El frigorífico se lleva hasta un 30,6% de la energía de nuestros hogares y dejar los aparatos en «stand by» gasta más que poner el aire acondicionado durante los tres meses de verano
No hace mucho que el «Estudio sobre consumo energético del sector residencial en España» del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), dejó constancia de las evidentes muestras de malgasto de energía que se producen de manera más que habitual en los hogares españoles. Entre otros aspectos, el estudio señalaba al «stand by» como uno de los principales responsables del incremento de la factura, pues su consume (un 2% del total) supera en gran medida al de otros electrodomésticos. El coste de la electricidad, además, tiene cada día mayor peso en la economía familiar, una situación que podría empeorar próximamente, dado que las operadoras no han cesado en su empeño de solicitar una subida de los peajes para combatir el déficit de tarifa, una cifra cuya revisión está además prevista para el próximo 1 de abril.
A la vista del panorama, te mostramos aquí la relación de los aparatos de uso doméstico que más energía consumen y los trucos que puedes utilizar para aligerar el peso de tu factura:
1. Frigorífico: Se lleva la friolera del 30,6% de la energía que consumimos en nuestros hogares y podría resultarnos casi imposible ahorrar en un electrodoméstico de primera necesidad como este, pero podemos hacerlo, y de manera sencilla. En primer lugar, debemos asegurarnos de que la nevera está plenas condiciones de funcionamiento, ya que su estado nos puede suponer hasta el 25% de la energía consumida. Acciones tan simples como no dejar la puerta abierta más tiempo del necesario, asegurarnos de que hemos cerrado bien la nevera o controlar que la temperatura es la adecuada aliviarán nuestro bolsillo.
Además, debes saber que introducir alimentos excesivamente calientes incrementa el «esfuerzo» del frigorífico por enfriar y consume más. Otras acciones serán mantener el aparato en óptimas condiciones de funcionamiento (limpiar las bandejas, descongelarlo dos veces al año...) o, en el caso de estar pensando en comprar uno nuevo, fijarnos en el etiquetado energético (los clasificados con las letras A,B y C son de bajo consumo; D y E de consumo medio, mientras que las letras F y G implican frigoríficos de alto consumo energético).
2. Televisión: Supone un 12,2% de la energía. Ya sabrás que apagar el botón del televisor antes de ir a dormir (el dichoso «stand by») eleva el consumo de forma importante, pero aún hay muchos hogares que olvidan esta económica costumbre. Si no lo haces, no se tratará de un olvido tonto, sino caro: un televisor en «stand by» consumirá tanta energía apagado como un ordenador a pleno rendimiento. La televisión es otro de los aparatos eléctricos que más gastan, sobre todo por el elevado número de horas que permanecemos frente a la «caja tonta». Está claro que ver menos la tele ahorra, pero si no puedes evitarlo, puedes llevar acabo acciones como bajar la iluminación para consumir menos. Además, si compras una televisión nueva deberías saber que aquellas que incorporan tecnología LED consumen un 25% menos que las LCD y hasta un 40% menos que las pantallas de plasma.
3. Lavadora: Consume un 11,8% de la energía. Trucos tan sencillos como no ponerla a media carga, sino llena, utilizar el programa de lavado en frío siempre que podamos y optar por ciclos de lavado cortos nos ayudará, además de a ahorrar energía, a consumir menos agua. Y si tenemos que comprar una nueva fijarse que sea categoría A+ pueden llegar a consumir la mitad que las viejas lavadoras.
4. «Stand by»: El «stand by» se lleva más porcentaje de consumo eléctrico que enfriar nuestra casa durante los meses de verano, una de cada doce facturas se va íntegra a través de este consumo muerto. Y no solo debemos pensar en el piloto rojo de la televisión cuando nos referimos a este concepto. Esta energía inútil y que tanto dinero nos supone al cabo del año se fuga también por los enchufes, las alargaderas y los ladrones. La función de «stand by» está presente en un buen número de productos, que permanecen conectados a la espera de recibir nuestras órdenes: aire acondicionado, ordenadores, cargadores, reproductores de audio, DVD...
5. Horno y vitrocerámica: Adquirir ciertas costumbres a la hora de cocinar también pueden salvar nuestra factura. En lo que a la vitrocerámica se refiere, debemos saber que cuanto más pequeño sea el recipiente utilizado menos energía consumiremos. También ahorraremos energía tapando los recipientes de cocción, apagando antes de tiempo ambos electrodomésticos para aprovecharnos del calor residual al finalizar la preparación, no abriendo la puerta del horno antes de acabar la cocción, utilizando recipientes de fondo grueso (reparten mejor el calor). Además, en la medida de lo posible es aconsejable utilizar el microondas para calentar la comida, pues este electrodoméstico requiere de menos tiempo para preparar los alimentos.
6. Lavavajillas: Es otro de los aparatos en los que debemos tener especialmente en cuenta el etiquetado de consumo energético. Consume un 6,1% de la energía y, para ahorrar, podemos llevar acciones similares a las utilizadas en la lavadora, como elegir programas cortos de lavado y con temperatura fría. Condición imprescindible es, evidentemente, cargar el aparato al máximo.
7. Ordenadores: Aunque es uno de los elementos que más nos acompañan en nuestra rutina diaria, seguro que no conoces ciertas costumbres que reducen el consumo de tu PC: bajar la iluminación, quitar el salvapantallas, apagar el ordenador si no lo utlizamos, no tener conectados aquellos periféricos que no utilicemos (impresora, escáner, altavoces...). Además, es importante que todos estén conectados en la misma regleta. En el caso de los ordenadores de mesa, recuerda apagar el monitor cada vez que te levantes.
8. Iluminación: Sobre todo en invierno, la iluminación de nuestra casa se lleva una parte importante del consumo eléctrico. Aprovecha siempre que puedas la iluminación natural, utiliza colores claros para tus paredes y cortinas (hacen que necesitemos menos iluminación artificial), instala reguladores de luz y utiliza bombillas de bajo consumo. En aquellos lugares de la casa en los que vayas a permanecer mucho tiempo, como por ejemplo la cocina, es recomendable emplear lámparas de tubos fluorescentes. Y, por favor, no dejes la luz encendida si no vas a estar en un determinado espacio.
Según el «Estudio sobre consumo energético del sector residencial en España» de IDAE, realizado en junio, los hogares españoles gastan de media 990 euros anuales en consumo eléctrico. Ahora ya sabes lo que puedes hacer por mejorar tu factura.
Vía: ABC
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