sábado, 8 de septiembre de 2012

En Italia dicen no a transgénicos


SAN JUAN BAUTISTA, Misiones. La Confederación Italiana de Agricultores dijo “no” a las semillas modificadas genéticamente para fines alimenticios. “En Italia, la posición no es ideológica, es sentido común”, expresa el Dr. Norberto Bellini.
El Dr. Norberto Bellini (i) y el Dr. Guiseppe Politi (d), este último presidente de la Confederación Italiana. / abc color
Las personas en Italia piden alimentos naturales, típicos, salubres, controlados y certificados, señaló el Dr. Bellini, vicepresidente de la Asociación de Solidaridad para el Desarrollo (ASES) de Italia.
Bellini, a través de un e-mail, señaló que después de lo ocurrido en Villa Florida, entre Mons. Mario Melanio Medina y el presidente Federico Franco, se abrió en Paraguay una discusión sobre los organismos genéticamente modificados (OGM).
“Cada país es libre de elegir el tipo de agricultura que quiere”, expresa. Agrega que la Confederación Italiana de Agricultores, entidad que colabora con el desarrollo del campesinado de Misiones, quiere hacer conocer su posición con relación al uso de las semillas modificadas.
La Confederación Italiana sostiene que el patrimonio de la biodiversidad animal y vegetal en el mundo es tan amplio y complejo que hay que preservarlo y seleccionarlo.
“No tiene sentido hacer inversiones de grandes capitales para crear nuevos productos”, expresa la nota de los italianos agrupados en la confederación agrícola.
Añadió que en Italia el 80 por ciento de los ciudadanos entrevistados sobre el problema dijo “no” a las semillas transgénicas para fines alimenticios.
El sector agroalimenticio italiano no usa OGM porque en Italia está prohibido, según Bellini. Agrega que para los consumidores comer alimentos “hi-tech” equivaldría a pedir a un futbolista que juegue con una pelota cuadrada.
Asegura que, en Italia, las personas piden alimentos naturales, saludables, controlados y certificados.
“El 'made in Italy Agrícola' exportador mueve cada año 30.000 millones de euros”, asegura Norberto Bellini.
Agrega que en Italia prima el principio de prudencia y protección de los consumidores porque existen riesgos para el ambiente y la salud humana y animal.
En segundo lugar, no existe evidencia científica probada del “no peligro” de esos productos OGM. En tercer lugar, hay que considerar el impacto negativo que algunos experimentos tienen sobre el ambiente natural.
En lugar de usar semillas modificadas habría que financiar la recuperación y puesta nuevamente en producción biodiversidades que están casi en extinción, dando vida a una agricultura sustentable con alimentos seguros.
El Dr. Bellini informa que algunos países europeos años atrás se dejaron convencer con respecto al uso de la OGM, pero hoy se está frenando, bajo presión de los ciudadanos y las preocupaciones de carácter ambiental.
Explica que en Europa la superficie cultivada con semillas OGM es solo 114.000 hectáreas, que representan apenas el 0,06 por ciento del territorio agrícola de la Unión Europea.
Añade que la multinacional BASF anunció suspender la investigación sobre biotecnologías vegetales en Europa y parar la comercialización de la papa “Amflora” presente en Alemania, Suecia y República Checa. La desición es a consecuencia de una encuesta a los ciudadanos europeos, por eso la Unión Europea no acepta alimentos genéticamente modificados, expresa.
Pero la BASF ha declarado concentrar la investigación y comercialización de estos productos en América, donde no hay mucho rechazo para los cultivos transgénicos, según Bellini.
“Como se suele decir, ahora la pelota pasa al continente americano, que tomará sus decisiones”, concluye la nota de Norberto Bellini.

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