Estar aquí y ahora es una de las formas que más aquietan nuestro espíritu. Ser ciclista es incorporar esta filosofía de vida con cada pedaleo ¡No lo pierdas de vista!
Por Silza Ahumada, Macleta
Utilizar la bicicleta en la ciudad supone un ejercicio de determinación y muchas veces de valentía. Desde hace algún tiempo decidí lanzarme a circular por la cuidad en bicicleta. En un comienzo llegaba a los lugares tensa, estresada y nerviosa. Al parecer los estados anímicos de nuestros amigos motorizados no son de lo mejor y se encargaban de hacérmelo saber.
Casi al mismo tiempo comencé a practicar yoga como una forma de orientar, aquietar y equilibrar mis pensamientos. Para mi sorpresa esta experiencia se parece bastante a andar en bicicleta. Practicar yoga requiere equilibrio, constancia, dinamismo y autoconocimiento de nuestros límites. Al igual que aprender a andar en bicicleta, al principio no tienes la habilidad de conservar el equilibrio de inmediato y vas poco a poco. A medida que avanzas encuentras tus limitaciones y temores, te caes algunas veces y debes intentarlo otra vez hasta que adquieres la destreza necesaria para poder pedalear con firmeza y confianza.
Mientras recorría la cuidad en mi bicicleta, descubrí que pedalear la ciudad también me permitía aquietar los pensamientos y dejar que el entorno fluyera, sin adherirme a lo que ocurría más allá de lo necesario, sin pensar en lo no realizado o en lo que debo hacer. Así, cuando me hice consciente de que la bicicleta, además de transportarme a los lugares que quería ir, me permitía mantener en ella una meditación activa. Es decir, me permitía poner atención a lo que hago sin juzgar, activando los sentidos y circulando sin aferrarme, manteniéndome en el aquí y en el ahora. De este modo logré viajes más placenteros y menos abrumadores e intranquilos. Como dice Juan Carlos Kreimer, el autor de Bici Zen:
“Si pedaleamos entre los árboles, pedaleamos con la serenidad que hay entre los árboles. Dejar que por la mente pase lo que vamos viendo/percibiendo, dejar entrar esas imágenes por lo que son, sin hacer comentarios ni interpretaciones, como si las viéramos por primera vez, sin adherirnos a su recuerdo (...) crea el tipo de concentración necesaria para mantenernos en un aquí y ahora”
La vida de hoy en día está plagada de información y responsabilidades que cumplir, todo hay que hacerlo corriendo. Por este motivo nuestras mentes siempre están saturadas, nuestros cuerpos agotados y tensos y nos resulta muy difícil sentarnos en silencio y desconectarnos de nuestras tensiones diarias. Andar en bicicleta y practicar la meditación activa en los trayectos que hacemos a diario nos permitirá darle un respiro a nuestro sentir, a nuestro pensar y a nuestras emociones.
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