Por: diarioecologia
Hoy en día podemos encontrar paneles solares instalados en muchos edificios, centros de datos o, incluso, en señales de tráfico y algún que otro sistema empotrado que funciona de manera autónoma; la generación de energía mediante la luz del Sol es una vía limpia (y respetuosa con el medio ambiente) de generar electricidad que podría utilizarse mucho más de lo que actualmente se usa (sobre todo en países con muchas horas de Sol al año). Una de las líneas de trabajo que siguen muchos investigadores que trabajan con energías renovables es la de aumentar el rendimiento de las celdas de silicio que forman las placas solares, es decir, obtener más energía con la misma superficie de placa; algo que en la Universidad Vanderbilt de Nashville (en el Estado de Tennessee) están consiguiendo gracias a las espinacas.
¿Espinacas y placas solares? Reconozco que la combinación es bastante extraña y, desde luego, que nada común. Según relata el equipo de investigación de la Universidad Vanderbilt en el artículo que les han publicado en la revista Advanced Materials, han extraído de las espinacas una proteína (lógicamente de origen vegetal) con la que pueden recubrir las obleas de silicio, eso sí, habiendo dopado previamente el material, y obtener como resultado unas celdas solares mucho más eficientes porque se genera una corriente eléctrica mucho mayor. El recubrimiento resulta que también es fotorreactivo y, por tanto, transforma la luz en energía electroquímica, contribuyendo así a aumentar la corriente eléctrica circulante.
Si a este aumento del rendimiento le sumamos que el proceso de fabricación es asumible y, por tanto, no se disparan los costes en la fabricación de las celdas solares, el proyecto se presenta bastante interesante y con mucho potencial para la industria y para el uso de energías limpias.
Via: alt1040.com
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