viernes, 7 de septiembre de 2012

RR2: re-reelección y soja


 Por: mendozaopina.com












Si Cristina finalmente se decide a buscar su re-reelección será porque, entre otras cosas, habrá tenido los votos suficientes para convocar a una Asamblea Constituyente que reforme la Carta Magna.
Si el kirchnerismo consigue en las elecciones del año que viene los votos necesarios será porque, entre otras cosas, la situación económica habrá sido propicia para un holgado triunfo.
Y si las condiciones materiales del país del 2013 terminan siendo propicias, o sea más parecidas a las del 2005, 2007 o 2011 que a las de la crisis del 2009, todo indica que uno de los factores determinantes habrá sido la gran cosecha de soja que se espera.
Ironías de la historia. Su eventual deseo de mantenerse en el cargo está supeditado al éxito del primer sector con el cual la Presidenta tuvo un duro enfrentamiento a poco de asumir, que finalizó con una derrota más autoinfligida por errores propios que causada por la fortaleza del adversario.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos estima la cosecha de soja en la Argentina durante la campaña 2012-2013 rondará los 55 millones de toneladas, lo que equivale a un alza de más del 30 por ciento respecto del período anterior. Si a esa mayor cantidad se le suma que la cotización viene rompiendo récords históricos y que los pronósticos para un futuro próximo la siguen ubicando en niveles muy altos, el resultado al que se llega en términos de ingreso de divisas es impresionante.
La consultora Abeceb calcula que en el 2013 el complejo sojero exportará por 25.500 millones de dólares, lo que implica un adicional de más de 5.000 millones en relación a este año. Y no es, en este sentido, la más optimista. El último informe de coyuntura del Banco Ciudad sostiene que el aporte adicional de la soja trepará a 8.500 millones de dólares. Lo mismo señala el Estudio Bein, que estira la previsión para los principales cultivos a 9.600 millones de dólares de exportación extra.
Además del alivio que supone la mayor disponibilidad de divisas dado el achicamiento del margen que registró el sector externo, la mejora en el agro se hará sentir en el nivel general de actividad. El Ciudad apunta que, dada la restricción para atesorar divisas, buena parte de los pesos que se reciban por los dólares sojeros se invertirán en ladrillos. Por su parte, Bein estima que la contribución del agro al PBI de 2013 será de 1,5 puntos porcentuales, alzando el crecimiento global a 5 por ciento. Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado que realiza el Banco Central, los pronósticos de crecimiento para el año que viene promedian un 3,9 por ciento. Lejos de ser una tasa china, pero habilita el triunfalismo electoral oficialista.
Al desahogo de las cuentas externas y al impacto sobre la producción se agrega que el incremento en la exportación de soja llega de la mano de un salto en las retenciones. Según la hipótesis que se tome, el aumento en la recaudación fiscal oscilaría entre 2.500 y 3.000 millones de dólares. Son cifras de por sí muy apreciables, y más aún en un año electoral.
El razonamiento y los datos anteriores ayudan a entender por qué el Gobierno ha modificado sustancialmente tanto el discurso como la praxis referida a la soja, que en muy poco se parecen hoy a aquel inolvidable e irritante discurso del 31 de marzo de 2008, cuando en medio del conflicto con el campo Cristina caracterizó a la soja como un cultivo que "en términos científicos es prácticamente un yuyo que crece sin ningún tipo de cuidados especiales".
Confirmando lo que Cristina ya le había adelantado a la cúpula de Monsanto durante su visita a los Estados Unidos, el pasado 22 de agosto el Gobierno le aprobó a la multinacional que es líder mundial en semillas la Intacta RR2 Pro (sic), una variedad que mejora, y mucho, la cualidades de la legendaria RR, ya que fortalece la resistencia de la planta al uso del glifosato, la protege de insectos y aumenta la productividad del cultivo en un 11 por ciento, según se encargó de destacar el ministro de Agricultura Norberto Yahuar al festejar el anuncio en compañía de los ejecutivos de Monsanto.
Es prematuro y pareciera que exagerado vaticinar que la RR2 va a desencadenar una expansión sojera de la dimensión que tuvo el proceso que se inició a fines de los años '70 y que aceleró a partir de mediados de los años '90 con la introducción de la RR. Pero de lo que no cabe duda es que la introducción de la nueva variedad provocó euforia en el agro y también en el Gobierno. "Esta aprobación reposiciona a la Argentina como líder regional y mundial en materia regulatoria debido al ritmo acelerado con que se efectuó", dijo Gabriela Levitus, directora ejecutiva de ArgenBio, una organización difusora de biotecnología que fundaron las principales corporaciones de la industria: Monsanto, Bayer, Basf, Dow AgroSciences, Nidera, Syngenta y Pionner.
El entusiasmo oficial lo manifestó el ministro Yahuar. "Hoy es un día muy especial para la Argentina porque vamos por una segunda generación de soja", exclamó cuando oficializó la aprobación. Ese mismo día confirmó que se está trabajando en un proyecto de Ley de Semillas que el sector viene reclamando para que la protección de la propiedad intelectual sea más amplia que la que hasta ahora permite la Ley de Patentes. "Faltaba decisión política para que la biotecnología sea política de Estado, pero esa decisión se tomó desde (el ministerio de Julián) Domínguez en adelante (...) Recuperamos terreno perdido", dijo con satisfacción Miguel Rapela, director ejecutivo de la Asociación de Semilleros Argentinos.
Al revés de lo que el kirchnerismo declamaba durante el conflicto del 2008, la dependencia de la soja ha seguido aumentando. A los datos ya mencionados basta agregar que la soja ya ocupa el 60 por ciento de la tierra cultivada, un porcentaje sólo superado por Paraguay. Lo que implica, entre varias otras cosas, el masivo uso de agroquímicos y el desplazamiento de otros cultivos y producciones, con su consecuente encarecimiento e impacto sobre la canasta alimentaria.
En cuanto a la RRelección, conviene prestar atención a lo que opina Eugenio Raúl Zaffaroni. Dijo que es "una mala palabra", que no cree que esa idea "pase por la cabeza de la Presidenta", y que él no cree "de ninguna manera en la re-reelección porque política y coyunturalmente me parece inviable".
Según el ministro de la Corte ni la soja todo lo puede.

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