lunes, 14 de octubre de 2013

Pujo incontenible de Fedeagro para que Venezuela Autorice los cultivos transgénicos

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(Transgénicos)
Los agro-industriales afiliados a FEDEAGRO están aplicando una presión intensa para que les sea autorizado el empleo de semillas transgénicas en Venezuela. Esta campaña enfurecida se ha desatado en la asamblea anual de esa organización que acaba de finalizar en Barquisimeto.

FEDEAGRO, en la voz de su nuevo presidente Antonio Pestana, aplica a fondo todos los argumentos a su alcance para inducir la aprobación de los cultivos transgénicos. Sostiene que en siete años Venezuela podrá producir todo el maíz requerido para el consumo nacional. “El proyecto se sustentaría en la recuperación de áreas de siembra…y el uso de materiales transgénicos”. Invita a “incorporar al debate nacional la posibilidad de usar cultivos transgénicos para incrementar la producción de alimentos en el mediano plazo” y agrega, "No podemos dar la espalda al conocimiento, debe llamarse a académicos y científicos y debatir el uso de transgénicos", con lo que se “generará un incremento inmediato de 25% en la producción”. Sobresalen dos aproximaciones a las intenciones FEDEAGRO. Primera: la plausible intención de contribuir al auto abastecimiento de maíz. Y segunda, el empleo de transgénicos porque en “Brasil, Argentina, Estados Unidos y México”, colosos agrícolas, “todo el maíz producido es transgénico”.

Antes que todo, la expresión “transgénico” es un nombre pudibundo para esta tecnología genética que impide ver todas las implicaciones de su uso en la alimentación humana deslizando “una cabra”, un tarugo preñado de contrabandos.

Por encima de todas las advertencias sobre los peligros potenciales para la salud se quieren imponer los argumentos de un mayor rendimiento económico para los agricultores cuando en realidad ese va a parar en las cajas registradoras de las empresas productoras de tales semillas. Además de los biológicos, este es otro veneno enmascarado.

Llama poderosamente la atención la devoción de FEDEAGRO por el autoabastecimiento de alimentos y la jactancia empresarial de presentarse como los salvadores de la patria, los conocedores de la actividad agrícola, los poseedores de la sabiduría. Estos atributos con que se decoran, piensan ellos, son suficientes para exigir cuanto antes, en aras de poder competir en MERCOSUR, la aprobación de los cultivos transgénicos para llenar a Venezuela con “7.600 millones de arepas”, transgénicas, agregamos nosotros en el año 2020. No explican cuánto significa esto en dólares para sus bolsillos. Curioso el conspicuo bozal de arepas… transgénicas.

El esfuerzo del gobierno revolucionario para lograr la independencia en el abastecimiento de alimentos encuentra tales escollos cuando invita con amplitud y generosidad a la empresa privada a integrarse al esfuerzo de la producción y el desarrollo económico porque los fines de los empresarios capitalistas son bien diferentes de los que persigue el socialismo.
Olvida FEDEAGRO que antes de cualquiera otra consideración está la protección de la salud del pueblo, del medio ambiente y la biodiversidad como establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en los Artículos 117, 127 y 129 sobre el “derecho a una información adecuada y no engañosa” de los productos que consume así como sobre el deber y la obligación de la protección del medio ambiente y el equilibrio ecológico que serían vulnerados con los cultivos transgénicos.

Señores de FEDEAGRO: en Venezuela no están permitidos los cultivos transgénicos y así continuarán a pesar de sus argumentos sobre el enriquecimiento que ello significa para ustedes. No importa si en el año 2020 no tenemos los 7.600 millones de arepas transgénicas que ustedes nos ofrecen con tanta generosidad. Estos cultivos, los alimentos y sus derivados industriales tienen que ser sometidos a un amplio debate nacional y eventualmente a un referendo para que todo el pueblo esté consciente de los peligros potenciales, de las precauciones derivadas de estudios experimentales y de los perjuicios para la agricultura y los agricultores. No todo lo que le brilla a los transgénicos es oro. También le brillan ruinas, tragedias (http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2012022305) peligros y repercusiones inocultables. No existe certeza definitiva de su inocuidad para la salud y la biodiversidad. Guárdense por favor sus millones de arepas potencialmente emponzoñadas.


Mérida, 30 de Junio de 2013.

mavet456@cantv.net

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