viernes, 6 de septiembre de 2013

Si un niño de 11 años puede cargarse a Monsanto en menos de 5 minutos al menos deberías verlo



Posted on 28/08/2013By Lluis Torrent



Birke Baehr, de 11 años de edad, es un agricultor orgánico precoz. En una conocida charla TED si hizo popular (con más de un millón de visualizaciones) al presentar de una forma clara y contundente su propia visión de una fuente importante de nuestra alimentación: las lejanas y no menos pintorescas granjas industriales. En su charla Baehr argumenta que al mantener las granjas fuera de nuestro radar se promueve un panorama de color de rosa e irreal acerca de la agricultura intensiva. Al mismo esboza una defensa de la producción orgánica de alimentos de escala local. Pero su charla se caracteriza por su férreo ataque contra el sector agroalimentario industrial, encabezado por la empresa Monsanto.

Birke Baehr, un precoz agricultor orgánico
Con 11 años está preparando su futura profesión como productor orgánico. A los 9 años, mientras viajaba con su familia, comenzó a estudiar las prácticas agrícolas sostenibles y orgánicas tales como el compostaje, lombricultura, envasado y conservación de alimentos. Pronto descubrió su otra pasión: la educación, especialmente con sus compañeros, acerca de la destrucción actual del sistema alimentario, industrializado y el dar a conocer las alternativas que existen. Baehr es voluntario en la Sociedad Protectora de Animales y ama trabajar para ellos. Su sitio es www.birkeonthefarm.com.

No solo Birke está en contra el modelo de Monsanto

Monsanto es una de esas empresas que se ha forjado una mala reputación. A pesar de que la revista Forbes la clasifica en el puesto número 34 en la lista de corporaciones más innovadoras del mundo y la puso en la cima en 2009 declarándola compañía del año (al año siguiente se arrepintieron de haberlo hecho), tan sólo hay que acceder a su página de Facebook para ver que muchos de sus “seguidores” no le tienen especial simpatía. De hecho ha sido y sigue siendo una de las corporaciones que ha creado más controversia a nivel mundial debido al que algunos han calificado como “peligro potencial” de sus productos sobre la salud humana, animales, plantas y sobre el medio ambiente en general. De hecho han salido innumerables las noticias publicadas en su contra (algunas cabe decir que luego han sido rectificadas), se la acusa de violación de leyes, soborno y contaminación del medio ambiente, además algunos apuntan a que tiene algo que ver con los masivos suicidios cometidos por agricultores indios que han tenido lugar recientemente (aunque también hay quién lo desmiente). Cabe decir que en el caso de los suicidios en la India, éstos están más relacionados con problemas de créditos y malas cosechas y no tanto por la acción de Monsanto en el país, algo que ya explicamos en otro artículo.

Aún así, Monsanto ha sido objeto de ataque en numerosos y populares documentales como “Food Inc.” y “El Mundo según Monsanto” y hasta incluso fue votada como la empresa más malvada del año en 2011 por la web Natural News con un respaldado del 51% por los más de 16.000 votantes de la encuesta online que este sitio web realizó dos años atrás.


¿Quién es Monsanto?

Monsanto es una empresa multanacional estadounidense proveedora de productos destinados a la agricultura. Es conocida por producir el glifosato, un popular herbicida, bajo la marca Roundup. Hacia los años 20, Monsanto se convirtió en una de las principales compañías fabricantes de ácido sulfúrico, y PCB’s (bifenilo policlorado), entre otras sustancias químicas que se utilizan en la industria electrodoméstica e hidráulica. Durante los años 40 el negocio de Monsanto estaba enfocado principalmente en la fabricación de plásticos y fibras sintéticas. Desde aquellos años, Monsanto se ha mantenido entre las 10 compañías químicas más grandes del mundo. En 1981 se sumó a la carrera biotecnológica y empezó a producir semillas genéticamente modificadas. Se calcula que controla alrededor del 90% del mercado mundial de semillas transgénicas.

El pasado 25 de mayo de 2013 se realizaron marchas y protestas no sólo contra Monsanto sino también contra otras compañías similares, en más de 250 ciudades de más 40 países del mundo de forma coordinada. Los motivos fueron la falta de etiquetado de los productos transgénicos, que según los manifestantes existen evidencias de que dañarían a la salud humana (algo por confirmar tal y como nos indica Txema en uno de sus comentarios al final del artículo) y el asfixio producido por la transnacional contra los agricultores.

En el siguiente vídeo, fragmento del documental “The Corporation”, se narra como dos periodistas de la cadena Fox fueron amenazados con el despido (y finalmente consumado) por querer publicar un reportaje acerca de los posibles efectos carcerígenos de un producto fabricado por la empresa Monsanto. Vale la pena verlo (y ya puestos no os perdáis el altamente recomendable documental).



