domingo, 23 de septiembre de 2012

Los huertos urbanos se expanden en las favelas de Brasil (podríamos hacer lo mismo en Venezuela)


Los huertos urbanos se expanden en las favelas de Brasil
Los habitantes de varias favelas (barrios pobres) de Río de Janeiro, Brasil, plantan hortalizas en las terrazas de sus casas como parte de un proyecto de desarrollo sostenible, que les permite enriquecer la dieta alimenticia y comercializar los productos posteriormente.
En un atardecer entre semana en la favela de Babilonia, situada en el barrio turístico de Leme, rodeada de selva y con vistas al mar de Copacabana, Regina Almeida, de 46 años remueve la tierra con un rastrillo mientras pone el ojo en el siguiente módulo del que brotan los primeros tallos de una planta.
Esto serán tomates, y lo de ahí cebollas“, explica a Xinhua mientras se recoge el cabello en una coleta para continuar con la faena.
La iniciativa para apoyar los huertos particulares en las barriadas pobres de Río de Janeiro surgió de la organización no gubernamental Consejo Empresarial Brasileño para el Desarrollo Sostenible (CEBDS), que impartió durante seis meses clases de técnicas de agricultura ecológica y sostenible a 16 habitantes de Babilonia y de la favela vecina, Chapéu Mangueira.
El objetivo de estas clases consiste en ayudar a los residentes de estas zonas humildes de Río a disminuir los gastos con el consumo de legumbres y verduras plantadas por ellos mismos.
Además buscan capacitar a un grupo de alumnos para que puedan enseñar los conocimientos a sus familiares y así comercializar los productos cultivados en sus propias casas.
El modelo de cultivos utilizado por el CEBDS son huertas de uno o varios metros cuadrados que posibilita regar, cosechar y sembrar sin tener que caminar por encima de la tierra. Como quedan a la altura de la cintura facilita el trabajo para personas con diversidad física o para personas de avanzada edad.
Además, la rotación de cultivos es automática: un cultivo de estación larga como el tomate puede ser plantado entre otros de cosecha rápida.
Y lo obtenido es suficiente para garantizar el aporte de legumbres, frutas y verduras que requiere una familia durante un mes. Regina Almeida cuida su huerta, situada en la terraza de un pequeño comercio, con otras cuatro personas.
Para mí fue todo nuevo, pero el curso hace a la gente mejorar, aprender, conocer yo fui capaz, soy capaz y lo estoy haciendo“, asegura.
Después de recibir en agosto el diploma que certifica el óptimo aprovechamiento del curso, los 16 alumnos tienen que rendir cuentas cada semana a los coordinadores del CEBDS sobre el estado de sus cultivos.
Esta organización proporciona a cada grupo encargado de una huerta una ayuda de 150 reales mensuales (unos 74 dólares) para la compra del material necesario.
Tenemos una agenda en la que anotamos cómo van creciendo las plantas“, afirma Almeida.
El sistema es el siguiente: Cada parcela de la que se suelen encargar dos personas está numerada del 1 al 20 y cada cultivo lleva una letra. Este esquema se traslada al papel de forma que el alumno coloca la maracuyá, por ejemplo, en el apartado B y las notas sobre ese cultivo en su casilla correspondiente.
Juan Carlos de Jesús, presidente de la Asociación de Residentes de Babilonia, recalca que años atrás este tipo de actividades era “impensable” en las comunidades de Río de Janeiro a causa de la violencia que se vivía en las favelas por los narcotraficantes.
Desde que en 2008 las autoridades de Río iniciaron la campaña conocida como “pacificación”, consistente en la expulsión por la fuerza de las bandas delictivas que dominaban estas zonas para instalar pequeñas comisarías, han proliferado numerosas iniciativas sociales.
Para nosotros ésta es una etapa nueva que se inicia en las comunidades de Río de janeiro, que trae el conocimiento y la ciudadanía. También ayuda a integrar al individuo en la colectividad, rescata parte de nuestras raíces y además permite a las comunidades que también seamos productoras“, dice De Jesús.
Con esta iniciativa, no sólo abren la puerta a un posible negocio, también contribuyen a mejorar la dieta alimenticia en una población que generalmente basa su dieta en el arroz, el frijol y la carne dejando de lado las verduras y hortalizas.
Debido al éxito de la fórmula, el proyecto va a iniciarse en los próximos meses en otras cinco favelas. En estos momentos están en fase de reclutar alumnos en una de las comunidades del Complexo de Alemao, la barriada más extensa al norte del núcleo metropolitano de Río de Janeiro.
Según la organización, a pocos días de abrir las inscripciones ya contaban con 80 futuros agricultores.

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