Con los descubrimientos hechos a partir del Proyecto del Genoma Humano, en el que se ha hecho un mapa cada vez más completo sobre los genes, la salud, y la enfermedad, se ha visto que todas las enfermedades crónicas como las afecciones del corazón, diabetes tipo 2, artritis, problemas digestivos, pérdida de funciones mentales, cáncer y muchas otras, son el resultado de elecciones dietéticas y ambientales.
Ahora se sabe que en nuestros genes hay un gran abanico de opciones y dependiendo de lo que comemos, los genes de la salud o enfermedad se expresan. Es maravilloso saber esto, ya que la comida que elegimos “da instrucciones” a nuestros genes, mandando señales e información para activar o desactivarlos.
Una nueva explosión de estudios está lanzando al mundo nueva información que nos puede ser enormemente útil. Uno de los temas más bellos e intrigantes es el de los fitoquímicos, que son millones de sustancias que se encuentran en las plantas y que no son vitaminas ni minerales, sino aquellas que dan color, olor y sabor a frutas y verduras. Sus nombres nos pueden sonar algo extraños, pero nos aseguran una larga y sana vida si sabemos apreciar la importancia de comerlos. Algunos nombres de fitoquímicos son flavonoides, catequinas, fenoles, antocianinas, isotiocinatos, carotenoides, indoles, terpenoides, cumarinas, etc.
Para que las plantas logren sobrevivir a las plagas, rayos ultravioleta, sequías, inundaciones, nieve y condiciones extremas han tenido que desarrollar sistemas de protección. Los fitonutrientes las protegen. Se podría decir que los fitonutrientes son para los vegetales como el sistema de protección, la guardia nacional, el sistema médico y los bomberos en uno. La mejor noticia es que no sólo las plantas reciben esa protección sino también nosotros. Es como si tuviéramos un sistema de focos, un semáforo genético. Si consumimos alimentos saludables se prenden ciertos genes-verdes que se mandan instrucciones para estar en salud, mientras que si consumimos componentes menos saludables provocamos que se apaguen los verdes y se prendan los amarillos o los rojos, que hacen que surja la enfermedad. Es decir que tenemos mucho más poder del que creíamos para evitar enfermedades hereditarias. En el área de investigación moderna de nutrición esto se llama nutri-genética y nutri-genómica y es la llave maestra para poner a trabajar a los genes a nuestro favor.
Podemos mandar a “dormir” a los genes que causan inflamación y el desarrollo de cáncer mientras que podemos “despertar” cascadas de reacciones y procesos protectores por la forma en que comemos.
“ 75% de la salud de una persona después de los 40 años se debe a lo que ésta ha hecho a sus genes, no a los genes en sí”.
Para recibir todos los beneficios de los fitoquímicos debemos elegir alimentos integrales y con cáscara cuando se pueda, pues estas sustancias se encuentran generalmente en las capas más externas de frutos, semillas y tallos pues es ahí donde pueden proteger mejor a la planta o semillas. El procesamiento de alimentos por lo general quita las capas externas de estos alimentos. Por ejemplo, en la cáscara de la manzana hay seis veces más compuestos fenólicos que en el interior.
También cuando los alimentos se producen orgánicamente, la planta fortalece su sistema de defensas y produce mucho más fitoquímicos que si se le “ayuda” con pesticidas o fertilizantes, por lo que los alimentos orgánicos contienen más fitoquímicos.
Cada fruta, verdura y semilla ha desarrollado su propio espectro de sustancias que la protegen y le permiten crecer mejor. Es sorprendente saber que la evolución trabaja bajo una elegante integración de especies y que los fitoquímicos que ayudan a las plantas también nos ayudan a nosotros a protegernos contra el envejecimiento prematuro y las enfermedades crónicas.
Algunos de los fitoquímicos o fitonutrientes más estudiados y los alimentos en los que se encuentran más concentrados:
- Allyl sulfidas. En ajos y cebollas. Son poderosos antioxidantes que promueven la detoxificación y eliminación de sustancias dañinas, bajan la presión y suben el sistema inmune.
- Flavonoides. En té verde, uvas, ajo, cebolla y en cáscaras internas de cítricos. Encienden la expresión de genes anti-inflamatorios, anti-cáncer y detoxificación.
- Catequinas. En el té verde. Responsables de proteger contra el cáncer, problemas cardiacos y de aumentar el sistema inmune.
- Quercitina. También en ajos y cebollas. Bajan la expresión de los genes que causan la inflamación, la alergia y la artritis.
- Resveratrol. Se encuentra en la piel de las uvas y el vino tinto. Protege contra el daño genético que causan los radicales libres inactivándolos y también hacen que se expresen genes que protegen contra la formación de tapones en venas y arterias y enfermedades del corazón.
- Antocianinas. Son poderosos antioxidantes que protegen a las plantas contra la luz ultravioleta. Se encuentran en alimentos morados como moras, ciruelas, uvas, col morada, berenjena, etc.
- Curcumina. El pigmento amarillo de la cúrcuma que es una raíz fácil de encontrar para cocinar y colorear nuestros platillos, protege nuestros genes y reduce la expresión de los genes de la inflamación.
- Acido ellágico. En nueces, fresas, cerezas, uvas. Potente antioxidante que causa el suicidio (llamado apoptosis) de células defectuosas.
- Glucosinolato. En brócoli, coliflor, calabaza, col. Detoxifica y “apaga” los genes que producen una sustancia inflamatoria llamada NF-kappaB.
- Gingeroles. En el jengibre. Trabaja con la curcumina (la raíz amarilla) para silenciar genes de la inflamación, previenen la formación de coágulos en arterias y evitan las úlceras gástricas y cáncer de colon al evitar que se desarrolle la bacteria H. pylori.
¿Qué debo comer para mandar señales para que mis genes saludables se expresen?
Se ha visto que la dieta Mediterránea es una manera óptima de expresar nuestro mejor potencial genético. Esta saludable forma de comer trata de lo siguiente: de 5 a 10 raciones de fruta y verdura al día (de distintos colores y combinaciones de tonos), cereales integrales, nueces, pescado rico en omega 3, y aceite de oliva.
Una manera sencilla de incluir variedad de fitoquímicos es procurando comer frutas y verduras de diferentes colores: Blanco- alubias, champiñones, peras. Rojo-manzanas, fresas, moras, jitomate, pimiento rojo. Azul- moras, col morada. Verde: hojas distintas. Amarillo-mangos, duraznos, plátano. Anaranjado- papaya, melón, zanahorias, calabaza, etc.
Por último: los ingredientes que activan los genes de inflamación y enfermedad son:
- sal refinada
- azúcar
- grasas saturadas
- grasas trans
- conservadores, saborizantes y colorantes artificiales
- potenciadores del sabor
- productos procesados y refinados
- embutidos
- alcohol
Saber que las verduras y frutas tienen grandes beneficios en tu salud te lleva a tomar mejores decisiones de cómo alimentarte y mientras más información, como ésta, adquieres sobre los alimentos naturales más quieres comer vegetales y frutas porque sabes que en un futuro cuando llegues a una edad avanzada vas a experimentar una gran sensación de orgullo por haberte cuidado comiendo saludablemente y la recompensa es que tienes una salud extraordinaria y una apariencia rejuvenecida.
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