domingo, 5 de agosto de 2012

El negocio de la salud y la tontuna social

Publicado por Daniel Comin el 1 febrero, 2012.




preguntaHay gente que dice que las vacunas son un gran negocio y por eso nos vacunan a todos. Es un gran negocio, pues sí, representa -aproximadamente- algo más del 4% del volumen de negocio de las farmacéuticas, pero ha supuesto la vía más eficaz de la historia para el control de enfermedades. Que erradicar enfermedades sea un buen negocio para las farmacéuticas, no sé hasta qué punto, pero tampoco puedo creer que nos quieran enfermar y matar a todos. En países donde la sanidad se basa en modelos privados, a las empresas del sector lo que les interesa es gente enferma, y a poder ser con dolencias crónicas, si todo el mundo estuviese sano pues se les iría al garete el negocio. Mientras que en países con una buena salud pública se hace especial hincapié en las medidas preventivas, es más barato prevenir que curar. Pero con esto no estoy descubriendo nada, y tampoco considero que haya que radicalizar las posturas. No creo que sean todos unos santos, pero tampoco que sean el demonio. Otra de las máximas usadas “Las enfermedades no se han erradicado por las vacunas, ha sido fundamentalmente, debido a importantes mejoras a escala socio-sanitaria, medioambiental, económica y cultural”, me parece una soberana tontería, bajo esa premisa los Suecos no tendrían enfermedades y los “Inuit” deberían haberse extinguido hace siglos.
Aunque quisiera solo centrarme en el sarampión, una enfermedad que ha rebrotado con fuerza (también la tosferina, paperas, rubeola, incluso polio, por solo citar algunas de las que pensábamos eran enfermedades propias de algún lejano y remoto país del tercer mundo), en 1980 4.211.431 de personas fallecieron a causa del sarampión, en el año 2005 solo 582.168 gracias a las campañas de vacunación. Uno de los motivos de no vacunar está basado en la creencia de que es un gran negocio y lo único que quieren es vender vacunas, y que además son enfermedades que siempre hemos tenido y que no son tan graves y que además provocan autismo y otras enfermedades. Así que quizá si hacemos unos sencillos cálculos podremos ver hasta que punto es o no un negocio:
Una persona que enferma de sarampión tiene un costo aproximado de unos 300 euros en gasto farmacéutico, que puede dispararse al doble o más si la cosa se complica. Más un costo aproximado de unos 1.000€ más en costos hospitalarios y asistenciales derivados. Sin contar el costo de que algún familiar no trabaje durante esos días.
Así que si un caso de sarampión representa un negocio de unos 300 € (aproximadamente) para la farmacéutica, frente al costo de la vacuna, que suele rondar un euro (las hay incluso de 0,20 €, aunque a saber que llevan) , pues me parece que desde el punto de vista del negocio es mucho más rentable tener enfermos que gente vacunada.
Si tenemos en cuenta que en 1983 hubo en España 301.309 casos de sarampión, si esto pasase hoy, el sarampión habría supuesto un negocio para las farmacéuticas de 90.392.700 de € y un costo total (incluyendo el farmacéutico) de unos 412.793.330 €. Esto solo el sarampión. Si vacunásemos a 40 millones de personas de golpe con la vacuna de 1€, nos gastaríamos 40 millones, es decir, menos de la mitad del ingreso que habría supuesto para las empresas de farmacia. Esto sin contar las muertes o incluso las secuelas que se puedan dar. En el año 2004 en España hubo dos casos de sarampión, en el 2011 casi 3000.
Creo que mantener un debate sobre vacunas no es necesario, es imprescindible. Sobre su idoneidad, calidad, proceso de fabricación, consideraciones económicas (Creo que es evidente que una vacuna puede ser una gran inversión económica y social), consideraciones éticas, modos y tiempos de administración,… Y por qué no, que la investigación, producción y distribución estén controladas por instituciones públicas, sacando del “negocio” en la mayor medida posible a intereses económicos privados. Una vacuna en mal estado o defectuosa puede ser terrible, matar a la persona o dejarla con gravísimas secuelas de por vida. Por eso hay que seguir trabajando para reducir la reactogenicidad de las vacunas, ser conscientes de que hay que eliminar “conservantes” de dudosa calidad y “abaratadores” de costos que no solo reducen la calidad, además pueden producir efectos indeseados en el organismo. Pero tampoco debemos caer en una paranoia de conspiración mundial para acabar con todos nosotros.
Que los casos de autismo se han disparado es algo que oímos a diario, pero ¿nadie se ha parado a pensar que apenas hay estudios epidemiológicos serios sobre este aspecto? ¿Alguien puede decirme con exactitud cual es la prevalencia real de Asperger o Autismo en la ciudad de Barcelona? ¿Y en Ciudad de México? ¿Y en Buenos Aires? ¿Alguien puede decirme cual es el aumento real de la incidencia en los últimos 20 años de los casos de autismo en Valencia? Apenas hay estudios, es decir, que pensamos, creemos, intuimos, …, pero en realidad, nadie podemos afirmar con rotundidad que esto es así. Nos hemos creído unas cifras que nos han enviado por correo-e desde Nueva York, cuando luego, resulta que los datos de prevalencia de los EE.UU. varían de forma sustancial entre unas zonas y otras o en función de quien hizo el estudio. Y esas cifras sí nos las creemos ¿y nadie se plantea nada?
Quizá nos hacemos muchas preguntas, pero ¿nos hacemos las preguntas adecuadas? No podemos seguir basando reclamaciones y peticiones apoyados en datos supuestos o estimados, ya que incurrimos precisamente en una postura que no se sustenta. Alimentar el pánico en base a datos desconocidos no nos ayuda. Si hacemos caso al estudio británico sobre prevalencia de Trastornos del Espectro del Autismo en adultos, nos quedamos sorprendidos al ver que la prevalencia no ha variado en los últimos 30 años, y no estamos por tanto ante un aumento de nada, sino ante una no detección. Y si esto acaba siendo cierto, quizá la petición deba ser diferente. Creo que todos (yo incluido) debemos de replantearnos muchas de nuestras posturas. Y a todos los niveles, desde todos los puntos de vista. Desde cual es el origen real del autismo, si realmente obedece a causas “Modernas” o siempre estuvo ahí, e incluso, a cómo enfrentar este reto.

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