Por J. F. Alonso. Los empresarios turísticos buscan cada día nuevas experiencias para vender a un público que ya ha visto mucho, que ya ha estado en muchos hoteles, en muchas ciudades. Esta propuesta mezcla tendencias muy actuales: el reciclaje, la ecología, lo diferente. Estas habitaciones -elegantes y completamente equipadas, por supuesto- están hechas a partir de contenedores reciclados, producidos en China y utilizados para transportar algún tipo de mercancía en esos grandes buques que recorren el mundo.
Después de su vida útil, surge según parece un dilema: devolver los contenedores vacíos no siempre es rentable. En muchas ocasiones se quedan en los puertos, por ejemplo en el de Amberes. De ese hecho nació esta idea: un hotel portátil, que cambia su ubicación, y que, al menos en teoría, puede llevarse a cualquier lugar del mundo. De hecho, al hacer la reserva confirman la situación en los días que nos interesan. Ahora está en el puerto de Amberes, una animada ciudad en el corazón de Flandes (Bélgica).
La fórmula parece haber tenido bastante éxito. Se habla de ella, al menos. Y, ojo, no se trata de una opción barata: una habitación en el Sleeping Around cuesta en torno a 150 euros, que incluye desde ducha a aire acondicionado, y hasta soporte para iPod. Un inconveniente: ahora no aceptan reservas por internet. Hace falta un contacto vía mail o teléfono con la empresa, para concretar detalles de precio, localización y disponibilidad.
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