Hay que comenzar explicando qué es el autismo. El autismo es un trastorno del desarrollo que se caracteriza por afectar el comportamiento social y las habilidades de comunicación, son patrones de comportamiento inusuales, con consecuencias físicas como la diarrea, estreñimiento, hiperactividad, etc. Los niños con autismo pueden presentar problemas sensoriales; esto quiere decir que pueden ser más sensibles a ciertos sonidos, olores, texturas y sabores, entre otros.
¿Cómo se relaciona la nutrición, el autismo y el aparato gastrointestinal? Primero hay que recordar que el aparto gastrointestinal es donde se procesa toda la comida que consumimos y es la barrera física principal contra los microorganismos, las bacterias, y los virus. Sin embargo, la comida puede causar inflamación en los intestinos y cuando éste está inflamado no puede combatir efectivamente las bacterias y los virus y por consecuencia puede causar diarrea, estreñimiento, dolor, gases, malestar generalizado, etc.
Los niños con autismo son mas propensos a tener inflamación intestinal debido a la hipersensibilidad que también se refleja en el aparato gastrointestinal. Segundo, cuando tus sentidos están hipersensibles a los olores, texturas o sabores de los alimentos, esto puede limitar las opciones de alimentos que comen. Hay niños que prefieren la consistencia de puré por lo que todo lo que no sea puré no lo comerían, lo mismo pasa con niños que la única textura que toleran es la crujiente, quieren masticar, por lo que todo lo blando no lo aceptarían. Esto limita la selección disponible de alimentos y si uno no es creativo, el niño puede llegar a tener una alimentación desbalanceada.
Sugerencias para obtener una alimentación balanceada y adecuada para niños con autismo.
Hay que ofrecer y consumir alimentos frescos, no procesados y no refinados. Los alimentos fermentados, como el yogurt, ayudan a aumentar las bacterias saludables del intestino. Hay que incluir proteína y grasa saludable como la carne, pollo, pescado, huevo, nueces, almendras y cacahuates. Es importante aumentar el consumo de frutas y verduras. Finalmente, se debe procurar incluir cereales de grano integral principalmente.
¿Cómo puedes aumentar el consumo de estos alimentos? Hay que usar la imaginación! Primero identifica si tu hijo tiene alguna preferencia en sabor, textura o temperatura. Puedes licuar verduras o frutas y congelarlas creando cubos de hielo. Estos cubos los puedes usar para hacer malteadas, o los puedes mezclar con su comida favorita, por ejemplo, los puedes mezclar en las albóndigas o en la salsa de tomate para la pasta, etc.
¿Qué alimentos o ingredientes se deben evitar?
Hay que identificar y eliminar los alimentos que producen alguna reacción en el niño con autismo, ya sea alguna intolerancia o simplemente malestar. La siguiente lista son sustancias que definitivamente hay que evitar y normalmente se encuentran en alimentos procesados, éstos son:
- Exceso de azúcar o high fructose corn syrup (HFCS) – causa hiperactividad
- Edulcorantes o endulzantes artificiales – causan hiperactividad
- Mono sodio glutamato (MSG) – causa hiperactividad
- Colores y sabores artificiales – son difíciles de digerir
- Grasas trans o grasas hidrogenadas – son difíciles de digerir
En conclusión, tanto los niños con autismo como toda la población debemos de llevar una dieta balanceada que incluya cereales, proteínas, grasas saludables, frutas y verduras. Sin embargo, el autismo nos presenta con retos que debemos identificar y con los que debemos trabajar. Usando la imaginación y creando nuevas presentaciones de alimentos con ingredientes nuevos para que poco a poco el niño los consuma. Existen diferentes dietas para los niños con autismo, que te describiré en la segunda parte de esta columna. No se ha comprobado científicamente que ninguna de estas dietas sirvan para el tratamiento del autismo. Te las presento en base a testimonios de padres que han expresado que sirven. Hay que tener en cuenta que cada niño es diferente y reacciona diferente a ciertas restricciones por lo que siempre hay que observar y ser como detectives para poder concluir los alimentos que le afectan o benefician a tu hijo.
Recuerda que esta columna sólo incluye información general. Consulta a tu médico y a tu dietista para información en tu caso particular.
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