viernes, 7 de septiembre de 2012

LA VENGANZA NO ES DULCE, ES TÓXICA



LA VENGANZA NO ES DULCE, ES TÓXICA
Perdonar yo, ni que fuera un ángel. Cuántas veces nos hemos encontrado diciéndolo. Sobre todo si de desamor se trata. Amé, di lo mejor, adoré, ya verá cuando nos veamos en la bajadita.
La tristeza, la rabia son emociones que vamos a experimentar inevitablemente. La clave está en no desbordarnos con ellas, manejarlas con inteligencia para no llegar a la autodestrucción. Sí. Porque cuando nos llenamos de ira con quienes "nos abandonaron" "nos cambiaron por alguien más" "porque no se comporta como yo quiero" "porque no me valora" etc. , generamos pensamientos negativos y hasta sustancias tóxicas, no en el cuerpo de ese otro que tanto decimos odiar, sino en el nuestro.
venganza-toxicaImaginarnos lo felices que estaremos por hacer sufrir a quien hoy lo hace conmigo, puede ser una fantasía tentadora para muchos pero por cada pensamiento o emoción negativa se requieren de al menos 3 positivas para minimizar su efecto en nosotros.
Perdonar cuesta, sobre todo porque no es el perdón hacia los otros lo que más nos mueve sino porque en el fondo no nos perdonamos a nosotros mismos. El otro refleja aquello que no deseo ver en mí.
La pareja suele ser el maestro perfecto para avanzar en mi propio proceso de evolución. Requerimos de relacionarnos con los otros para superar nuestras sombras y ver nuestras luces. Pero cuando convierto al otro en el objeto de obsesión olvidándome de mí, buscando controlarlo a causa del poco Amor y confianza que siento por mí mismo, entonces comienza un torbellino que fácilmente puede dejar destrozos alrededor. Y luego vienen los odios y resentimientos a causa de palabras mal proferidas e irrespeto difícil de revertir. Perdonar o pedir perdón no es la primera opción para muchos porque ello implicaría aceptarnos vulnerables, bajar la cabeza ante situaciones o parecer tontos a los ojos de otros por ser benevolentes con aquellos que tanto daño hicieron.
Pero resulta que perdonar no es movimiento de la mente. El perdón llega al intelecto cuando se da en el corazón. Cuando nos hemos perdonado a nosotros mismos, cuando nos hemos liberado de pensamientos negativos que nos impiden ver humanidad en el otro, cuando decidimos liberarnos de cargas y bloqueos por rabias acumuladas que imposibilitan nuestra conexión con la vida.
venganza-toxica2Cuando decidimos odiar y pensar en la venganza nos desconectamos de la Vida. El Amor literalmente significa NO-MUERTE, así que cuando de los miles de pensamientos al día, dedicamos el 90 por ciento a sostener lo opuesto a la vida, generamos destrucción en nuestro organismo.
Si tuviésemos conciencia de que la venganza no sirve de nada, quizás dedicaríamos más tiempo en levantar la cara, mirar hacia adentro y trabajar en nosotros aquellas lecciones que nos ha dejado la difícil experiencia que hoy señalamos como triste y dura. Cuando nos levantamos y confiamos en nosotros cultivando pensamientos más amorosos y positivos, cambiamos inmediatamente nuestro entorno, porque aunque nos parezca cool construir mil corazas para agarrar en la bajadita a todos los malvados que "nos hacen sufrir", no es agradable para la gente sana estar cerca de personas negativas y vengativas. ¿Quieres armonía en tu vida?, comienza por ti. Comienza por analizar a qué le dedicas tu tiempo, a qué le estás dedicando tus pensamientos. Si sigues dispuesto a vengarte ponte casco, rodilleras, quizás el golpe más duro te lo puedas llevar tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario