sustancia es utilizada como aditivo en comida procesada y en los restaurantes para dar sabor. A pesar de que puede volver más agradeable el sabor de ciertos platillos, consumirla en exceso puede provocar problemas respiratorios, depresión y padecimientos cardiovasculares. La depresión en especial puede causar una disminución de la libido y una baja en la satisfacción sexual.
Soya procesada
A pesar de que variedades no procesadas de soya -e incluso la soya fermentada como el natto, miso o tempeh- tengan algunas propiedades benéficas para tu cuerpo, al pasar por un proceso de empacado la soya se queda solamente en proteína. Los fitoestrógenos de la soya (sustancias que se comportan de manera similar al estrógeno) pueden afectar la función endócrina, afectando el balance hormonal en hombres y mujeres. En español: ese desbalance hormonal genera fatiga y baja de libido.
Papas fritas
Como es fácil de imaginar, el proceso de freír incluso el alimento más saludable en aceite de mala calidad puede crear riesgos para la salud. En el procesamiento industrial de las botanas como papas fritas y galletas intervienen aceites calentados a temperaturas que destruyen cualquier propiedad benéfica de los vegetales. Sus consecuencias en el cuerpo son disminuir la salud de la piel, aumento de peso y desbalance hormonal.
Queso
Hablamos sobre todo del queso procesado industrialmente, aquel donde se utiliza leche tratada con antibióticos y otras hormonas de crecimiento en las vacas. El consumo de productos lácteos aumenta el riesgo de exponernos a estas hormonas tóxicas, las cuales pueden interferir con la producción de hormonas sexuales (estrógeno, progesterona y testosterona). Busca productos lácteos de fuentes más naturales.
Alcohol
A pesar de que las bebidas alcohólicas pueden ser un lubricante social deseable, además de ayudar a abrir el apetito sexual, es innegable que el alcohol en tanto depresor puede inhibir los sóntomas fisiológicos de excitación y la respuesta sexual. En especial en el caso de los hombres, el alcohol puede disminuir la producción de testosterona; el problema es que la testosterona no regula la función sexual de los hombrs solamente: en las mujeres también es un pilar de un libido sano. Tal vez el alcohol pueda ponerte en una situación social que derive en un encuentro sexual, pero podría limitar tu capacidad para responder adecuadamente a ello.
Aceites de baja calidad
Estos aceites son especialmente nocivos para quienes desean ser padres. Los aceites de canola y otros aceites de vegetales procesados se oxidan rápidamente, provocando la ingesta de una cantidad no deseable de radicales libres. Las mujeres pueden cuidar también de su salud reproductiva y su capacidad de concebir cocinando con aceites como el de coco, grasas vegetales y aceites de oliva extra virgen.
Pizza
Ok, aquí se pone un poco problemático. Según la nutrióloga Rachel Fiske, la pizza promueve un aumento de insulina, el cual puede comprometer la función de los ovarios y traer como consecuencia dificultades reproductivas en mujeres, pero vamos a poner un paréntesis en este caso porque ninguna pizza es igual. Pensemos que si una pizza contiene algunos de los ingredientes antes mencionados (queso con hormonas nocivas, aceites de baja calidad para la masa, harinas provenientes de cultivos genéticamente modificados) tal vez la pizza podría ser nociva.
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