Los perros realmente sienten lo que sientes.
Para los amantes de los perros, la idea de que el mejor amigo del hombre puede sentir nuestro dolor no está en duda - y ahora una investigación le dió peso a la idea.
Los perros tocan con la boca y lamen a los seres humanos cuando piensan que están en peligro - y suelen comportarse de una manera sumisa diseñada para ofrecer comodidad.
Un experimento realizado por psicólogos de la Universidad de Goldmsiths en Londres probó a 18 perros en distintas situaciones, con sus dueños y extraños, en las que los voluntarios aparentaron llorar, susurrar o tararear y hablar. Los perros reiteradamente reaccionaron a los simulacros de llanto, acercándose a estas personas y buscando iniciar contacto físico.
“El tarareo fue diseñado paar ser un comportamiento relativamente nuevo, que podría provocar la curiosidad de los perros. El hecho de que los perros diferenciaron entre el llanto y el tarareo indica que su respuesta no fue meramente motivada por la curiosidad”, dijo la Dra Deborah Custance.
Los perros respondieron al llanto de una persona no obstante que no fuera su dueño, lo que parece mostrar que su respuesta fue genuinamente empática y o el resultado de la búsqueda de una recompensa o de sus propias necesidades. El hecho de que los perros reaccionen a una emoción fingida no significa que no sepan percibir nuestras emociones, ya que nuestro mismo cerebro no hace distinción entre si una emoción es simulada o la experimentamos espontáneamente, de la misma forma que no distingue del todo si vemos algo o imaginamos eso mismo.
Hace algunas semanas reportamos sobre una interesante investigación que sugería que las ratas son capaces de sentir y actuar dirigidas por la empatía (y que ésta podría ser la emoción universal). Por otro lado el biólogo de la Universidad de Cambridge, Rupert Sheldrake, ha realizado numerosos experimentos que parecen mostrar que las mascotas tienen una capacidad telepática para saber cuándo sus dueños van a regresar a casa. No hay duda que los animales domésticos, y especialmente los perros, cumplen una admirable función servicial, como si estuvieran entre nosotros para expiar nuestras penas.
Fuente: selecciones.es
Los perros tocan con la boca y lamen a los seres humanos cuando piensan que están en peligro - y suelen comportarse de una manera sumisa diseñada para ofrecer comodidad.
Un experimento realizado por psicólogos de la Universidad de Goldmsiths en Londres probó a 18 perros en distintas situaciones, con sus dueños y extraños, en las que los voluntarios aparentaron llorar, susurrar o tararear y hablar. Los perros reiteradamente reaccionaron a los simulacros de llanto, acercándose a estas personas y buscando iniciar contacto físico.
“El tarareo fue diseñado paar ser un comportamiento relativamente nuevo, que podría provocar la curiosidad de los perros. El hecho de que los perros diferenciaron entre el llanto y el tarareo indica que su respuesta no fue meramente motivada por la curiosidad”, dijo la Dra Deborah Custance.
Los perros respondieron al llanto de una persona no obstante que no fuera su dueño, lo que parece mostrar que su respuesta fue genuinamente empática y o el resultado de la búsqueda de una recompensa o de sus propias necesidades. El hecho de que los perros reaccionen a una emoción fingida no significa que no sepan percibir nuestras emociones, ya que nuestro mismo cerebro no hace distinción entre si una emoción es simulada o la experimentamos espontáneamente, de la misma forma que no distingue del todo si vemos algo o imaginamos eso mismo.
Hace algunas semanas reportamos sobre una interesante investigación que sugería que las ratas son capaces de sentir y actuar dirigidas por la empatía (y que ésta podría ser la emoción universal). Por otro lado el biólogo de la Universidad de Cambridge, Rupert Sheldrake, ha realizado numerosos experimentos que parecen mostrar que las mascotas tienen una capacidad telepática para saber cuándo sus dueños van a regresar a casa. No hay duda que los animales domésticos, y especialmente los perros, cumplen una admirable función servicial, como si estuvieran entre nosotros para expiar nuestras penas.
Fuente: selecciones.es
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