viernes, 12 de julio de 2013
35% de los suelos del planeta ha perdido su potencial.
Los suelos del planeta sufren un proceso de degradación ecológica permanente, en el cual la fertilidad y su potencial productivo se han perdido total o parcialmente. Datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), reflejan que el 35% de estos se ha empobrecido y son considerados como áreas desérticas.
La superficie de la Tierra es de aproximadamente 11.500 millones de hectáreas, de las cuales solamente 3.200 millones son potencialmente cultivables. El especialista en control y gestión ambiental, Faruk Bagdah, explicó que alrededor del 85% hasta 90% tienen limitaciones físicas y químicas, por lo que el suelo aprovechable para cultivar en el mundo es de 1.500 millones.
La ocupación territorial inadecuada para la expansión urbana, la pérdidas de cobertura vegetal a causa de la tala y los incendios de vegetación, el turismo no sustentable, el aprovechamiento de los bosques y el manejo inadecuado de los desechos sólidos y líquidos, son algunos de los otros factores que contaminan este recurso. Históricamente se ha afectado alrededor de 3.300 millones de hectáreas, lo que representa el 28% de la superficie del planeta.
El también profesor del área de desarrollo sustentable de la Universidad Tecnológica del Centro (Unitec) indicó que cada año se pierden seis millones de hectáreas productivas, que perjudica a más de 110 países del planeta.
De no aplicarse correctamente las actividades que trabajan las superficies como la agricultura, se pueden generar afectaciones como: la erosión, laterización, acidificación, pérdida de materia orgánica, agotamiento de nutrientes, compactación, anegamiento, salinización, subsidencia, erosión por sobrepastoreo y hasta perturbación en el fondo marino.
La conservación de los suelos se hace cada día más indispensable para la humanidad, pues ellos son fuente de alimento, agua y medicinas. Los impactos que los abaten tienen como protagonistas las prácticas o tecnologías agrícolas inapropiadas.
Faruk Bagdah precisó que garantizar los alimentos sanos en el futuro, mejorar las técnicas para el uso del suelo, conservar sus ecosistemas y el agua de los acuíferos, son los objetivos que deben asumir las personas. El 7 de julio de 1963 se estableció como fecha conmemorativa el Día Mundial de la Conservación del Suelo, en memoria del investigador estadounidense Hugh Hammond Bennet, que se dedicó constantemente a preservar este recurso.
Para alcanzar estas metas, Bagdah detalló que se plantea la necesidad de adelantar a escala nacional con incidencia mundial cambios importantes en prácticas y tecnologías para promover la agricultura sustentable y las ciudades sustentables, fundamentadas en el uso apropiado de biotecnologías y eco-tecnologías, en procura de producir alimentos sanos, en suelos fértiles, conservando sus ecosistemas y los recursos hídricos.
En Venezuela, desde el sector público y privado se promueven investigaciones para impulsar la conservación de los suelos, mediante reforestaciones de áreas degradadas, el impulso a baja escala de producción agroecológica de alimentos, así como la producción de insumos agrícolas orgánicos.
Fuente: El Carabobeño
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