Los programas escolares para que los niños consuman más frutas y verduras dan resultado.
Foto: Thinkstock
Una revisión de la literatura médica muestra que los programas escolares para que los niños consuman más frutas y verduras dan resultado, aunque los alumnos son más propensos a comer más frutas que verduras.
Los participantes aumentaron un cuarto de porción el consumo de frutas (un cuarto de una manzana o cinco frambuesas) y menos de una décima porción el de verduras (la mitad de un espárrago).
Se desconoce el efecto de ese cambio en la salud. "Sabemos que si los niños tienen buenos hábitos cuando son pequeños, tienden a conservarlos -dijo Charlotte Evans, investigadora de la Universidad de Leeds, Reino Unido, y autora principal del estudio-. De modo que un aumento pequeño del consumo de frutas (y verduras) podría ser positivo en décadas, pero no lo sabemos realmente".
Evans diseñó una intervención para ayudar a los niños a comer más frutas y verduras, y la comparó con otros programas. Con su equipo, reunió los resultados de 21 programas escolares sencillos, como entregar frutas y verduras en la escuela, o más complejos, como modificar la oferta de alimentos en la escuela y modificar las prácticas en el hogar.
Los 900 niños que habían participado en cada estudio tenían entre cinco y 12 años; el seguimiento alimentario duró hasta dos años. Evans consideró moderado el aumento del consumo de frutas y verduras entre los participantes de los programas escolares. Y gran parte de ese aumento provino de un mayor consumo de frutas, no de verduras, según publica The American Journal of Clinical Nutrition.
"Quizás, en la escuela es más fácil consumir una fruta. Para aumentar el consumo de verduras es mejor orientar a la familia en el hogar", dijo Evans.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos recomienda que los niños de edad escolar consuman 1-1,5 tazas de fruta por día (un vaso es igual a una manzana o una banana) y 1,5-2,5 tazas de verduras por día (una taza equivale a dos zanahorias o un choclo). La revisión no precisa si el consumo extra de frutas y verduras reemplazó el de otros productos.
"Una consecuencia potencial e inesperada del aumento del consumo de frutas y verduras es que se suma al resto de los alimentos", indicó Gary Foster, director del Centro para la Investigación y la Educación sobre la Obesidad de Temple University, Filadelfia.
Foster, que no participó del estudio, dijo que, dada la epidemia de obesidad infantil, los programas serían más efectivos si están orientados a la obesidad y no a grupos de alimentos. "Tienen que empujar a los niños a moverse más y a comer menos. Hay que decirles 'reemplacen los caramelos con una banana' en lugar de 'coman más bananas'", dijo.
Los participantes aumentaron un cuarto de porción el consumo de frutas (un cuarto de una manzana o cinco frambuesas) y menos de una décima porción el de verduras (la mitad de un espárrago).
Se desconoce el efecto de ese cambio en la salud. "Sabemos que si los niños tienen buenos hábitos cuando son pequeños, tienden a conservarlos -dijo Charlotte Evans, investigadora de la Universidad de Leeds, Reino Unido, y autora principal del estudio-. De modo que un aumento pequeño del consumo de frutas (y verduras) podría ser positivo en décadas, pero no lo sabemos realmente".
Evans diseñó una intervención para ayudar a los niños a comer más frutas y verduras, y la comparó con otros programas. Con su equipo, reunió los resultados de 21 programas escolares sencillos, como entregar frutas y verduras en la escuela, o más complejos, como modificar la oferta de alimentos en la escuela y modificar las prácticas en el hogar.
Los 900 niños que habían participado en cada estudio tenían entre cinco y 12 años; el seguimiento alimentario duró hasta dos años. Evans consideró moderado el aumento del consumo de frutas y verduras entre los participantes de los programas escolares. Y gran parte de ese aumento provino de un mayor consumo de frutas, no de verduras, según publica The American Journal of Clinical Nutrition.
"Quizás, en la escuela es más fácil consumir una fruta. Para aumentar el consumo de verduras es mejor orientar a la familia en el hogar", dijo Evans.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos recomienda que los niños de edad escolar consuman 1-1,5 tazas de fruta por día (un vaso es igual a una manzana o una banana) y 1,5-2,5 tazas de verduras por día (una taza equivale a dos zanahorias o un choclo). La revisión no precisa si el consumo extra de frutas y verduras reemplazó el de otros productos.
"Una consecuencia potencial e inesperada del aumento del consumo de frutas y verduras es que se suma al resto de los alimentos", indicó Gary Foster, director del Centro para la Investigación y la Educación sobre la Obesidad de Temple University, Filadelfia.
Foster, que no participó del estudio, dijo que, dada la epidemia de obesidad infantil, los programas serían más efectivos si están orientados a la obesidad y no a grupos de alimentos. "Tienen que empujar a los niños a moverse más y a comer menos. Hay que decirles 'reemplacen los caramelos con una banana' en lugar de 'coman más bananas'", dijo.
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