La propia empresa Monsanto, a través de su web, también aporta sus propios argumentos para desmentir las graves acusaciones que viene teniendo y que han sido expuestas a lo largo de este artículo.
La otra cara de la moneda

Para equilibrar un poco la balanza, y con la ayuda de algunos de los comentarios aportados desde la publicación del artículo (gracias por vuestra contribución) voy a realizar una recopilación de argumentos (enlazados) para ver la otra perspectiva del asunto. Ya que hablar de Monsanto es, en general, abrir el debate sobre los transgénicos espero que estos artículos sirvan para ver un poco la otra cara de la moneda y, con ello, poder mantener un debate equilibrado y lo más constructivo posible.


¿Qué son los transgénicos?

Los transgénicos son caracteres introducidos mediante ingeniería genética en especies (con mayor desarrollo en las vegetales) destinadas a la producción de alimentos comestibles con el fin de aumentar la productividad (como por ejemplo, mejorando la resistencia a determinadas plagas) o bien introduciendo características nuevas al alimento. Los cultivos con semillas transgénicas comenzaron a implementarse a mediados de la década de los 90. Durante este tiempo su uso ha estado especialmente desarrollado en especies vegetales, incluido el algodón, una de las semillas oleaginosas de mayor peso económico.

En un artículo publicado el pasado mes de julio por el diario ABC se afirmaba que un reciente estudio publicado en la revista Cell por investigadores del Instituto Agrotécnico de la Universidad de Lleida respaldaba la demanda de buena parte de la comunidad científica de permitir el cultivo de transgénicos en Europa, continente que es uno de los que más regula su cultivo y dónde su gente es más reacia a su plantación y consumo (recomendamos consultar el Eurobarómetro 354 del año 2010 sobre los riesgos relacionados con la alimentación).

Según explicaba Jorge Medina, presidente del Consejo Nacional de Productores de Algodón de México: ”la semilla genéticamente modificada no está diseñada para beneficiar a la planta, pero permite sembrar en surcos más estrechos, gastar menos agua y obtener bolas de algodón más grandes”. En la cosecha del año pasado hubo productores que obtuvieron rendimientos históricos de cerca de tres toneladas de fibra (el algodón ya limpio) por hectárea con semilla modificada genéticamente, en campos donde el promedio en los últimos 15 años había sido de 1.4 o 1.5 toneladas por hectárea, indicaba Luis Arciga, responsable en México de Biotecnología de Bayer CropScience en una noticia de CNN Expansión. Este gran aumento de productividad vendría también validado por un artículo de la revista Nature titulado “Fields of gold” (Campos de oro) en el cual su autor también incide en la necesidad de que la tecnología de los transgénicos llegue realmente a todo el mundo y que, por ello, se impulse la investigación fuera de la industria.

Un año atrás salió una noticia que rápidamente se hizo eco en toda la esfera periodística y el movimiento antitransgénicos en la que se relataba que un estudio elaborado por Gilles-Eric Seralini, profesor de biología molecular en la Universidad de Caen (Francia) podría causar efectos devastadores para la industria transgénica. Según el estudio se habría detectado una elevadísima mortalidad, del 50% en machos y del 70% en hembras, sobre todo por cáncer, en los roedores alimentados en mayor o menor medida con un maíz transgénico de la empresa estadounidense Monsanto a lo largo de dos años. El estudio, pero, fue rebatido por numerosos científicos tal y como indica esta noticia de Es Materia.

En un estudio publicado por la revista Nature pocos meses atrás se realizaba un reportaje titulado Case studies: A hard look at GM crops sobre el estado actual de los cultivos transgénicos hablando de sus pros y de sus contras. El estudio, de un modo resumido, confirmaba que los transgénicos pueden crear superresistencias, debido a que tras la popularización de su uso los agricultores dejen de optar por otras tipologías, provocando aparición de resistencias. El artículo también venía a desmentir que la ola de suicidios de agriculturos indios se debiera al uso del algodón transgénico(mayoritariamente procedente de Monsanto), idea que se había popularizado por la activista india Vandana Shiva a través de este artículo en Al Jazeera. Por último, en el artículo no se llega a confirmar si el cultivo de trasngénicos puede llegar a provocar la alteración de las especies silvestres locales.

Debatir acerca del sector de la agricultura industrial y los transgénicos no es una cuestión para nada trivial, sino más bien un debate complejo que incluye cuestiones científicas, políticas y sociales, y hasta connotaciones éticas. Os animo a que dejéis vuestro comentario para alimentar el debate acerca de esta materia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario