lunes, 10 de septiembre de 2012

Descubriendo el Sésamo


El sésamo (Sesamum indicum L.), es una planta cultivada ampliamente en los países de Oriente Medio y en la India, de donde es originario. El valor de este vegetal está en sus semillas, también conocidas por el nombre derivado del árabe ajonjolí. Estas semillas pueden ser marrones, negras y blancas, y tradicionalmente se han valorado por su alto contenido en aceite, y actualmente se tiende a aumentar su consumo por la gran variedad y calidad de los nutrientes que aportan.
Más de la mitad del peso de la semilla de sésamo son aceites. Esto las convierte en un producto que se ha de consumir con moderación por su aporte energético, pero no por el tipo de grasas que contiene, ya que es rico en ácidos grasos insaturados (Omega 6 y 9 principalmente), con beneficios para la salud cardiovascular y la hidratación de la piel. Entre los componentes grasos de las semillas de sésamo se encuentra la lecitina, que facilita la digestión de las grasas, ayuda a mantener los niveles de colesterol saludables y evita la acumulación de grasas en el hígado, y fitosteroles, que reducen la absorción del colesterol de los alimentos.
La semilla de sésamo es una fuente importante de Calcio, tanto en cantidad como en facilidad de asimilación por el organismo, muy recomendable para dietas que no incluyen productos lácteos. Contiene también otros minerales en cantidades apreciables, como el Hierro, con propiedades antianémicas, y elZinc, esencial para la fertilidad y salud de la piel. En cuanto a las vitaminas, contiene vitamina E, que protege al aceite de la oxidación, y vitaminas del complejo B, destacando respecto a otras semillas oleaginosas por su contenido en las vitaminas B1 y B2.
El sésamo es también una fuente de fibra, que favorece el tránsito intestinal y ayuda a saciar el apetito.
Una propiedad muy valorada del sésamo es su actividad antioxidante, debida principalmente a su contenido en lignanos. Estos glucósidos pueden ayudar a prevenir ciertos tipos de cáncer, sobre todo los relacionados con desequilibrios hormonales, donde también son eficaces, y protegen a las células del sistema nervioso del deterioro prematuro.
Las semillas de sésamo poseen, dentro de los vegetales, una cantidad elevada de proteínas, ricas en el aminoácido esencial metionina, si bien han de complementarse con cereales o legumbres para obtener una proteína de calidad.
Para aprovechar al máximo la riqueza nutricional de la semilla de sésamo se recomienda tostarlas y masticarlas bien o triturarlas.
En el ámbito culinario, las semillas de sésamo se han usado tradicionalmente en la elaboración de productos de repostería, como mantecados, polvorones y “tortas”, y en panes, en la masa o en la cobertura, como en el bollo típico de las hamburguesas. También se elaboran con estas semillas galletas, crackers, tentempies dulces y salados, etc. Se pueden añadir a salteados, ensaladas, pastas, arroces, yogures, cereales de desayuno y en los rebozados.
A partir de las semillas de sésamo también se pueden elaborar condimentos como el gomasio, compuesto por sal y semillas de sésamo trituradas, la pasta de sésamo o tahina, ingrediente de platos como el hummus, o extraer su aceite, muy apreciado por su contenido en antioxidantes.

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