Rejuvenecer y recuperar la salud son metas posibles si se tiene la voluntad, promete Efraín Hoffmann. El médico integral visitó la Isla para presentar su nuevo libro y dictar talleres.
Indiana Galindo Alonso
Efraín Hoffmann presentó su libro “Manojo de virtudes” en el centro comercial La Vela y compartió sus conocimientos sobre la juventud prolongada y la salud en talleres.
Foto: TANYA MILLAN
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30 jun, 2013 | Envejecer es una decisión. Eso ha concluido Efraín Hoffmann a lo largo de una carrera dedicada al estudio y ejercicio de la salud integral. Sedentarismo, alimentación inadecuada y estrés son los componentes de una mezcla letal que no tiene otra consecuencia que la pérdida de la salud. De eso está seguro el especialista que se dedica a ejercer la medicina desde dos campos que lejos de contradecirse, se complementan: el alópata y el naturista.
Esos elementos que señala Hoffmann llevan a una vida adictiva. A la larga estas obsesiones provocan un sentimiento de vacío que las personas intentan llenar comiendo, con actividades compulsivas o metiéndose de lleno en realidades más virtuales que terrenales.
Si quiere cambiar hágalo
Muchas veces las personas no se dan cuenta de lo grave de su situación hasta que una enfermedad se cruza en su camino. “¿Cuántas personas más tienen que morir para que nos demos cuenta de que esta vida nos está envenenado?”, se pregunta Efraín Hoffmann durante una de las pausas de una visita dedicada a impartir talleres sobre medicina antienvejecimiento y salud. La respuesta es fácil: tantas como aquellas que no tomen conciencia a tiempo de la gravedad de la situación.
El cambio no es tan fácil, reconoce este promotor del bienestar que se dio cuenta de esto a la edad de 14 años. Para él fue una decisión natural porque sus tempranos problemas de salud lo llevaron a experimentar soluciones como el vegetarianismo, el yoga y los ayunos que le funcionaron y que ya luego nunca abandonó. Todo comienza con la autoestima, decreta el médico. Quererse a sí mismo es indispensable para poder llevar a cabo esta transformación.
Cuando eso se haya logrado entonces puede emprenderse la etapa del cuido personal.
Los nuevos comportamientos deben convertirse en hábitos y esto no será posible hasta que haya pasado al menos un año, dice Hoffmann. No es fácil, pero sí necesario.
Si quiere comenzar, un buen punto de partida es cuidarse del azúcar, considerada por él un veneno desencadenante de muchas de las enfermedades metabólicas de este siglo, como la diabetes, la osteoporosis, el cáncer y otras tantas. Más información: www.hoffmann-spa.com.ve.
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