miércoles, 5 de septiembre de 2012

Gente tóxica: los vampiros emocionales

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Existir existen. Ellos mismos no se reconocen, ya que es muy duro hacerlo. Significa darse cuenta de una serie de sentimientos propios que son los que provocan estos comportamientos “tóxicos”, y que describiremos en este artículo.
 Lo que parece cierto es que existen conductas y comportamientos tóxicos, no tanto personas. Es decir, unas personas pueden comportarse así de manera sistemática o cambiar en un determinado momento. Incluso lo que algunos pueden considerar como comportamientos tóxicos para otros puede ser aceptable o puede parecerles normal. Es una percepción subjetiva.
Les llamaremos a esta clase de personas, las que tienen estos comportamientos,personas “tóxicas”.
Este tipo de personas se encuentra en cualquier lugar. Puede ser tu jefe, tu amigo, hermano, o incluso tu pareja. Reconoces a una persona tóxica, porque continuamente habla de temas negativos. En lugar de alagarte por algo, por ejemplo, encuentra el punto negro, o no acepta a la primera una opinión o sugerencia, son hirientes, agresivos, inflexibles y se exaltan fácilmente si se les contradice. Ellos tienen la razón siempre.
Este tipo de personas afectan de diferente manera a cada quien. Si después de estar con alguien sientes: que pierdes energía, cansado, malhumorado por haber estado con ella, ignorado porque sólo habla de sí misma, aliviado cuando se va, tensión en tus facciones cuando está presente, incluso dolor de cabeza o estómago... quiere decir que estás con una persona tóxica.
Estas personas, como todas, reflejan lo que traen en su interior: mucha negatividad, resentimiento, envidia, celos, crítica, frustración, baja autoestima, necesidad de ser reconocidos, aprobados y ser importantes. Y lo que consiguen es justamente lo opuesto con su actitud hiriente y ruda hacia los demás. La gente tiende a alejarse de ellos y ser cautelosos e incluso sentir miedo porque la relación se torna difícil. Suelen ser personas con problemas a la hora de establecer relaciones de amistad duraderas con los demás. Pero la culpa, por supuesto, siempre será de los demás.
También hay personas tóxicas que muestran pasividad y se hacen pasar por mosquitas muertas, son los llorones, los "pobre de mi". Necesitan de tu ayuda constantemente, los de la vela perpetua, los solitarios, critican incansablemente a los demás y tratan de generar constantemente una sensación de lástima y desvalidez para captar la atención de los demás. Estas personas son desgastantes, porque te chupan la energía, tu tiempo, tu motivación y entusiasmo, que a ellos les falta. Les llamamos "chupopteros emocionales". Ellos están vacíos y buscan llenar este hueco con tu amistad, relación, o compañía. Este tipo de personas te cansan, te aburren, limitan la conversación y tienes que darles ánimo constantemente (pierdes tu energía) porque ellos la despilfarran con sus pensamientos derrotistas que no llevan a ningún lado.
Los especialistas nos ofrecen algunos de los síntomas para reconocer a las personas con comportamientos tóxicos: el que destila un odio visceral y se regodea con la humillación del otro, el que avasalla al semejante, el que busca manipular con mentiras, el que agrede innecesariamente y desvaloriza al otro para sentirse bien él, el que daña con intención sin jamás proponer una reparación, el que incomoda con sus imposturas, el envidioso de todo lo ajeno y el que urde los problemas para acercar luego sus soluciones. Sus conductas se traducen en patologías, y la coexistencia con ellos resulta muy difícil, a veces, imposible.
También se pueden reconocer por algunos rasgos de su personalidad, Por ejemplo, las personas que generalmente usan monólogos para comunicarse con los demás ( y escuchan más bien poco) y son autorreferenciales en todo momento , es decir que permanentemente siempre se ponen como referencia en todo lo que pasa ("eso ha salido gracias a que yo"....., "ya lo dije...", "seguro que yo soy el elegido/a" y... un largo etc... ). También aquellos que nos aplastan, a los que acaban minusvalorando hasta la saciedad lo que hacen los otros/as. Como ya hemos dicho se dan en todos los campos de la vida: en la familia, en la política, en la empresa, entre los/as compañeros/as de trabajo, entre amigos/as.
A estas personas se las controla quitándoles su poder, evitando o escapando de ellas o no permitiéndoles acceso a nuestra intimidad. A continuación, algunas sugerencias más:
- Si se debe convivir con ellas, en la familia o en el trabajo, hay que abstraerse mentalmente de su presencia y acciones. Cuando surge un comentario o comportamiento "tóxico", simular que uno le presta atención cuando, en realidad, se esfuerza por desoírlo. También se puede cambiar de tema rápidamente...
- Al "tóxico" se lo neutraliza con amabilidad. Su afán por lastimar con comentarios o actos desagradables resulta estéril si él percibe que carece de efecto.
- Focalizarse en las cosas positivas que uno tiene en la vida cuando se está cerca de una persona "tóxica". Es un ardid efectivo para superar los malos momentos.
- La actitud positiva es siempre una elección. Prepárese mentalmente para estar bien y contrarrestar así las actitudes "tóxicas".
- Si una persona "tóxica" forma parte de su equipo de trabajo, establezca de antemano y claramente las reglas de convivencia.
- Si el "tóxico" no es alertado sobre su toxicidad, la extenderá en el ambiente. No deje pasar por alto esas actitudes, así que convérselo inmediatamente con él. No lo haga primero con los demás.
- Ejercite su propia autocrítica y revise con asiduidad qué tipo de actitudes y comportamientos tiene usted para con los demás. Usted también puede ser "tóxico" para otros. La regla es simple: no les haga a los demás lo que no desea que le hagan a usted.
 
Fuente: expansión.com 
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