La energía renovable evoluciona constantemente y desafía a las eléctricas tradicionales, pero un sector en crecimiento podría hacer la producción doméstica de energía mucho más fácil de usar, reduciendo de forma drástica la dependencia de los clientes ante las eléctricas: las baterías solares.
Un gran problema que han tenido siempre los paneles solares es cómo mantener las luces encendidas cuando el sol no brilla.
Las baterías solares permiten a los hogares y negocios almacenar energía solar para utilizarla en las horas de oscuridad, y pueden ayudar a crear “redes inteligentes” que reaccionan a cambios repentinos de suministro energético y liberar la energía almacenada cuando se necesite.
La tecnología sigue siendo cara y no está muy extendida, pero ante la subida en las facturas eléctricas para consumidores, podría ganar cuota de mercado con rapidez y reducir la dependencia de las eléctricas, que ya se enfrentan a una sobrecapacidad y una demanda débil.
Un hogar con cuatro personas puede reducir en un 30 por ciento la cantidad de energía que utiliza de la red en un año si utiliza paneles solares, y otro 30 por ciento si utiliza una batería solar, de modo que sólo el 40 por ciento de su suministro procedería de las eléctricas.
Las facturas energéticas están subiendo y los subsidios solares y los precios de las baterías bajan, de modo que se espera que el almacenamiento de energía crezca de forma drástica en los próximos 2-4 años.
Las baterías sociales tienen un aspecto de batería de coche grande y suelen instalarse en el sótano de una casa, conectadas a un panel solar en el exterior y a la red a través de un inversor.
Eso permite que las baterías se carguen y almacenen energía sobrante durante el día y la liberen por la noche. También pueden liberar energía sobrante a la red.
El paquete sigue siendo caro, pero el precio de los paneles solares ya ha caído dos tercios en los dos últimos años, y se espera que el precio de las baterías se divida en los próximos años
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