Plan Verde Argentina
Les compartimos la segunda parte de la nota exclusiva de Plan Verde al higienista chileno Mauricio Esteban. En esta oportunidad, Esteban explica cómo deben combinarse las frutas para prevenir y curar enfermedades. ¿La ensalada de frutas? “Peor que comer un pollo con papas fritas”, afirma.
EL ARTE DE COMBINAR LAS FRUTAS
Las frutas son el alimento más completo para el hombre ya que contienen grancantidad de agua e incluyen vitaminas, minerales, carbohidratos, aminoácidos y ácidos grasos que nuestro cuerpo necesita.
Además, su digestión exige mucho menos gasto de energía ya que atraviesan el estómago en no más de 30 minutos mientras que con otros alimentos el proceso de extiende a tres, cuatro o más horas.
No obstante, beneficiarse de estas maravillosas propiedades nutritivas y curativas requiere como condición sine qua non que las frutas sean combinadas correctamente. “Si comes una banana y un kiwi el efecto en tu aparato digestivo será peor que si comes un pollo con papas fritas o una hamburguesa” advierte el chileno Mauricio Esteban, que practica hace casi 40 años el Higienismo, una disciplina que estudia y desarrolla la combinación correcta de los alimentos, con eje en las frutas, y promueve la vida sana en todos sus aspectos.
En diálogo con Plan Verde, Esteban aclara que si bien “no hay fórmulas matemáticas” para la combinación de frutas –porque pueden ser más ácidas o dulces de acuerdo a cada región y, a su vez, cada organismo tiene sus particularidades bioquímicas- los higienistas las consumen de acuerdo a dos principios básicos: no mezclan nunca frutas con vegetales ni combinan frutas ácidas y dulces entre sí. ¿Y nuestra típica ensalada de frutas de fin de año? “Es una bomba de tiempo. A nivel gástrico se desata un caos, ya que el aparato digestivo no sabe qué hacer frente ese torrente de toxinas y se defiende lanzando jugos gástricos muy pesados”, sostiene.
-FRUTAS O VERDURAS: según el Higienismo, nunca se deben mezclar frutas con verduras y hortalizas en una misma comida, por ejemplo, una ensalada. La única fruta que se puede comer un rato después de las verduras es la manzana, y preferentemente verde. “La manzana es un comodín, un antiácido” afirma Esteban. Las frutas deben ingerirse un buen rato antes que otros alimentos, nunca inmediatamente después, como es costumbre. Si se comen verduras antes hay que dejar pasar varias horas para consumir fruta porque la digestión de los vegetales es más lenta.
“Los primates, entre los que nos incluimos, tienen el aparato digestivo cuatro veces más largo que los carnívoros y cuatro veces más corto que los animales herbívoros, que tienen hasta tres o cuatro estómagos. Nosotros tenemos solamente uno. Somos frutarianos por naturaleza: la fruta es el alimento que mejor se adapta al aparato digestivo del ser humano”, asegura.
En cuanto a las mezclas de verduras y hortalizas entre sí, el especialista afirma que “son más posibles que las mezclas de frutas porque en las mezclas de ensaladas no hay conflicto”.
-ÁCIDO Y DULCE: Según explica Esteban, las frutas ácidas nunca deben consumirse junto a las dulces. “Hay una incompatibilidad. No hay un árbol que dé frutas diferentes. Si quieres comer distintas frutas, tienes que subir primero a un árbol y luego al otro. En la digestión hay un orden fisiológico. Cuando uno mezcla mucho indudablemente lo va a padecer mucho también porque se generan toxinas, venenos digestivos”.
El Higienismo enseña a comer por capas, nunca hace mezclas, y siempre va de lo ácido a lo más dulce, y de lo líquido a lo más espeso para favorecer la digestión. Así, se consumen primero las frutas ácidas (cítricos, berries, kiwi, ananá) y a continuación se pueden ingerir semiácidas (peras, mazanas, ciruelas) pero nunca dulces. Las dulces se pueden combinar sólo con las semiácidas. Siguiendo el mismo principio, primero se consumen las semiácidas y luego las dulces (como banana, mango o uva dulce).
“Cuando los higienistas comemos cerezas, comemos primero las más claras, después las rojas y después las negras. Con la sandía, cortamos un trozo, primero comemos alrededor que es menos dulce y después comemos el corazón. La piña (ananá) se come de arriba hacia abajo, porque es más ácida arriba y se va endulzando hacia abajo”, dice Esteban. Este proceso imita los patrones de la naturaleza: los pájaros comen la fruta por la mañana y los granos por la tarde. La leche materna es más líquida a la mañana, más espesa por la tarde y todavía más densa durante la noche.
-FRUTAS Y FRUTOS SECOS: Aunque a veces se presta a confusión, el Higienismo tiene bien claro que las frutas secas y los frutos secos son alimentos muy diferentes. Es otra de las mezclan que piden evitar. Las primeras son frutas que han sido secadas (pasas de uva, ciruelas, orejones de durazno) mientras que las segundas son semillas (almendras, nueces, pistachos, avellanas). “Nunca se mezclan entre ellos y ni siquiera los frutos secos deben comerse juntos. Por ejemplo, o se comen almendras o se comen pistachos. En cambio, se pueden combinar dos tipos de frutas secas siempre partiendo de la más ácida; por ejemplo, comes ciruelas secas y luego orejones de durazno”, dice Esteban.
Aunque las combinaciones parezcan un arte complejo, los higienistas aseguran que con la práctica se vuelven mucho más sencillas y se verifican rápidamente a nivel físico. Con una combinación correcta hay bienestar, con una mala mezcla reaparecen las molestias en el aparato digestivo.
“Si esto es importante para alguien que no tiene enfermedades hay que imaginarse lo que significa cometer estos errores alimentarios para la gente que está enferma”, plantea Esteban.
BERRIES SÍ, NARANJA NO
Según Esteban, las mejores frutas para “sanar” son los berries o frutos rojos (frutilla, mora, arándano, frambuesa) y la piña o ananá, que es muy recomendada en términos terapéuticos por su capacidad de limpiar quistes en los riñones. En tanto, para el profesional, las frutas más alimenticias son las dulces (uva, banana, mango). “Una uva, por ejemplo, tiene los 18 aminoácidos esenciales, es un alimento potente; y al plátano (banana) siempre se le están descubriendo nuevas propiedades. Las frutas en general son buenas, peras y manzanas, también”.
En cambio, no recomienda el consumo de naranjas ácidas. “La naranja ácida no es un buen alimento. Los higienistas en el mundo no la consumen. Sí en cambio la naranja dulce, que ustedes tienen mucha y muy buena en Argentina”.
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