miércoles, 5 de septiembre de 2012

Nestlé, líder en la utilización de ALIMENTOS PROCESADOS, asegura que estos no son la solución para la crisis alimentaria mundial


Genetic Engineering Campaign Protest against Nestle in VeveyGentechnik Kampagne Protest gegen Nestlé in Vevey
Para nadie es un misterio que Nestlé es una de las empresas de alimentos que lleva la delantera en el uso de cultivos modificados genéticamente (GMOs). De hecho, la empresa se ha opuesto fervientemente a la obligación en algunos países de etiquetar los productos que tengan GMOs. La empresa ha desembolsado más de 1 millón de dólares para que se elimine tal imposición. Es por todo esto que no deja de sorprender que hace solo algunos días la empresa transnacional hiciera un comunicado oficial que el que señala que cree que los cultivos modificados genéticamente no son la solución para terminar con la crisis alimentaria mundial.
Se dice que para el año 2050 habrá 9 mil millones de personas. Estos datos son la justificación perfecta para las empresas que utilizan la ingeniería genética, que aseguran que sin esta técnica será imposible abastecer  de alimento a tal cantidad de seres humanos. Sin embargo, hace algunos días Hans Johr, corporativo de agricultura sostenible de Nestlé, señaló públicamente que:
“Los cultivos modificados genéticamente no son necesarios para alimentar al mundo y la Industria alimentaria obtendría más beneficios si utilizara los recursos de una forma más sostenible y empleando otras técnicas”.
La preocupación de Johr se centra en la escasez hídrica que afecta a todo el planeta, ya que Nestlé compra productos a más de 680.000 agricultores alrededor del mundo, quienes producto de la sequía se ven obligados a aumentar el precio de sus productos. Por esto el corporativo reconoce que la verdadera solución está en el cuidado del agua y no en la ingeniería genética.
El director del Instituto de Medio Ambiente de la Universidad de Minesota (EE.UU), Jonathan Foley, completa los dichos de Johr, gracias a un estudio sobre el agua y los rendimientos de su producción:
“No creo que los transgénicos hayan contribuido o puedan contribuir mucho a la seguridad alimentaria. La mayoría de los rasgos transgénicos se centran en la resistencia a plagas y herbicidas, que es sin duda una buena cosa, pero no mejoran las características del rendimiento ( al menos en comparación con los métodos convencionales, o mejor aún, la reproducción asistida por marcadores). Además, existen otras enfoques para hacer frente a las plagas y las malas hierbas que serían también eficaces ( o más), como el no plantar grandes extensiones de monocultivos”.
Lo extraño aquí es la evidente contradicción de Nestlé con lo que dice Hans Johr ya que la empresa en cuestión confirma en su política oficial que:
“Siempre que la seguridad esté demostrada, como se requiere para cualquier ingrediente, Nestlé seguirá utilizando ingredientes derivados de organismos modificados genéticamente cuando lo considere oportuno”.
Por otro lado Johr, siendo tan oficial como la política de su empresa declara que :
“Nosotros tenemos una forma muy sencilla de considerar los transgénicos: escuchar lo que quiere el consumidor. Si ellos no los quieren no los pondremos”.
Sin duda, algo raro hay aquí.

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