Vivir libres de desperdicio, en respeto y armonía con la naturaleza, es posible si realmente lo queremos.
Si lees VeoVerde, seguramente ha pasado por tu mente alguna de estas ideas. Buscas consejos para reciclar eso que le llamamos basura. Quieres ahorrar agua en el día a día. Eliminar agentes contaminantes en tu hogar. A lo mejor te llama la atención la propuesta de las 3R — reducir, reutilizar y reciclar —. Al final, el objetivo es reducir nuestro impacto por el bien de la Madre Tierra.
Hace nos meses reseñé el documental No Impact Man, donde seguimos a Colin Beavan y su familia mientras adoptan un estilo de vida sustentable viviendo en plena ciudad de Nueva York. Esto se traduce a no comprar nada más que lo necesario, no generar basura, no usar limpiadores tóxicos, comer sólo alimentos locales, vamos, ni usar papel de baño.
En un principio la sola idea parece imposible, pero conforme pasa el tiempo, Colin y su esposa van notando los beneficios de este nuevo estilo de vida, más verde, más en contacto con la naturaleza y con todos en su entorno.
Así surgen cada vez más testimonios sobre personas, en grandes ciudades o en pueblos pequeños, que hacen un compromiso con el ambiente, con ellos los demás y con ellos mismos. De alguna forma nos muestran que un estilo de vida verde, de cero impacto, les ha hecho más felices.
Y ¿cuánto cuesta este cambio? En realidad no cuesta dinero, al contrario, nos ayuda a reducir gastos. Cuesta mucho esfuerzo y dedicación, ganas de hacer las cosas de forma distinta a lo que dicta la sociedad del consumo.
Cuesta inspiración, esos momentos incómodos cuando la gente que te rodea pregunta por qué. Cuesta la intención, el sacrificio momentáneo — mientras te ajustas a un nuevo estilo de vida.
En lo personal, quiero seguir el camino hacia esa vida libre de desperdicio, más consciente y en equilibrio con la naturaleza. He hecho algunos cambios en mi estilo de vida, pero en realidad estoy muy lejos de ser Colin Beavan o Lauren Singer. Le llaman pasitos de bebé, antes de aprender a caminar y a correr.
Es cuestión de adoptar nuevos hábitos, como los que presentamos en la sección Desafío VeoVerde, pequeñas acciones que marcan una diferencia a la larga. Espero que cada vez seamos más en este camino consciente, que adoptemos este estilo de vida más verde y generemos un cambio. ¿Estamos dispuestos a pagar el "precio"?
Por último recordemos que todo es cuestión de adaptación. Si en algún momento tropezamos y somos conscientes de ello, podemos intentarlo de nuevo.
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